Concierto de A?o Nuevo 2024: el problem¨¢tico pimp¨®n de Christian Thielemann
El director berlin¨¦s vuelve a dirigir en un irregular concierto a la Filarm¨®nica de Viena, aunque mejora su participaci¨®n de hace cinco a?os. En 2025 volver¨¢ por s¨¦ptima vez el italiano Riccardo Muti para conmemorar el bicentenario de Johann Strauss hijo
En diciembre de 1998, el Tagesspiegel public¨® una interesante comparaci¨®n entre Christian Thielemann y Daniel Barenboim. Si el alem¨¢n (Berl¨ªn, 64 a?os) dirig¨ªa ¡°con la extra?a concentraci¨®n e infinita paciencia del ni?o que desmonta su mu?eco¡±, el argentino (Buenos Aires, 81 a?os) ¡°dejaba que sonase una declaraci¨®n, un...
En diciembre de 1998, el Tagesspiegel public¨® una interesante comparaci¨®n entre Christian Thielemann y Daniel Barenboim. Si el alem¨¢n (Berl¨ªn, 64 a?os) dirig¨ªa ¡°con la extra?a concentraci¨®n e infinita paciencia del ni?o que desmonta su mu?eco¡±, el argentino (Buenos Aires, 81 a?os) ¡°dejaba que sonase una declaraci¨®n, una emoci¨®n, en lugar de notas sueltas¡±. Con la afici¨®n de Thielemann por a?adir pausas ret¨®ricas, ¡°uno desarrolla la sensaci¨®n de que siempre se toma m¨¢s tiempo del que requiere la m¨²sica que dirige¡±, pero con Barenboim ¡°sucede todo lo contrario¡±.
Por entonces, ambos compet¨ªan dirigiendo El anillo del nibelungo, de Wagner, al frente de los dos principales teatros de ¨®pera de la capital alemana. De hecho, una de las noticias de m¨²sica cl¨¢sica m¨¢s relevantes de este 2024 ser¨¢ la sucesi¨®n de Barenboim por Thielemann, en septiembre, al frente de la Staatsoper de Berl¨ªn. Pero esa confrontaci¨®n que relata el peri¨®dico berlin¨¦s mantiene toda su vigencia en relaci¨®n a la familia Strauss y sus coet¨¢neos. Lo hemos comprobado en la presente edici¨®n del Concierto de A?o Nuevo de la Filarm¨®nica de Viena.
Thielemann culmin¨® el programa oficial de su segunda participaci¨®n en el Concierto de A?o Nuevo dirigiendo el vals Delirios. Una interpretaci¨®n tan brillante de la partitura de Josef Strauss como escasa de fantas¨ªa. Por el contrario, Barenboim concluy¨® el programa de su ¨²ltima participaci¨®n en esta popular cita, en 2022, exprimiendo la emoci¨®n de Sonidos de las esferas, otro vals del segundo de los Strauss. Y la comparaci¨®n result¨® todav¨ªa m¨¢s evidente en la obertura de la opereta Asperilla, de Johann hijo, que abri¨® la segunda parte. Barenboim la dirigi¨®, en 2014, con una exquisita visi¨®n de conjunto y Thielemann opt¨® este a?o por una lectura tan compartimentada que el p¨²blico aplaudi¨® cuando todav¨ªa no hab¨ªa concluido.
Esa ret¨®rica personal de Thielemann con los Strauss vieneses no le funcion¨® en su debut, en 2019, y sigue sin funcionarle cinco a?os despu¨¦s. El director berlin¨¦s destaca m¨¢s en las marchas y en algunas polcas, aunque apenas acert¨® con los valses. Lo comprobamos al inicio con la Marcha del archiduque Albrecht, de Karl Komz¨¢k hijo, la primera de las nueve novedades de esta 84? edici¨®n del Concierto de A?o Nuevo. Fue lo mejor de la primera parte junto a la polca r¨¢pida Sin frenos, de Eduard Strauss, que escuchamos al final. Pero las dos composiciones relacionadas con Par¨ªs, de Johann Strauss hijo, no terminaron de funcionar.
