Martxelo Rubio: ¡°?Sabes esas leyendas sobre alguien que cogen por la calle y sale catapultado a la fama? A m¨ª me pas¨®¡±
El vasco, candidato al Goya a actor secundario por ¡®20.000 especies de abejas¡¯, debut¨® en el cine por todo lo alto en ¡®27 horas¡¯, con Maribel Verd¨² y Antonio Banderas, y lleva d¨¦cadas centrado en las series en Euskadi y en el teatro
En 1985 Martxelo Rubio andaba un poco perdido. ¡°Ten¨ªa 19 a?os y estaba estudiando algo que no me interesaba, gesti¨®n de empresas, contabilidad. Y por las tardes en verano me encargaba de chavales de colonias. Hab¨ªa dos hermanos apuntados, y siempre les recog¨ªa su madre. Un d¨ªa vino el padre, y se me qued¨® mirando. La verdad, me hizo sentir inc¨®modo. Al d¨ªa siguiente volvi¨® y se present¨®: era Javier Aguirresarobe, un director de fotograf¨ªa. Y me dijo: ¡®Montxo Armend¨¢riz est¨¢ preparando una pel¨ªcula, y no quiere actores, sino tipos. Y encajas en el perfil de uno de ellos. ?Te importa hacer una prueba?¡±, recuerda. As¨ª cambi¨® su vida. Al a?o siguiente, Martxelo Rubio coprotagoniz¨® 27 horas con Maribel Verd¨² y Antonio Banderas, y encontr¨® su vocaci¨®n, la interpretaci¨®n. Nunca lo ha dejado, pero su perfil profesional ha sido menos medi¨¢tico hasta estos meses, en los que su personaje de Gorka, el padre de la protagonista de 20.000 especies de abejas, le ha reportado con 57 a?os su primera candidatura a los Goya, en concreto a actor secundario. ¡°Puede dar la sensaci¨®n de que he estado fuera del mercado... Y de verdad, nunca he dejado de trabajar ni de disfrutar¡±. Lo dice con una voz pausada, constipado, con algunos parones para meditar las palabras. Y empieza a rememorar.
Nacido en San Sebasti¨¢n, Rubio podr¨ªa ser el paradigma de los actores de provincias, que cuando aparecen en el cine muchos espectadores se preguntan de d¨®nde salen, mientras en sus comunidades aut¨®nomas son muy populares por las teles locales o por largas carreras en el teatro. Sin embargo, el donostiarra, que salvo los a?os en que estudi¨® en Madrid, en la escuela de Cristina Rota, e intent¨® abrirse paso en el cine en la capital, siempre ha vivido en el barrio del Antiguo de su ciudad natal, empez¨® de manera llamativa, explosiva: ¡°Sab¨ªa qui¨¦n era Montxo como un espectador m¨¢s, por Tasio. Nunca me hab¨ªa planteado nada as¨ª. Fui al hotel Londres, hab¨ªa cuatrocientos chavales esperando y me dije: ¡®Bueno...¡¯. En cambio, me llamaron de nuevo, me dieron un texto, comenzaron pruebas m¨¢s exhaustivas... Hasta que de pronto me vi haciendo una pel¨ªcula. ?Sabes esas leyendas que cuentan de alguien que cogen por la calle y sale catapultado a la fama? A m¨ª me pas¨®¡±.
Un rodaje en casa, con Banderas, Verd¨², Armend¨¢riz y producido por El¨ªas Querejeta. ¡°Tengo un gran recuerdo de Antonio. Yo no hab¨ªa hecho nada, ¨¦l ya hab¨ªa currado... Hubo mucho feeling. Cuando me mud¨¦ a Madrid a formarme me ech¨® un capote¡±, cuenta el donostiarra. Con Montxo Armend¨¢riz ha mantenido la amistad, y el cineasta, por tel¨¦fono, explica: ¡°Fue una gozada trabajar con Martxelo. No hab¨ªa estado nunca en un rodaje, pero en seguida entendi¨® la mec¨¢nica. La filmaci¨®n fue dura, con secuencias en el mar, todo el mundo mareado, y ¨¦l ni rechist¨®. Recuerdo lo que le gustaba Smoke On The Water, de Deep Purple, y que yo le pon¨ªa la canci¨®n en una casete en el coche que nos trasladaba y tambi¨¦n mientras prepar¨¢bamos los planos. S¨ª, seguimos en contacto¡±. 27 horas fue un exitazo con su retrato de una juventud vasca agarrada a las drogas como salvavidas vital. ¡°Y a m¨ª me coloc¨® en el mercado¡±, confirma el actor.
