Los ¨²ltimos creadores de arte sacro, un oficio en riesgo de extinci¨®n
La concesi¨®n de la Medalla de las Bellas Artes a la asociaci¨®n de gremios que practican una disciplina secular otorga visibilidad a expresiones culturales que peligran porque no hay ning¨²n lugar donde aprenderlas
En el taller de Francisco Carrera, Paquili, sobrevuela una concentraci¨®n relajada. Sus siete aprendices se inclinan sobre los bastidores mientras insertan con una minuciosa precisi¨®n la aguja enhebrada en hilo dorado con la que, de manera imperceptible, van hinchando los brocados que sobresalen de un terciopelo y que luego destacar¨¢n sobre el mant¨®n de una virgen o ser¨¢n el relieve que otorgue exclusividad a un vestido de alta costura. Adem¨¢s de envuelto en la calma, el local parece suspendido en el pasado, no en vano quienes all¨ª trabajan son herederos del Barroco sevillano en su t¨¦cnica y su labor.
Son bordadores, uno de los gremios que mantienen vivo el arte sacro, una disciplina que entr¨® en el siglo XXI presa de los prejuicios que la circunscrib¨ªan al ¨¢mbito religioso, pero que, en el ¨²ltimo lustro, ha empezado a deshacerse de los clich¨¦s para reivindicar el reconocimiento que se merece un conjunto de especialidades que beben de una tradici¨®n secular. La concesi¨®n por parte del Gobierno de Espa?a de la Medalla de Oro de las Bellas Artes a la Asociaci¨®n Gremial de Arte Sacro de Sevilla, el pasado enero, supuso un espaldarazo a esa estrategia y un dique frente al peligro de extinci¨®n que corren algunas de sus profesiones porque no hay lugar donde ense?arlas ni quien pueda aprenderlas.
¡°Para nosotros la medalla es un reconocimiento al trabajo que venimos haciendo desde hace siglos, tambi¨¦n al de la asociaci¨®n, que se ha creado recientemente, y adem¨¢s nos brinda un posicionamiento a escala nacional que anteriormente el arte sacro no ten¨ªa¡±, explica Paquili, presidente de la asociaci¨®n, que se constituy¨® en 2018 para ¡°dar dignidad al sector¡±. Es decir, conseguir que los distintos gremios que forman parte de esta disciplina ¡ªbordado, capirotes, carpinter¨ªa, cerer¨ªa, confecci¨®n de prendas y cuero, orfebrer¨ªa, pasamaner¨ªa, pelucas sacras, pintura, restauraci¨®n y talla¨D est¨¦n englobados bajo un ep¨ªgrafe en la Clasificaci¨®n Nacional de Actividades Econ¨®micas (CNAE) que los identifique, algo esencial para solicitar subvenciones o poder ense?ar y otorgar titulaciones. ¡°?C¨®mo es posible que en la Comunidad Valenciana est¨¦ reconocida como hecho diferencial la creaci¨®n de ninots, que es un arte ef¨ªmero, y nosotros que estamos en los museos no seamos nada?¡±, se pregunta.
¡°Si no tenemos una regulaci¨®n, no existimos; y si no existimos, vamos a tener problemas porque no tenemos un ep¨ªgrafe concreto para recibir ayudas, como nos pas¨® en la pandemia. Y muchas de las disciplinas art¨ªsticas que practicamos no se pueden aprender en ninguna universidad o escuela porque no existe titulaci¨®n¡±, abunda Paquili. La de bordador, que ¨¦l ejerce, es una de las que solo pueden impartirse en talleres. Paquili ense?a a sus aprendices, pero estos despu¨¦s no tienen m¨¢s que el aval de su maestro para poder presentarse como bordadores en otros lugares porque no hay titulaci¨®n ni docencia espec¨ªfica
Alfonso Aguilar, el vicepresidente de la asociaci¨®n, solo cuenta con un empleado. ?l regenta el ¨²nico taller de encaje de bolillos de Andaluc¨ªa. No tuvo maestros porque la profesi¨®n, que Carlos V introdujo en Espa?a en el siglo XVI, ya se hab¨ªa perdido. Inform¨¢tico de profesi¨®n y con inquietud por este tipo de t¨¦cnica, aprendi¨® de manera autodidacta. ¡°Me puse a investigar, hac¨ªa fotos digitales, las ampliaba mucho para ver d¨®nde estaban los hilos, primero empec¨¦ con cosas b¨¢sicas¡±, explica. Ahora maneja los bolillos con una ligereza de aut¨®mata. Pero su trabajo, como el del resto de los artesanos y creadores que se dedican al arte sacro, depende de su propia pericia, lo que les hace inmarcesibles ante la tecnolog¨ªa o la inteligencia artificial.
