De Ar¨¦valo a Chiquito de la Calzada y la explosi¨®n de los monologuistas: c¨®mo ha cambiado el humor en Espa?a
Los chistes de ¡°gangosos y mariquitas¡± que hicieron popular en los ochenta al c¨®mico fallecido el martes suenan ajenos en una sociedad que ha cambiado en paralelo a la comedia
La muerte de Ar¨¦valo, el pasado martes, ha despertado, para sorpresa de nadie, un debate en redes sociales sobre c¨®mo ha cambiado el humor en las ¨²ltimas d¨¦cadas en Espa?a. Para unos, los chistes de Ar¨¦valo eran una muestra de un humor caduco y rancio, que se basaba, sobre todo, en el estereotipo y en la burla a gais y gangosos. Para otros, era el ejemplo de un c¨®mico que vivi¨® un tiempo m¨¢s permisivo con el humor.
Ar¨¦valo fue uno de los c¨®micos m¨¢s populares de los ochenta y noventa gracias a los casetes de gasolineras y a sus actuaciones en salas de fiestas y televisi¨®n, en especial el concurso Un, dos, tres... responda otra vez. Su carrera vivi¨® un nuevo empuj¨®n a partir de 2011 con Dos mellizos, un espect¨¢culo teatral junto a Bert¨ªn Osborne.
En estos m¨¢s de cuarenta a?os el humor ha cambiado, tanto en los contenidos como en los formatos, igual que ha cambiado la sociedad y el p¨²blico. La cr¨ªtica Mery Cuesta, autora de Humor absurdo: una constelaci¨®n del disparate en Espa?a, recuerda que hay una parte del ADN del humor ¡°que caduca¡±, sobre todo cuando est¨¢ ligado a la actualidad, como la s¨¢tira. Es f¨¢cil que no se entienda a qu¨¦ se refiere una vi?eta del peri¨®dico del mes pasado o un tuit de hace una semana.
Cuesta explica que Ar¨¦valo viene de una tradici¨®n de comedia costumbrista, que enlaza con el humor del siglo XIX. Es un humor muy popular, que a veces roza lo grotesco en sus imitaciones de clases sociales o de regionalismos. Esta tradici¨®n no ha desaparecido y sigue presente en c¨®micos como Los Morancos, pero esquiv¨® la revoluci¨®n del Humor Nuevo de la otra generaci¨®n del 27, encabezada hace un siglo por autores como Miguel Mihura y Tono. De esta otra tradici¨®n no solo viene la revista La Codorniz, sino tambi¨¦n una larga escuela de c¨®micos como Miguel Gila y Tip y Coll, que llega a Faemino y Cansado y Miguel Noguera, entre otros. Es un humor absurdo que ¡°habla de la condici¨®n humana¡± y suele prescindir de referentes concretos, lo que hace que aguante mejor el paso del tiempo.
Adem¨¢s, el chiste cl¨¢sico, esa p¨ªldora an¨®nima que circulaba de bar en bar y de escenario en escenario, ha pasado de moda, con excepciones como los espect¨¢culos del Comandante Lara. Este era el formato habitual de mucha comedia en televisi¨®n, como el Un, dos, tres y, ya en los noventa, No te r¨ªas que es peor y Genio y figura, que alumbr¨® a uno de los primeros c¨®micos que destrozaron los l¨ªmites del formato: Chiquito de la Calzada.
En esa d¨¦cada, los chistes perdieron protagonismo frente al mon¨®logo al estilo estadounidense. Ya hab¨ªa monologuistas en Espa?a, como Miguel Gila y Pepe Rubianes, pero a partir de 1999, con el canal Paramount Comedy y El club de la comedia, se populariz¨® el humor observacional, que m¨¢s tarde dar¨ªa paso a una comedia m¨¢s personal y vivencial. El chiste tambi¨¦n se vio asediado en bares y recreos, donde se ha sustituido por el meme, como recuerda Cuesta.
Hablando de No te r¨ªas que es peor, la ¨²nica c¨®mica del programa fue Paz Padilla, que luego pas¨® por Genio y figura, donde hab¨ªa alguna m¨¢s, como Pilar S¨¢nchez. Las mujeres a¨²n eran minor¨ªa en el humor hasta bien entrados los noventa y a pesar de las hermanas Hurtado, Lina Morgan y Las Virtudes. Esto tambi¨¦n ha cambiado en las ¨²ltimas d¨¦cadas, lo que ha llevado a que se ampl¨ªen los p¨²blicos, contenidos y formatos, como explica Leonor Ruiz Gurillo en el libro Humor de g¨¦nero. Y algo parecido ocurre con los c¨®micos que hablan sobre el racismo, como Asaari Bibang y Y¨²nez Chaib.