Por suerte, incide Rubio, ¨¦l no perdi¨® el norte. ¡°Mi familia, como yo, flip¨® con lo que ocurr¨ªa. Pero eran de origen humilde, muy bien estructurada, y me inculcaron unos valores que me han ayudado. Se lo tomaron con ilusi¨®n. Adem¨¢s, conoc¨ªamos a la familia Querejeta, productor del filme. No les hizo tanta gracia mi decisi¨®n posterior de venir a Madrid, a estudiar, pero yo lo ten¨ªa claro: deb¨ªa intentarlo¡±.
En la capital, Rubio breg¨® con todas sus fuerzas: ¡°Es que empezar as¨ª, con un protag¨®nico... Cualquier m¨¦rito m¨ªo proced¨ªa en realidad del equipo, del guion, del personaje¡±. En la escuela de Cristina Rota form¨® parte de la promoci¨®n de Gabino Diego y Beatriz Santana. ¡°A m¨ª me fue bien, aunque no era un sitio para todo el mundo¡±, cuenta. En el estreno de Mujeres al borde de un ataque de nervios, Almod¨®var le confes¨® que hab¨ªa dudado hasta el ¨²ltimo segundo entre ¨¦l y Banderas. ¡°Y Antonio aprovech¨® ese impulso como hab¨ªa que hacerlo. Hay momentos de intersecci¨®n en la vida o en las carreras profesionales en que coges una ruta o te toca otra. Y ya est¨¢¡±. Con los meses, Rubio sinti¨® que ¡°en Madrid no sal¨ªa trabajo, no entraba en quinielas y, en cambio, en casa s¨ª¡±.
La crisis, en casa y trabajando
El actor volvi¨® a San Sebasti¨¢n. A hacer series vascas como Goenkale, donde estuvo ¡°muchos, muchos a?os, bien engrasado aunque alejado del mercado nacional¡±. A hacer epis¨®dicos en Periodistas, Un d¨ªa volver¨¦, Muerte a destiempo, El comisario, Cu¨¦ntame c¨®mo pas¨® o, m¨¢s recientemente, Alardea. A aparecer en papeles peque?os en filmes como Alma gitana, La vuelta de El Coyote, Yoyes, 23-F: la pel¨ªcula o Lejos del mar. Feliz, subraya, salv¨® la crisis: ¡°En Madrid a muchos les cruji¨®; yo, en cambio, la atraves¨¦ sobreviviendo, agazapado y a lo m¨ªo, en Goenkale. No hay cosa m¨¢s digna que el trabajo, y si haces lo que te gusta, es maravilloso. Es m¨¢s, gracias al colch¨®n de la serie pude ser padre¡±.
Porque adem¨¢s, a esta mudanza, Rubio le sum¨® que, procediendo de tele y cine, comenz¨® a volcarse en el teatro. ¡°Lo ve¨ªa con mucho respeto, y ahora me siento como en mi casa; la cosa del directo es muy ca?era, muy potente¡±, apura. ?No vive apartado del audiovisual nacional? ¡°No tanto. Hay un cambio a mejor, y se nota en los premios Goya o en los Max: el centralismo se est¨¢ diluyendo, coge m¨¢s peso la periferia, y con ella la variedad. Descubres candidatos de otros sitios con largu¨ªsimas carreras regionales y mucho talento¡±.
En este momento, Rubio empieza a hablar en plural, a definir San Sebasti¨¢n como base de operaciones ¡°para ambos¡±. En ese ¡°ambos¡± entra la actriz y dramaturga Sandra Ferr¨²s. Es m¨¢s, el d¨ªa de la entrevista, realizada horas antes de la fiesta de los nominados a los Goya el 18 de diciembre, cuando uno viajaba a Madrid, la otra volv¨ªa a casa. ¡°Y ma?ana volver¨¢ a darse el cruce. Solo cuando estamos unos meses en un proyecto nos mudamos todo el equipo [la pareja y sus hijos, de 13 y 8 a?os]. ¡°En fin, hacemos tetris nivel superior con ellos¡±. Ferr¨²s gan¨® el premio Max, en la ¨²ltima edici¨®n de los galardones teatrales, a mejor autor¨ªa revelaci¨®n por su obra La panadera, con la que adem¨¢s obtuvo la nominaci¨®n a mejor actriz, y en la que tambi¨¦n trabajaba Martxelo Rubio. ¡°Sandra escribe muy bien, como ya se sent¨ªa en El silencio de Elvis [su anterior obra]¡±, subraya con admiraci¨®n el int¨¦rprete.