¡°Lo que nosotros hacemos es ¨²nico, no se elabora en ninguna otra parte de Europa, por eso nos esforzamos por potenciarlo, para salvaguardar el futuro, pero tambi¨¦n la excelencia¡±, indica Paquili. ¡°Es un hecho diferencial, cultural y art¨ªstico en Andaluc¨ªa y, por tanto, de Espa?a¡±, abunda. Una singularidad que, sin embargo, pasa desapercibida para las Administraciones, que han permitido, censura el bordador, que se pierdan t¨¦cnicas y profesiones, como la del encajador de bolillos o el entallador ¡ªquien da forma a las piezas que luego repujan los orfebres¨D. ¡±Solo queda uno en Andaluc¨ªa, ya est¨¢ mayor y no tiene a qui¨¦n ense?ar. Es una t¨¦cnica esencial que se va a perder¡±, advierte Aguilar.
Paquili pone como ejemplo de esa desidia la desaparici¨®n de la batihoja. ¡°Era una disciplina art¨ªstica aut¨®ctona de Andaluc¨ªa, consecuencia de la llegada de oro y plata de Am¨¦rica tras la Conquista. Se cre¨® una profesi¨®n que consist¨ªa en batir el oro hasta convertirlo en una l¨¢mina, que es la que se utiliza para adornar los altares y los pasos. Pues esa profesi¨®n ha desaparecido en Espa?a, que es donde m¨¢s se utiliza esta t¨¦cnica, y ahora dependemos de Italia, ¨²nico pa¨ªs donde se fabrica¡±, explica. ¡°Las Administraciones no deber¨ªan haberlo permitido, deber¨ªan ponderar esa singularidad¡±, a?ade. Aguilar advierte a su vez del hilo de oro, esencial para sus trabajos: ¡°Solo lo fabrica una empresa en Barcelona, cuando se canse o si cierra nos quedaremos sin ¨¦l¡±.
Nuevos mercados para trabajos que ya casi no existen
El hecho de que el arte sacro est¨¦ ¨ªntimamente vinculado al ¨¢mbito religioso y se le haya circunscrito al entorno de la Semana Santa y las cofrad¨ªas ha perjudicado su promoci¨®n, un encasillamiento del que tambi¨¦n pretende liberarlo la asociaci¨®n. ¡°Estamos cambiando esa percepci¨®n, hay que valorar lo que es una creaci¨®n art¨ªstica independientemente del uso final. La medalla lo que hace es darnos la raz¨®n, reconocer que lo que nosotros hacemos es arte¡±, indica Paquili.
Y aunque los encargos de las hermandades siguen siendo su principal fuente de ingresos, los gremios del arte sacro, precisamente por esa especializaci¨®n que los hace ¨²nicos, est¨¢n diversificando su producci¨®n y abri¨¦ndose a otros mercados. Paquili y Aguilar trabajan para las principales casas de alta costura ¡ªambos participaron en la elaboraci¨®n de varios dise?os de la colecci¨®n que Dior present¨® en la plaza de Espa?a de Sevilla¨D, hay ebanisteros sevillanos que est¨¢n trabajando en la reconstrucci¨®n de la catedral de N?tre Dame de Par¨ªs, junto con uno de los mejores vidrieros del mundo, que tambi¨¦n es de Sevilla. ¡°Somos una potencia art¨ªstica en Europa porque hacemos trabajos que ya no existen en el resto del continente¡±, explica. A trav¨¦s de la asociaci¨®n tambi¨¦n se est¨¢n tejiendo lazos con Asia y Am¨¦rica Latina.
El arte sacro emplea en Andaluc¨ªa a unas 3.000 familias. Como no hay un ep¨ªgrafe espec¨ªfico no se ha cuantificado cu¨¢ntos ingresos genera, por eso la asociaci¨®n ha firmado un acuerdo con la Universidad de Sevilla para la elaboraci¨®n de un estudio sobre su impacto econ¨®mico. La asociaci¨®n est¨¢ manteniendo reuniones con el secretario de Estado de Hacienda para conseguir ese ep¨ªgrafe en el CNAE y una rebaja en el IVA, y con la Junta para lograr una titulaci¨®n espec¨ªfica para alguno de los gremios. ¡°Hay buena voluntad, pero cambiar la legislaci¨®n no es f¨¢cil¡±, dice con una sonrisa de resignaci¨®n Paquili.
¡°Nosotros hacemos patrimonio y contribuimos al sost¨¦n de la comunidad no solo a escala econ¨®mica, sino tambi¨¦n patrimonial, cultural y tur¨ªstica, porque la gente viene a Sevilla y a Andaluc¨ªa entre otras cosas para buscar las particularidades propias de la ciudad¡±, se?ala Paquili. ¡°Contribuimos a configurar esa alma, somos los herederos de La Roldana, de Mart¨ªnez Monta?¨¦s, del Barroco sevillano, pero en el siglo XXI¡±, concluye.
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