Las l¨ªneas rojas y el humor
El humor ha cambiado y tambi¨¦n hemos cambiado nosotros, el p¨²blico. Esto explica que algunos chistes de los ochenta y noventa, incluidos los de Ar¨¦valo, suenen hoy hom¨®fobos o sexistas. Hay que apuntar que estas sensibilidades no son tan nuevas como parece: a principios de los ochenta, la actriz Beatriz Carvajal tuvo que retirar del Un, dos, tres su personaje de La Loli, despu¨¦s de quejas de la Asociaci¨®n para la Promoci¨®n e Integraci¨®n del Tartamudo (Apita). A La Bombi, el personaje de Fedra Llorente, le cayeron cr¨ªticas desde el feminismo. RTVE cancel¨® No te r¨ªas que es peor en 1995 por su ¡°chabacaner¨ªa¡±. El propio Ar¨¦valo se llev¨® palos de la prensa en su ¨¦poca. Como este art¨ªculo dur¨ªsimo de 1981, firmado en este peri¨®dico por Jos¨¦ Miguel Ull¨¢n: el problema de los chistes de Ar¨¦valo ¡°no reside en los temas que toca y hasta soba ¡ªel humor suele alzarse contra lo vedado¡ª, sino en su ausencia radical de talento¡±.
Para Cuesta, no se trata de que fu¨¦ramos muy racistas y machistas hace 40 a?os y ahora ya estemos curados, sino del ¡°nivel de tolerancia que hay en cada momento¡±. Hoy, ¡°tenemos m¨¢s en cuenta las minor¨ªas, singularidades y posturas no normativas¡±. Si la sociedad es m¨¢s compleja, el humor tambi¨¦n tiene que serlo. Como a?ade Dani Al¨¦s, c¨®mico y coeditor de Micro abierto: textos sobre stand-up comedy, ¡°la sociedad es m¨¢s consciente del otro¡± y los chistes ¡°que reflejan una sensibilidad anterior se vuelven extra?os¡±. Esta complejidad no deber¨ªa asustar a los c¨®micos: ¡°Cuando un c¨®mico dice que hay ciertos temas con los que no se puede hacer broma es que no est¨¢ haciendo su trabajo¡±. O, como escrib¨ªa Ull¨¢n hace m¨¢s de 40 a?os, el problema no es el tema, sino c¨®mo se trata.
El c¨®mico Pere Aznar tambi¨¦n critica la frase de ¡°no se puede hacer humor con nada¡± y no solo ¡°porque sea bastante parad¨®jico que se diga ante millones de espectadores¡±. S¨ª ha habido, se?ala, un cambio importante: gracias a las redes sociales, la opini¨®n de ciudadanos an¨®nimos, sobre pol¨ªticos, periodistas o c¨®micos, puede llegar a mucha m¨¢s gente que hace a?os. Esto es positivo, a pesar del riesgo de postureo moral, pero hace m¨¢s dif¨ªcil cualquier trabajo con exposici¨®n p¨²blica.
Aunque en redes resulta f¨¢cil encontrar lamentos sobre una supuesta dictadura de lo pol¨ªticamente correcto, conviene a?adir que la mayor¨ªa de los procesos judiciales contra humoristas no ha sido por chistes ¡°de mariquitas¡±, sino como consecuencia de iniciativas ultraconservadoras: desde los juicios a Jos¨¦ Luis Mart¨ªn en los ochenta por sus c¨®mics de ?Dios m¨ªo!, hasta las portadas recientes de Mongolia, pasando por los tuits de Carrero Blanco o las bromas televisivas sobre religi¨®n y la bandera de Espa?a.
La vida moderna de Ar¨¦valo
En 2017, Ar¨¦valo acudi¨® a La vida moderna, el programa de la SER de David Broncano, H¨¦ctor de Miguel e Ignatius Farray. Habl¨® de si era o no facha, de Twitter y de los ¡°enanitos¡±, y aprovech¨® para contar un chiste de mariquitas, que tanto los presentadores como el p¨²blico recibieron coreando un ¡°epic Ar¨¦valo¡±.
De Miguel, ahora al frente del espacio sat¨ªrico Hora Veintipico, recuerda al tel¨¦fono que el c¨®mico siempre fue ¡°muy generoso y muy divertido¡±. ¡°Desde su posici¨®n ideol¨®gica y humor¨ªstica que no ten¨ªa nada que ver con la nuestra. Y nosotros tampoco le tratamos nunca como a un mu?eco de feria para que la gente se riera de ¨¦l¡±, recuerda. Tanto es as¨ª que, ¡°cuando actuamos en Valencia, nos invit¨® a su casa y nos hizo una paella estupenda¡±.
A De Miguel le parece normal que ya no nos riamos de lo mismo que cuando ¨¦ramos ni?os, que hayamos aprendido por el camino y que, con suerte, sigamos aprendiendo. ¡°Hay mon¨®logos que yo hac¨ªa hace a?os y que ahora no repetir¨ªa. Porque ya no pienso lo mismo o porque ya no me hacen gracia¡±, dice. Pero est¨¢ en contra de ¡°juzgar el pasado con ojos de hoy. El presentismo es un ejercicio un poco tramposo¡±. Soltar un chiste machista o racista hoy en d¨ªa es criticable o, directamente, rid¨ªculo, ¡°pero se?alar a quien lo hac¨ªa hace 40 a?os, cuando es lo que hab¨ªa, me parece de un ventajismo un poquito repugnante¡±. La sociedad cambia. El humor cambia. Con suerte, nosotros tambi¨¦n.
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