Un ¡®hit¡¯ musical cl¨¢sico de tres siglos: ¡®El Mes¨ªas¡¯ de Handel vuelve a resucitar por Navidad
El oratorio barroco ingl¨¦s, que trata del nacimiento, muerte y resurrecci¨®n de Cristo, arrasa un a?o m¨¢s en estas fechas con m¨²ltiples conciertos y una excelente nueva grabaci¨®n
Georg Friedrich H?ndel pretendi¨® incluir en su popular Aleluya ¡°todas las voces humanas, las claras y las oscuras, las viriles de hombres y las suaves de mujeres, ligarlas y superarlas, en r¨ªtmicos coros, ascendiendo y descendiendo como en una simb¨®lica escala de Jacob¡±. Lo relata Stefan Zweig, en El Mes¨ªas de H?ndel (Casimiro), una miniatura hist¨®rica, escrita en 1937, que se incluy¨® despu¨¦s en Momentos estelares de la humanidad. Un coro de j¨²bilo que celebra el triunfo de Cristo tras su muerte y resurrecci¨®n, incluido en 1741 dentro de un oratorio vinculado con la Semana Santa, pero que ha terminado siendo uno de los principales atractivos musicales de los conciertos navide?os en todo el mundo.
No est¨¢ claro cu¨¢ndo comenz¨® a asociarse esta composici¨®n de H?ndel con la Navidad. Pero los testimonios recopilados por Jonathan Keates, en su monograf¨ªa Messiah: The Composition and Afterlife of Handel¡¯s Masterpiece (Head of Zeus) parecen apuntar hacia Estados Unidos. A mediados del siglo XIX era habitual escuchar interpretaciones de El Mes¨ªas en auditorios de Nueva York, Boston y Chicago, cada 25 de diciembre. De hecho, desde 1993, se realiza adem¨¢s en una adaptaci¨®n g¨®spel, titulada Too Hot to Handel que acaba de presentarse en el Royal Albert Hall londinense. Un arreglo que reduce los solistas, a?ade saxofones, guitarra el¨¦ctrica, bater¨ªa y ¨®rgano Hammond, y acorta la obra para terminar con el popular Aleluya, que se canta y baila con todo el auditorio en pie.
El Mes¨ªas nunca ha dejado de interpretarse desde su famoso estreno en Dubl¨ªn, el 13 de abril de 1742, en el auditorio de Fishamble Street (hoy convertido en el moderno Handel¡¯s Hotel). Y son muchos los mitos asociados con la obra y su popular coro en casi 300 a?os de historia. Un ejemplo es la particular costumbre de ponerse en pie para escuchar el Aleluya, que se adscribe al mism¨ªsimo rey Jorge II en varias cr¨®nicas. Pero tambi¨¦n esas visiones divinas que tuvo el compositor mientras escrib¨ªa este popular coro, que recoge Zweig en su ficci¨®n hist¨®rica, pr¨¢cticamente la ¨²nica referencia disponible en espa?ol sobre la obra. Un librito que la editorial Casimiro completa con unas p¨¢ginas de la biograf¨ªa de Romain Rolland y una versi¨®n recortada del libreto del oratorio.
La monograf¨ªa en ingl¨¦s de Keates es, por el contrario, la mejor introducci¨®n a El Mes¨ªas. Una historia cultural de la obra de H?ndel que integra las ¨²ltimas investigaciones dentro de un relato sencillo y ameno. Lo comprobamos al leer el cap¨ªtulo dedicado a Charles Jennens, el libretista de El Mes¨ªas y verdadero inspirador de la partitura de H?ndel, a partir de su exquisita selecci¨®n de textos b¨ªblicos. Elaborado con las aportaciones del libro de Ruth Smith, revela c¨®mo Jennens conceb¨ªa sus libretos desde un profundo conocimiento de la m¨²sica de H?ndel, que coleccionaba con avidez. Pero tambi¨¦n c¨®mo reflej¨® sus obsesiones personales e ideas pol¨ªticas jacobitas contra la dinast¨ªa reinante tanto en El Mes¨ªas como en los libretos de Sa¨²l y Belshazzar.
Aparte de explicar la evoluci¨®n de los oratorios de H?ndel o el fren¨¦tico proceso compositivo de la obra en tres semanas de 1741, Keates aclara que la partitura de El Mes¨ªas nunca estuvo cerrada. A partir del aut¨®grafo, conservado en la British Library, es posible deducir las m¨²ltiples variantes que introdujo el compositor desde el estreno, en 1742, hasta la ¨²ltima funci¨®n que dirigi¨® pocos d¨ªas antes de su muerte, en 1759. Nunca dej¨® de hacer ajustes relacionados con las posibilidades de los cantantes, el coro y la orquesta. Lo comprobamos en la parte solista de contralto, ajustada en Dubl¨ªn a las limitaciones de la actriz-cantante Susannah Cibber, o la de tenor, fortalecida para Thomas Lowe en el estreno londinense de 1743. Pero la obra no triunf¨® hasta 1749. Handel la dirigi¨® en marzo de ese a?o, en el Covent Garden, con una orquesta algo m¨¢s nutrida y grandes solistas como la soprano Giulia Frasi o la mezzo Caterina Galli.
