La carga de la prueba y la ciencia en el robo de beb¨¦s

La publicaci¨®n de una entrevista al director del Instituto Nacional de Toxicolog¨ªa y Ciencias Forenses (INTCF), Antonio Alonso, en la que afirma que no conoce ¡°ning¨²n caso confirmado de beb¨¦s robados¡±, aunque no descarta que existan, ha suscitado la confusi¨®n entre algunos lectores, que se preguntan si esto pone en duda la investigaci¨®n que durante a?os ha realizado EL PA?S sobre la supuesta sustracci¨®n de reci¨¦n nacidos entre los a?os cincuenta y ochenta del siglo XX.

Pedro Luis Egea, familiar de un afectado, escribe en un correo que sinti¨® ¡°tristeza, porque se borraba de un plumazo, sin pruebas, lo que ven¨ªa siendo un problema de la sociedad, sean 10 o 10.000 los casos¡±. Otra lectora, Leonor Sierra, en cambio, reclama al peri¨®dico que asuma su responsabilidad en ¡°alimentar desinformaci¨®n¡±, que puede llevar a poner en duda ¡°la validez de la ciencia gen¨¦tica y de grandes profesionales como Antonio Alonso¡± o hacer da?o a las familias.

Antecedentes

La investigaci¨®n del peri¨®dico comienza en noviembre de 2008, cuando el periodista Jes¨²s Duva, hoy jubilado, publica el reportaje La llamada de la sangre, que pone el foco en las pr¨¢cticas de la cl¨ªnica San Ram¨®n, en Madrid. En ¨¦l recog¨ªa testimonios de personas que buscaban a sus madres biol¨®gicas en p¨¢ginas web, tras conocer que hab¨ªan nacido en dicho centro y, luego, hab¨ªan sido dadas a otras familias previo pago o con la simulaci¨®n del parto.

En sucesivas entregas, Duva ampl¨ªa el foco a la maternidad de Santa Cristina, tambi¨¦n en Madrid, y a otros casos en Canarias y el Pa¨ªs Vasco, mientras cae una avalancha de llamadas a la Redacci¨®n. A la investigaci¨®n se incorpora Natalia Junquera y se abre un buz¨®n para atender los testimonios. ¡°Llegaban cientos de casos y muchos no pod¨ªamos publicarlos porque faltaba documentaci¨®n o no ten¨ªamos de d¨®nde tirar, porque los testigos hab¨ªan muerto o sufr¨ªan Alzh¨¦imer¡±, recuerda la redactora. ¡°Hicimos un trabajo serio: localizamos a la monja de una casa cuna que revel¨® el robo de ni?os, revelamos m¨²ltiples casos de adopciones irregulares y describimos las instituciones y la legislaci¨®n que las favorec¨ªan¡±.

El bulo de la trama

¡°Siempre he dicho que no se trataba de una trama, porque no cumple los requisitos que exigen la Interpol y otras organizaciones internacionales para el crimen organizado: una jerarqu¨ªa, una estructura y financiaci¨®n¡±, explica Duva, que afirma que en las redes que ¨¦l investig¨® nunca vio una relaci¨®n o que hubiera un l¨ªder y que tampoco hab¨ªa ¨¢nimo de lucro, ni manejaban grandes cantidades de dinero. ¡°Funcionaban a trav¨¦s del tel¨¦fono de la esperanza o de los curas rurales¡±, agrega. Y actuaban con una concepci¨®n ¡°nacionalcat¨®lica¡± seg¨²n la cual pretend¨ªan hacer el bien al entregar a beb¨¦s de parejas j¨®venes a matrimonios practicantes, con mejor econom¨ªa, pero inf¨¦rtiles: ¡°Quer¨ªan enderezar los renglones torcidos de Dios¡±.

Estos casos, a?ade, se cortan radicalmente al promulgarse, en 1987, la Ley de Adopci¨®n, que endurece los procedimientos de entrega de ni?os. El pre¨¢mbulo de esta norma, apunta Junquera, reconoce expresamente el problema del tr¨¢fico de ni?os por la falta de control.

El bulo de los 300.000 beb¨¦s robados

La estimaci¨®n de centenares de miles de casos la hace en 2011 el abogado Enrique Vila en declaraciones a la prensa y es difundida por las asociaciones y reproducida por televisiones y peri¨®dicos. En septiembre se desdijo de ella cuando el periodista de EL PA?S, Manuel Ansede, le pregunt¨® por el origen de sus c¨¢lculos.

Ni Duva ni Junquera han usado nunca esta cifra en sus informaciones, porque la consideran un disparate. Pero s¨ª la ha recogido el peri¨®dico cuando otros periodistas no especializados la han reproducido, sin contrastar, de declaraciones de las asociaciones de familias o de pol¨ªticos.

Las investigaciones

Pese a las miles de denuncias, muy pocos casos han llegado a la justicia. De estos, el m¨¢s conocido es el del doctor Eduardo Vela, que fue absuelto por prescripci¨®n de los delitos, pero cuando la mujer que lo hab¨ªa demandado encontr¨® a su familia biol¨®gica, descubri¨® que hab¨ªa sido dada en adopci¨®n voluntariamente.

