El mercado calienta las cer¨¢micas de Picasso
La introducci¨®n de la alfarer¨ªa como una disciplina art¨ªstica, el gran n¨²mero de obras disponibles y precios que van de 500 euros a rozar los tres millones provoca que se vendan casi todas las piezas del artista malague?o
Desde que Picasso aprendi¨® a hacer que la tierra ardiera nada volvi¨® a ser igual. Transform¨® un oficio ¡ªla alfarer¨ªa¡ª en un arte. En 2023 (hasta el 11 de noviembre, seg¨²n la plataforma especializada www.mutualart.com) se vendieron en esta categor¨ªa picassiana de ¡°artes decorativas¡± obras por valor de 16.983.850 d¨®lares (algo m¨¢s de 15,7 millones de euros, al cambio actual). Sobre el atril se ofrecieron 1.468 cer¨¢micas, de las que 1.098 fueron adjudicadas. El 75% del total. Pero algunas sesiones lograron el pleno. El 30 de octubre la sala Christie¡¯s puso en el mercado 89 piezas. Todas vendidas. Algo m¨¢s de tres millones de d¨®lares para la casa. Su gran competidor, Sotheby¡¯s, tambi¨¦n comprob¨® que el fuego del genio es rentable. Celebr¨® dos ventas de cer¨¢micas, una en abril (Londres) y otra en septiembre (Nueva York). Sumaban 176 obras editadas. El 96% encontr¨® comprador. Pujaron coleccionistas de 35 pa¨ªses. Y hubo sorpresas. Visage aux yeux rieurs (Cara con ojos risue?os), un jarro torneado, alcanz¨® un precio de 165.100 libras (153.000 euros). R¨¦cord mundial para esa arcilla blanca cocida. Alguien puede pensar que suena ¡°razonable¡± hablando de un picasso. Pero es una cer¨¢mica reproducida 350 veces y su precio de salida eran 40.000 libras.
Han sucedido muchas cosas hasta llegar aqu¨ª. Algunas en vida del maestro, otras tras su muerte. No existe un cat¨¢logo razonado de todo su trabajo en cer¨¢mica. Se calcula que hay 3.500 obras ¨²nicas, sin embargo faltan, al menos, unas 1.000 que nunca han sido expuestas o publicadas. ¡°Adem¨¢s ha habido un cambio radical en la historiograf¨ªa, ya no son ¡®los cachivaches de la vejez del artista¡¯. Los investigadores se han interesado por su creaci¨®n y diversas exposiciones pusieron su cer¨¢mica en valor¡±, desgrana Salvador Haro, catedr¨¢tico de pintura de la Universidad de M¨¢laga y uno de los principales expertos mundiales en esta expresi¨®n, donde Picasso mezclaba agua, fuego y arcilla. ¡°Una fecha esencial fue 1998. El Metropolitan de Nueva York y la Royal Academy of Arts de Londres programaron sendas muestras. Por primera vez hubo un buen cat¨¢logo y cambi¨® por completo el paradigma¡±, matiza. En el creciente inter¨¦s ha influido tambi¨¦n el inconsciente del coleccionista actual: ¡°Desde 500 euros puedo tener algo similar a una escultura¡±.
¡°Antes que Picasso ¡ªescribe Salvador Haro¡ª otros pintores se hab¨ªan aproximado a las artes del fuego: Gauguin, Matisse, Rouault, Marquet, Dufy, Fontana, Kandinsky. Sin embargo, sus actuaciones en este medio, muchas veces eventuales, no hab¨ªan supuesto una verdadera aceptaci¨®n por la cr¨ªtica¡±. El demiurgo hab¨ªa reinventado la expresi¨®n art¨ªstica del siglo XX y la alfarer¨ªa no ser¨ªa una excepci¨®n. Ni tampoco el tiempo.