Y as¨ª lleg¨® 20.000 especies de abejas, de Estibaliz Urresola Solaguren. ¡°Sandra y yo est¨¢bamos en Madrid, y una amiga era una posible actriz para el proyecto. Te hablo de a?o y medio o dos a?os antes del rodaje. Bueno, pues ella me solt¨® que de repente se le hab¨ªa pasado por la cabeza mi imagen como su marido en el filme¡±, desgrana Rubio. ¡°Pasa el tiempo, llaman a Sandra para pruebas para la pel¨ªcula, pero no habla bien el euskera... Pero Sandra invit¨® a Esti a la funci¨®n. Y entonces me vio y me llam¨®. Fue una prueba muy tranquila, relajada, y me cogi¨®. En realidad, estoy feliz con que Esti haya entrado en mi vida¡±.
Sobre su personaje, Gorka, Rubio explica: ¡°Es un papel peque?o, aunque importante, y muy bonito de hacer. Con mucho conflicto interior¡±. Y analiza: ¡°A ¨¦l le pasa por encima la situaci¨®n, ?no? ?l es un querer y no poder. En el fondo, todos deseamos que nuestros hijos no sufran, y ah¨ª se sit¨²a Gorka¡±. Rubio defiende la pertinencia del filme: ¡°Aunque hubiera pasado inadvertido, yo quiero estar en proyectos como este, con chicha. La calidad del filme ya la sab¨ªa, su repercusi¨®n no depend¨ªa de eso. En el parque o en los partidos de baloncesto de mi hijo empezaron a felicitarme por la pel¨ªcula, y descubr¨ª que s¨ª, que la gente la estaba viendo¡±.
Por su parte, Urresola viaja m¨¢s atr¨¢s. La cineasta cuenta que en su adolescencia ¡°ya le ve¨ªa en Goenkale¡±. Luego la cineasta ahond¨® en el cine, estudiando. ¡°Y ah¨ª me encontr¨¦ de nuevo a Martxelo, en pel¨ªculas como 27 horas, que impresiona mucho. Luego diriges a gente de esta trayectoria, y eso tambi¨¦n acongoja. Al final fue un gustazo. Escucha mucho, y en el rodaje estuvo muy atento a la informaci¨®n que yo le daba de la realidad trans, a lo que los padres me hab¨ªan transmitido. Siempre receptivo, comprometido y abierto a jugar, porque as¨ª creamos la memoria y el v¨ªnculo de la familia antes de ponernos con las c¨¢maras¡±.
Rubio tambi¨¦n interpret¨® un peque?o papel en Maixabel, y ah¨ª se reencontr¨® y charl¨® mucho con una compa?era de generaci¨®n, Ic¨ªar Bolla¨ªn. ¡°?Y sabes qu¨¦ nos llamaba la atenci¨®n? Que los j¨®venes cineastas no nos conocen, no ven el cine de los ochenta y noventa. Hace poco me llamaron para una serie vasca, y el director, joven con talento, no sab¨ªa qui¨¦n era yo, y por eso no me ve¨ªa en el personaje. Te hace sentir fuera de lugar¡±. M¨¢s le enfada la ola de censura que surge estas semanas de los gobiernos de la coalici¨®n PP y Vox. ¡°Es cuesti¨®n de venganza, porque hist¨®ricamente los creadores son de izquierdas. Y para m¨ª la Cultura es un patrimonio de la humanidad, no es ni derecha ni izquierdas, ?no? Algo tan importante que no deber¨ªa ser algo por lo que pelear, ni moneda de cambio. Pero s¨ª, est¨¢ pasando, y es una pena y da miedo¡±.
?Y los Goya? ?C¨®mo los encara? ¡°Estoy feliz, yo me siento como un invitado, aunque a la vez lo observo como una especie de reconocimiento¡±. Ni le ha cambiado la nominaci¨®n ni le cambiar¨¢ un triunfo, explica con su tono calmo: ¡°Claro que no. Piensa en esas leyendas de quien lo gana y no act¨²a en tiempo. Yo he estado trabajando en Bilbao en Querer, de Alauda Ruiz de Az¨²a [para Movistar+], que es otro talento incre¨ªble, y en la feria de teatro de Donostia estrenar¨¦ obra con mi pareja. Adem¨¢s, hay por ah¨ª cosas que est¨¢n... en el aire. Como siempre¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.