¡®Mis¨¢ntropo¡¯: el director de ¡®Relatos salvajes¡¯ vuelve con un buen policiaco

El policiaco es el nuevo w¨¦stern. En el sentido gen¨¦rico y comercial, se entiende. De un tiempo a esta parte (desde mucho antes en el caso del cine del Oeste), el policiaco es un g¨¦nero que se practica cada vez menos en el cine americano. La televisi¨®n lo ha copado, y ya apenas llega a las salas. Pero cuando aparece uno, como tambi¨¦n ocurre con el w¨¦stern, suele ser bueno o muy bueno. Mis¨¢ntropo, intriga psicol¨®gica, policiaco procedimental, aparente thriller de asesino en serie, primer trabajo en Estados Unidos del argentino Dami¨¢n Szifr¨®n, creador de la exitosa Relatos salvajes (2014), cumple con todo lo anterior.

Veintinueve v¨ªctimas durante la celebraci¨®n del A?o Nuevo por disparos de un francotirador desde una ventana. Un ¨²nico disparo por v¨ªctima, ni un fallo. Un profesional, un demente. ?Qui¨¦n es, qu¨¦ quiere? Por ah¨ª empieza una pel¨ªcula que huye de la acci¨®n y del espect¨¢culo, aunque finalmente lo tenga. Szifr¨®n prefiere mostrar las consecuencias. Una obra el¨ªptica, con mucho fuera de campo (el recurso de moda). Notable, oscura, nihilista, ideol¨®gica. Y a pesar de todo, intensa.

En su mayor¨ªa, las cr¨ªticas de los peri¨®dicos y medios especializados estadounidenses han sido terribles. Tambi¨¦n en su mayor¨ªa, las rese?as de los argentinos y latinoamericanas han sido excelentes. Tambi¨¦n en Francia. Y aunque la labor del cr¨ªtico no sea en modo alguno criticar a otros cr¨ªticos, quiz¨¢ s¨ª lo sea analizar las din¨¢micas sociales y pol¨ªticas de reflexi¨®n cultural, art¨ªstica y period¨ªstica. Y ah¨ª puede entrar una disquisici¨®n acerca de lo que ha podido molestar tanto de Mis¨¢ntropo a los americanos del Norte en comparaci¨®n con los del Sur.

Parece evidente que la insistente cr¨ªtica pol¨ªtica al sistema, a todo el sistema, que contiene la pel¨ªcula de Szifr¨®n puede estar en la base: el palmario problema de EE UU con la venta de armas y los mecanismos de control con seg¨²n qui¨¦n llega a comprarlas; la enraizada tradici¨®n de la cadena de ense?anza de padres a hijos sobre el manejo de las armas; las redes de bazofia ultra que campa a sus anchas por internet contagiando el odio tanto en el violento rencoroso como en el esquinado pusil¨¢nime, haci¨¦ndole formar parte de un grupo de poder; la feroz cr¨ªtica a las diatribas de la masa de ultraderecha, sin que tenga que verbalizarse en momento alguno el nombre y el apellido del expresidente que de nuevo aspira a la presidencia; las dificultades sociales y laborales de la clase trabajadora; y, en fin, las teor¨ªas conspiranoicas encargadas de inocular la sensaci¨®n de que cada medida del poder ejecutivo para intentar proteger a la poblaci¨®n es una excusa para el escamoteo de los derechos y libertades civiles. La dicotom¨ªa entre libertad y seguridad, esa que tambi¨¦n est¨¢ a la orden del d¨ªa en pa¨ªses tan distintos a EE UU como Ecuador y El Salvador.

Y, lo m¨¢s importante, todo aquello es lo que puede convertir a alguien en el mis¨¢ntropo del t¨ªtulo. ¡°A veces pienso que me llevar¨ªa mejor conmigo misma si se eliminara al resto de la gente¡±, dice el personaje espejo del criminal: una polic¨ªa de base de la ciudad de Baltimore, donde se ambienta la pel¨ªcula, que es reclutada por el jefe del FBI al mando, gracias a esas peculiares caracter¨ªsticas personales (¡°Agresiva, adicta, antisocial¡±), y a la que interpreta con su finura habitual y ese rostro permanentemente triste Shailene Woodley.

Mis¨¢ntropo es un thriller policiaco con asesino en serie, entretenido y adulto, que no juega al fuego artificial, sino al an¨¢lisis psicol¨®gico individual y colectivo; que sin necesidad de inventar nada cumple con lo que promete; y que sin llegar a la excelencia de obras mayores como Zodiac y Seven, intenta ascender a ese lugar en el que rein¨® la generaci¨®n de cineastas del compromiso pol¨ªtico de los a?os setenta (Lumet, Pollack, Pakula): el planteamiento de las preguntas m¨¢s adecuadas en torno a los males de la sociedad de su tiempo.