El berlin¨¦s ha desarrollado su propia teor¨ªa para dirigir el Concierto de A?o Nuevo. Lo compara con el tenis de mesa, seg¨²n explic¨® en la rueda de prensa de presentaci¨®n, el pasado 28 de diciembre. Un partido de pimp¨®n donde intercambia el liderazgo de las fluctuaciones del tempo con el concertino de la orquesta, el violinista Rainer Honeck. En Bombones vieneses, el concertino lider¨® el caracter¨ªstico schlepp, la forma aut¨®ctona vienesa de tocar el vals, adelantando levemente el segundo tiempo y retrasando el tercero. Pero Thielemann trat¨® de intervenir demasiado en cada una de las cinco secciones del vals y la obra perdi¨® fluidez. Y lo mismo sucedi¨® en la Polca de Le Figaro, con una extra?a cesura en la recapitulaci¨®n que sigui¨® al tr¨ªo.
Su partido de pimp¨®n con la orquesta vienesa result¨® algo mejor en el bello vals Para todo el mundo, de Josef Hellmesberger hijo, que tambi¨¦n fue novedad. E incluso destac¨® por su fluidez, en el p¨®stumo Vals de Ischl, de Johann Strauss hijo, que se acompa?¨® por una escena de ballet ambientada en la Kaiservilla de esa localidad balneario evocando a la emperatriz Sissi. Pero Thielemann volvi¨® a llenar de manierismos tanto la Polca del ruise?or, de Johann hijo, como La alta fuente, de su hermano Eduard. Todo mejor¨® en las dos piezas siguientes con gran presencia de la cuerda pellizcada: la Nueva Polca Pizzicato (de la opereta Princesa Ninetta), de Johann hijo, y la Polca-Estudiantina del ballet La perla de Iberia, del referido Hellmesberger.
La segunda escena de ballet nos traslad¨® al castillo de Rosenburg, ahora con cinco parejas del Ballet de la ?pera Estatal de Viena. Una elegante coreograf¨ªa de Davide Bombana aderezada con el vestuario viennese chic, de Susanne Bisovsky, inspirado en los cuentos de hadas checos de los a?os setenta. Lo mejor de la segunda parte fue el homenaje a Anton Bruckner, pues Thielemann encontr¨® en el arreglo orquestal de su Cuadrilla WAB 121 el germen del inconfundible sonido de sus primeras sinfon¨ªas. Pero el documental de Felix Breisach sobre el bicentenario de ese compositor austriaco, que ocup¨® la pausa, result¨® menos atractivo que otros anteriores. Y la ¨²ltima novedad, el galope ?Feliz A?o Nuevo! , del ¡°Strauss dan¨¦s¡± Hans Christian Lumbye, fue una exhibici¨®n de virtuosismo.
La realizaci¨®n televisiva de Michael Beyer mantuvo su precisi¨®n habitual con los detalles musicales. Subray¨® la presencia femenina de la orquesta, con muchos primeros planos de la arpista Anneleen Lenaerts o de la flautista Karin Bonelli, pero tambi¨¦n mostr¨® detalles admirables de la sala dorada del Musikverein y destac¨® con primeros planos varias personalidades, como la exvicepresidenta espa?ola Nadia Calvi?o.
Thielemann elev¨® el nivel con las tres propinas, que empez¨® con una excelente versi¨®n de la Polca del y¨®quey, de Josef Strauss. No renunci¨® a aportar su personalidad a la tradicional felicitaci¨®n del a?o nuevo. Y prosigui¨® con su mejor interpretaci¨®n de un vals: el famoso Junto al bello Danubio azul, de Johann hijo. Para terminar, otorg¨® todo el protagonismo a la orquesta y el p¨²blico en la palmeada Marcha Radetzky, de Johann padre. En 2025 regresar¨¢ Riccardo Muti para dirigir su s¨¦ptimo Concierto de A?o Nuevo, coincidiendo con el bicentenario de Johann Strauss hijo.