En adelante, El Mes¨ªas se convirti¨® en un evento anual caritativo vinculado al Foundling Hospital de Londres. Para la primera interpretaci¨®n, en mayo de 1750, H?ndel rehizo varios n¨²meros de contralto para el castrado Gaetano Guadagni, famoso por estrenar el papel protagonista de Orfeo y Eur¨ªdice, de Gluck. De la funci¨®n de 1754 conservamos todas las partes vocales e instrumentales y se ha convertido en la versi¨®n m¨¢s habitual de la obra. Pero la muerte de H?ndel no interrumpi¨® estas interpretaciones anuales, que crecieron en n¨²mero y efectivos. Ya en 1784, se interpret¨® en la Abad¨ªa de Westminster con un coro de 257 cantores y una orquesta de 250 instrumentistas que inclu¨ªa 16 fagots, 12 trompetas y 15 contrabajos. Y sigui¨® creciendo en la ¨¦poca victoriana con interpretaciones que combinaban a coros de tres mil voces y orquestas de m¨¢s de quinientos m¨²sicos en los festivales Handel del Crystal Palace.
George Bernard Shaw fue el primero en denunciar, en 1891, la ¡°multitudinaria torpeza¡± de estas masivas interpretaciones. Y abog¨® por restaurar la obra con ¡°un coro de veinte artistas capaces¡±. Nadie le hizo caso hasta 1950 en que John Tobin dirigi¨® El Mes¨ªas con las mismas fuerzas que utilizaba H?ndel en el Foundling Hospital. La impresi¨®n que produjo escuchar la obra con cincuenta m¨²sicos se compar¨® con los resultados visuales de las pinturas que se hab¨ªan limpiado y restaurado por entonces en la National Gallery. Fue la avanzadilla de un movimiento que se ha consolidado en las ¨²ltimas cuatro d¨¦cadas con interpretaciones hist¨®ricamente informadas.
Nunca falta, junto a la avalancha de conciertos navide?os de El Mes¨ªas, alg¨²n nuevo lanzamiento discogr¨¢fico de la obra. Contamos con una pl¨¦yade de grabaciones que ya permiten escuchar la referida evoluci¨®n de la partitura de H?ndel. Por ejemplo, el can¨®nico registro de Christopher Hogwood al frente de The Academy Of Ancient Music (L¡¯Oiseau-Lyre, 1980) utiliza la documentada versi¨®n de 1754. Pero John Butt y The Dunedin Consort ha reconstruido la versi¨®n del estreno dublin¨¦s, de 1742 (Linn Records, 2006). E incluso Ren¨¦ Jacobs ha abordado con el Coro del Clare College y la Orquesta Barroca de Friburgo la versi¨®n de 1750 con las referidas alteraciones para el castrado Guadagni (Harmonia Mundi, 2011).
El veterano director estadounidense John Nelson, bien conocido por sus excelentes grabaciones de Berlioz, acaba de registrar su primer Mes¨ªas con m¨¢s de 80 a?os. Un lanzamiento de Warner Classics en dos CD y un DVD realizado a partir de un concierto, en noviembre de 2022, en la emblem¨¢tica catedral de Coventry, el lugar donde se estren¨® el R¨¦quiem de guerra, de Benjamin Britten. Un evento que Nelson introdujo con un mensaje de esperanza ante los m¨²ltiples conflictos b¨¦licos del presente. Pero tambi¨¦n una novedosa versi¨®n que incorpora todas las variantes de la obra de H?ndel, que pueden escucharse en ocho pistas con arias alternativas de 1741, 1743 y 1750, pues Nelson se decanta principalmente por las versiones de 1749 y 1754.
No obstante, lo m¨¢s importante es su admirable interpretaci¨®n al frente del excelente conjunto The English Concert fundado por Trevor Pinnock. El estadounidense equilibra los tempos, pule los planos sonoros y excava a nivel dram¨¢tico en la partitura con asombrosa efectividad. Y dispone de cuatro solistas excepcionales que combinan voces especializadas con cantantes de ¨®pera. Aunque cancel¨® su participaci¨®n la soprano Lisette Oropesa, escuchamos al baritenor belcantista Michael Spyres, que fascina desde el famoso Comfort ye my people (consolad a mi pueblo) inicial hasta el dueto final O death, where is thy sting? (?oh muerte! ?d¨®nde est¨¢ tu aguij¨®n?) que canta con el contratenor Alex Potter. Y no falta el popular coro Aleluya como muestra de la calidad de una grabaci¨®n que se incorpora a las principales referencias fonogr¨¢ficas de la obra de Handel, un a?o m¨¢s convertida en el hit musical cl¨¢sico de las navidades.
Babelia
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