La memoria anual de la Fiscal¨ªa General del Estado del a?o pasado recoge que entre 2011 y 2022 se abrieron 2.197 diligencias de investigaci¨®n sobre sustracci¨®n de reci¨¦n nacidos, la mayor¨ªa en los tres primeros a?os. Casi todas fueron archivadas. Esta memoria no se?ala cu¨¢ntos han llegado a la v¨ªa judicial, pero en 2017 la Fiscal¨ªa inform¨® de que hasta ese a?o hab¨ªan sido 522. En 2022 se abrieron 11 diligencias, de las que ocho fueron archivadas. Adem¨¢s, hay otros dos casos denunciados en juzgados de instrucci¨®n de Madrid y C¨®rdoba, seg¨²n esta memoria.

En mayo de 2017, el INTCF elabora un informe t¨¦cnico ante la visita de una delegaci¨®n del Parlamento Europeo para investigar ¡°la sustracci¨®n de reci¨¦n nacidos en Espa?a¡±. Ansede publica un a?o despu¨¦s su contenido, con los resultados de la identificaci¨®n de ADN en 120 enterramientos exhumados y la conclusi¨®n de que ninguno hab¨ªa servido para confirmar el robo de ni?os. Ante indicios de sustracci¨®n de beb¨¦s, fiscales y jueces hab¨ªan ordenado abrir las sepulturas para comprobar si estaban all¨ª. Los an¨¢lisis fueron complejos por la degradaci¨®n, pero en 81 casos (el 90%) los cient¨ªficos identificaron a los beb¨¦s como hijos de los padres que hab¨ªan denunciado la desaparici¨®n.

Evoluci¨®n cient¨ªfica

Uno de los argumentos utilizados al abrir las sepulturas era que la falta de restos evidenciaba que el ni?o hab¨ªa sido robado. Pero el informe del INTCF demuestra que el tama?o de los huesos de un reci¨¦n nacido, ¡°la peculiar estructura molecular y composici¨®n de su tejido ¨®seo (con fibras de col¨¢geno desordenadas y con un grado de calcificaci¨®n mucho menor que el tejido ¨®seo del adulto)¡± indican la posibilidad de que se hayan destruido en determinadas condiciones de enterramiento. Es la tesis que ha defendido ahora su director.

Explicaciones

El director adjunto, Claudi P¨¦rez, responde a los lectores que la entrevista no pone en duda la investigaci¨®n anterior. ¡°Sigue completamente vigente¡±, dice. ¡°Fue un gran trabajo de la Redacci¨®n en condiciones muy dif¨ªciles por las caracter¨ªsticas del asunto. Ahora tenemos nuevas evidencias cient¨ªficas que pueden arrojar luz, al menos sobre una parte de los casos, y seguimos acudiendo a expertos de toda ¨ªndole para enriquecer el punto de vista del diario, como hacemos habitualmente¡±. Adem¨¢s, recuerda que ya desde el t¨ªtulo el director del INCTFF no cuestiona esa investigaci¨®n y subraya incluso ¡°su complejidad¡±. En todo caso, dice, el entrevistado alud¨ªa ¡°solo a un modus operandi que no incluye todas las adopciones irregulares¡±.

Conclusi¨®n

Al contrario de otras coberturas, como la de la pederastia de la Iglesia, en esta faltan informaciones con recuento de casos o que expliquen la marcha de las investigaciones. Se ha dado prioridad al relato de las v¨ªctimas, pero algunos testimonios publicados, como el de dos mujeres de rasgos id¨¦nticos que creyeron ser hermanas, fueron desmentidos despu¨¦s por las pruebas de ADN. Tambi¨¦n hay muchos en los que no se ha contado el desenlace, porque el peri¨®dico no ha hecho seguimiento o porque a¨²n no lo hay. Por ejemplo, en octubre de 2017 una informaci¨®n de Jes¨²s A. Ca?as recog¨ªa el inicio de la exhumaci¨®n de 47 beb¨¦s en fosas del cementerio clausurado de San Jos¨¦, en C¨¢diz, subvencionada por el Ayuntamiento. Cuatro a?os despu¨¦s del fin de los trabajos, los an¨¢lisis no est¨¢n terminados, seg¨²n fuentes municipales consultadas ahora por el periodista.

La carga de la prueba de un delito es para quien acusa, como exige el principio de presunci¨®n de inocencia. En los pocos casos investigados por jueces y fiscales lo ¨²nico confirmado hasta ahora es que hubo irregularidades en muchas adopciones. Tampoco la indagaci¨®n period¨ªstica de EL PA?S ha logrado ir m¨¢s all¨¢. Sugiero a la direcci¨®n del peri¨®dico que encargue una informaci¨®n que clarifique al lector el estado de la situaci¨®n y que permita dimensionar los hechos: con cifras de c¨®mo y qu¨¦ investiga la justicia; cu¨¢ntos casos han sido descartados y por qu¨¦; con expertos; y contando con las familias. En un caso en el que se mezclan la historia, la ciencia, los sentimientos y la memoria, debemos contribuir con rigor a despejar todas las dudas.

Para contactar con la defensora puede escribir un correo electr¨®nico a defensora@elpais.es o enviar por WhatsApp un audio de hasta un minuto de duraci¨®n al n¨²mero +34 649 362 138 (este tel¨¦fono no atiende llamadas).