El humorista Eugenio y el arte de contar un chiste
El humor del c¨®mico barcelon¨¦s se ha convertido en un cl¨¢sico y en un referente, y no solo en material para la nostalgia. En esta pieza puede leer, escuchar y ver alguno de sus mejores chistes
Eugenio fue uno de los c¨®micos m¨¢s y peor imitados en los recreos y en las cenas de Navidad de los a?os ochenta y noventa. Pero, adem¨¢s de eso, Eugeni Jofra (1941-2001) fue un renovador del humor en Espa?a, gracias a su tono serio, a las pausas bien medidas y al tratamiento quir¨²rgico de los chistes. Convirti¨® estas historias populares y an¨®nimas en un arte, y contribuy¨® a que los c¨®micos optaran por un humor cada vez personal.
Y eso que no escrib¨ªa sus chistes, al menos no todos: algunos se los inventaba, pero muchos otros los apuntaba, los adaptaba o los traduc¨ªa. En Saben aquell, la pel¨ªcula sobre el c¨®mico que estrena esta semana David Trueba, se cuenta tambi¨¦n c¨®mo le compr¨® a una viuda 15.000 chistes que su marido hab¨ªa recopilado y anotado en fichas. Por eso introduc¨ªa sus historias con ese latiguillo, el saben aquell que diu... (saben aquel que dice...). Lo hac¨ªa, como cont¨® en alguna entrevista, como precauci¨®n, ya que el p¨²blico pod¨ªa conocerlos.
Pero Eugenio no fue un cuentachistes m¨¢s. Como cuenta ?ngel Miralles, uno de los c¨®micos que interpretaron a Eugenio en el espect¨¢culo Reugenio, el barcelon¨¦s destac¨® porque no era un personaje: era ¨¦l. Vest¨ªa de negro y con gafas de sol, fumaba y beb¨ªa su vodka con naranja en vaso de tubo, mezclaba espa?ol y catal¨¢n... Era una escenograf¨ªa heredada en gran parte de cuando cantaba con su primera esposa, Conchita Alcaide, en Els Dos, y esta actitud personal se dejaba notar incluso aunque contara historias ajenas.
Miralles recuerda que Eugenio actu¨® en Alicante solo horas despu¨¦s de que falleciera Alcaide, en 1980. Gran parte del p¨²blico ya se hab¨ªa enterado de la noticia y ¨¦l arranc¨® su actuaci¨®n con un: ¡°Les veo muy serios, ?se les ha muerto alguien?¡±. En un texto sobre Eugenio, incluido en el libro Micro abierto: textos sobre stand-up comedy, Miralles afirma estar convencido de que ¡°aquella noche de mayo de 1980 nace el stand-up comedy en Espa?a¡±. El propio Eugenio cont¨® en una entrevista, recogida en el documental sobre su vida de 2018, que el humor nace ¡°de penas, de desgracias¡±. En esos momentos, dec¨ªa, es cuando uno descubre si tiene o no sentido del humor. O como escribe el guionista John Vorhaus en C¨®mo orquestar una comedia, el humor es ¡°dolor y verdad¡±.
El chiste perfecto
Aunque Eugenio no escrib¨ªa su material, al contrario de otros grandes renovadores del humor como Miguel Gila o Pepe Rubianes, s¨ª lo trabajaba a conciencia. La c¨®mica Pilar de Francisco explica que sus chistes se pueden usar en clases de guion para aprender a escribir una pieza perfecta: ¡°No sobra ni una palabra, los cuidaba al mil¨ªmetro¡±, con independencia de si eran breves ¡ªcomo el favorito de De Francisco: ¡°Dios m¨ªo, dame paciencia, ?pero ya!¡±¡ª o largu¨ªsimos ¡ªcomo el favorito de Miralles, el del cuartel, en el que la orden de un coronel cambia a medida que baja por la cadena de mando¡ª.
Tambi¨¦n eran importantes para Eugenio las pausas y los silencios, con un control casi absoluto para jugar con el p¨²blico, y su humor seco, acompa?ado de un semblante serio. Ambas cosas le ayudaban a generar tensi¨®n y a centrar la atenci¨®n en los textos, y adem¨¢s creaban contraste entre lo que dec¨ªa y c¨®mo lo dec¨ªa, lo que contribu¨ªa a la carcajada. En opini¨®n de De Francisco, c¨®micos como Carlos Areces o Ernesto Sevilla han sabido seguir esta escuela eugeniana del humor deadpan, que juega con la inexpresividad como recurso c¨®mico.