Hac¨ªa un a?o que se hab¨ªa firmado el armisticio de la Segunda Guerra Mundial. En aquel momento, Picasso veraneaba junto a Fran?oise Gilot en Golfe-Juan, en la Costa Azul. Una tarde de verano, a finales de julio, se acercaron a la exposici¨®n de productos artesanales que se celebraba cerca de Vallauris. Un centro alfarero desde los tiempos romanos que el artista ya hab¨ªa visitado en 1936 con Dora Maar y el poeta Paul ?luard. Qued¨®, aquellos d¨ªas, fascinado al ver a los alfareros levantar el barro.
Con esa agua y esa tierra en los ojos conoci¨® al matrimonio Rami¨¦, que hab¨ªa reabierto una vieja f¨¢brica llamada Madoura. Por la tarde, ya estaba sentado frente al torno. Cre¨® algunas figuras de arcilla y le convencieron. El invierno lo pasar¨ªa dibujando bocetos de futuras cer¨¢micas. Trabaj¨® con Jules Agard, un tornero especializado, y los Rami¨¦ le facilitaron infinidad de materiales. Casi todo 1947 lo ocup¨® en Madoura. Hab¨ªa surgido un fuego que alimentaba sistem¨¢ticamente. Cada tarde ¡ªrecuerda Salvador Haro¡ª acud¨ªa desde Golfe-Juan, donde hab¨ªa alquilado una casa de verano al grabador Louis Fort, hasta que en la primavera de 1948 fij¨® su residencia en Vallauris, en la villa La Galloise, junto a Gilot y el reci¨¦n nacido Claude. All¨ª vivir¨¢n hasta 1954. Durante esos a?os nunca dej¨® de moldear la arcilla.
Su idea, como coment¨® a George Remi¨¦, due?o del taller, era poner su trabajo, gracias a largas tiradas, al alcance de todo el mundo, al igual que ocurr¨ªa con los grabados desde 1946. Estas ediciones comenzaron a reproducirse en serie a partir de 1950, aunque los primeros modelos responden a originales creados durante 1947. Antes de esa producci¨®n elevada, en 1948, expuso sus trabajos en cer¨¢mica en la Maison de la Pens¨¦e Fran?aise, en Par¨ªs. La cr¨ªtica estuvo dividida. Pero era Picasso y produjo un efecto inesperado. La industria alfarera volvi¨® a la vida tras la Segunda Guerra Mundial. En Vallauris hab¨ªa 400 o 500 obreros ceramistas en paro, pero ¡°despu¨¦s de que mostrara su exposici¨®n en la capital gala [1948], con todos los que vinieron a instalarse se habr¨ªa podido desenterrar a los alfareros muertos para darles trabajo¡±, explic¨® Georges Tabaraud, editor de Le Patriote, un peri¨®dico comunista franc¨¦s y amigo del alfarero prodigioso. Por el taller pasaron Lucio Fontana, Paul Ren¨¦ Gauguin (sobrino de Paul Gauguin), el pintor Edouard Pignon o Joan Mir¨®. Tambi¨¦n anduvo Marc Chagall. Algo que acab¨® enfad¨¢ndolo. ?l representaba la vanguardia; Chagall, en cambio, era, a su entender, reaccionario y muy alejado pol¨ªticamente de sus ideas de izquierdas y su cercan¨ªa a Rusia.
Pese a su temperamento, Picasso sac¨® la alfarer¨ªa de la mera tradici¨®n y abri¨® un camino nuevo para otros creadores. A la vez invent¨® un mercado. Los tres precios m¨¢s altos ¡ªseg¨²n Mutualart.com¡ª corresponden a 23 escudillas de plata en edici¨®n de 20 piezas por las que se pagaron en 2014 unos 2.657.000 euros. Les siguen dos b¨²hos ¨²nicos: Le hibou gris, de 1953, adjudicado en 2018 por 2.412.500 d¨®lares (2.210.000 euros, al cambio actual), y Le hibou (rouge et blanc), que se vendi¨® durante 2016 en 2.407.500 d¨®lares (2.205.686 euros). Obras de solo unos 30 cent¨ªmetros. Pero hay alfarer¨ªa m¨²ltiple que parte de 500 o 700 euros. Era un genio. Sab¨ªa c¨®mo arde la tierra y el dinero.
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