Este tono personal le permiti¨® mantenerse al margen de modas como el destape de la Transici¨®n o el humor pol¨ªtico. Y este es uno de los motivos por los que se siguen escuchando sus chistes y viendo sus actuaciones en YouTube: el chiste popular probablemente est¨¦ muerto desde hace a?os, sustituido por el meme, pero la forma que ten¨ªa Eugenio de interpretarlos es plenamente contempor¨¢nea. No es material para la nostalgia: es un cl¨¢sico.
En su momento, el p¨²blico ya era consciente de lo especial que era: en su biograf¨ªa de Eugenio, su hijo Gerard Jofra cuenta que fue el artista m¨¢s contratado en Espa?a en 1981 y que sus tres primeros casetes (el equivalente a los especiales de HBO y Netflix de hoy en d¨ªa) vendieron en total m¨¢s de un mill¨®n de copias. Tanto Miralles como Jofra comparan la sensaci¨®n que supuso Eugenio en su momento con lo que en los noventa signific¨® Chiquito de la Calzada. Por supuesto, su estilo era completamente diferente, pero ambos hicieron suyo el chiste popular, con un humor personal¨ªsimo. Su trabajo sirvi¨® para romper las expectativas del p¨²blico y para ampliar lo que pod¨ªan hacer los c¨®micos. Eugenio no us¨® ese surrealismo desbocado del malague?o, sino que actuaba desde un hieratismo medido y cuidado. Pero, gracias a ¨¦l, un chiste nos sabe a poco, porque Eugenio no solo contaba chistes: dejaba un poco de s¨ª mismo en cada actuaci¨®n.
Los mejores chistes de Eugenio
Escoger los mejores chistes de Eugenio es una tarea casi imposible: lleg¨® a tener unos 50.000 apuntados, seg¨²n cuenta Gerard Jofra en su libro. Con tanto material, lo normal es que, al margen de un pu?ado de cl¨¢sicos, cada uno tenga sus favoritos. As¨ª que esta no es m¨¢s que otra propuesta de antolog¨ªa que, parafraseando al propio c¨®mico, esperamos que les divierta:
Dios m¨ªo, dame paciencia, ?pero ya!
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Diu: ¡°Oiga , ?a usted le gusta la pintura? Diu: ¡°Mucho, pero m¨¢s de un bote me empalaga¡±.
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¡ª?Usted domina el ingl¨¦s?
¡ªHombre, si es bajito y se deja¡
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Dice que es un t¨ªo que llega a su casa y se encuentra a su mujer con un t¨ªo en la cama.
Diu: ¡°Pero nena, ?qu¨¦ hace este t¨ªo en la cama?¡±.
Diu: ¡°?Maravillas, tito, maravillas!¡±.
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Le dice una mujer a su marido:
¡ªCari?o, ma?ana es nuestro aniversario y voy a matar un pollo.
¡ª?Y qu¨¦ culpa tiene el pollo? Mata a tu primo, que es el que nos present¨®.
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Un t¨ªo que se muere el lunes y diu: ¡°Cony, si que empezamos bien la semana¡±.
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Saben aquel que dice que es un peat¨®n que va corriendo detr¨¢s de un autob¨²s y le dice un t¨ªo: ¡°No corra, que no lo va a coger¡±. Y diu: ¡°Pues lo tendr¨¦ que intentar porque soy el conductor¡±.
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El t¨ªo que va al oculista y el oculista le dice: ¡°Por favor, caballero, ?qu¨¦ letra ve all¨ª en la pizarra?¡±.
I diu: ¡°?LA A!¡±.
¡°No se precipite, por favor. F¨ªjese bien, ?qu¨¦ letra ve?¡±.
I diu: ¡°?LA A!¡±.
¡°Est¨¢ usted nervioso y me est¨¢ poniendo nervioso a m¨ª. Por ¨²ltima vez, ?qu¨¦ letra pone ah¨ª?¡±.
I diu: ¡°?LA A!¡±.
Y el oculista se acerca y diu: ¡°Co?o, pues es la A¡±.
***
Dice que en la rama de un ¨¢rbol hab¨ªa un matrimonio de gorriones, el gorri¨®n y la gorriona, y al lado una ranita. En un momento dado, la ranita se tira al vac¨ªo, agitando las patas, con intenci¨®n de volar. Cae y queda malherida. Y la ranita mirando as¨ª a los dos pajaritos¡ Y le dice el gorri¨®n a la gorriona: ¡°?No crees que deber¨ªamos decirle ya que es adoptada?¡±.
***
Saben aquel que dice que es un t¨ªo que trabajaba en una empresa, un d¨ªa se dirige al jefe y le dice: ¡°Oiga, ?me permite que me ausente durante dos horas?¡±. Y diu el jefe: ¡°?Para qu¨¦?¡±. Diu: ¡°Es que voy a ser padre¡±. ¡°S¨ª, hombre, m¨¢rchese tranquilo¡±. El tio se¡¯n va y al cabo de dos horas vuelve y le dice el jefe: ¡°?Qu¨¦ tal, c¨®mo ha ido? ?Qu¨¦ ha sido, ni?o o ni?a?¡±. Diu: ¡°Es cuesti¨®n de esperar nueve meses, ?sabe?¡±.
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Le dice un amigo a otro: ¡°Oye, ?tu mujer chilla mucho cuando hace el amor?¡±. Diu: ¡°?Que si chilla? Cony, la oigo desde el bar¡±.
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Saben aquel que dice que es un t¨ªo que iba por el campo cazando mariposas. En eso que persiguiendo una papallona el t¨ªo tiene la mala fortuna de caer en un precipicio de 1.500 metros de profundidad. El t¨ªo cau, pero a los 20 metros de descenso tiene la suerte de agarrarse a una rama, se coge fuertemente y empieza a chillar desesperadamente: ¡°?Hay alguien?¡±. Y se oye el eco que dice: ¡°Alguien, alguien, alguien¡¡±. El t¨ªo: ¡°?Hay alguien?¡±. Y el eco: ¡°Alguien, alguien, alguien¡¡±. Por tercera vez, angustiadamente, diu: ¡°?Hay alguien?¡±. Se oye una voz profunda, penetrante, con personalidad, que diu: ¡°S¨ª, hijo m¨ªo, est¨¢ Dios. Sigue mis instrucciones sin miedo. Suelta tus manos, d¨¦jate caer al vac¨ªo, que antes de que tu cuerpo se estrelle contra el suelo mandar¨¦ 40.000 ¨¢ngeles mayores al mando de mi bienamado arc¨¢ngel San Gabriel que batiendo sus potentes alas vencer¨¢n la ley de la gravedad y succionando el aire te remontar¨¢n otra vez hasta el punto de partida¡±.
Y diu: ¡°Vale, gracias, ?pero hay alguien m¨¢s?¡±.
***
Un t¨ªo que entra en una pajarer¨ªa y diu: ¡°Oiga, ?que tienen pollitos?¡±. Y diu: ¡°S¨ª¡±. ¡°Pues deme cincuenta pollitos¡±. Y al d¨ªa siguiente el t¨ªo vuelve y diu: ¡°Oiga, quer¨ªa cincuenta pollitos m¨¢s¡±. Le vende los cincuenta pollitos. Y al tercer d¨ªa, una altra vegada: ¡°?Que les quedan pollitos?¡±. Diu: ¡°S¨ª, se?or¡±. ¡°Quer¨ªa cincuenta pollitos m¨¢s¡±. ¡°?Que est¨¢ montando una granja?¡±. Diu: ¡°No. Se me mueren. Yo no s¨¦ si es que no los planto bien o los riego demasiado¡¡±.
***
Una pareja de novios y ¨¦l le dice a ella: ¡°Nena, por las ma?anas no desayuno pensando en ti. A mediod¨ªa no como pensando en ti. Por la noche no ceno pensando en ti. Y cuando me acuesto, no puedo dormir¡±. Diu: ¡°?Pensando en m¨ª?¡±. Diu: ¡°No, del hambre que tengo, nena¡±.
***
Dice que es un catal¨¢n que se encontr¨® una tirita y se hizo un corte para aprovecharla.
***
Va un t¨ªo a una entrevista de trabajo y le dicen: ¡°Empezar¨¢s cobrando 1.000 euros y m¨¢s adelante 2.000 euros¡±. Diu: ¡°Ah, vale, pues ya vendr¨¦ m¨¢s adelante¡±.
***
Saben aquel que dice que se encuentran dos amigos y uno le dice al otro:
¡ª?Nano! El otro d¨ªa por una palabra no me hice millonario.
¡ª?Que fuiste a un concurso?
¡ªNo, fui al banco y le dije al cajero: ¡°Dame cincuenta millones de pesetas¡±. Y me dijo que no. Si me llega a decir que s¨ª, me hago millonario, t¨².
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