Muere Seiji Ozawa, el director de orquesta japon¨¦s m¨¢s occidental, a los 88 a?os
El maestro viv¨ªa retirado desde 2010 por el tratamiento de un c¨¢ncer de es¨®fago. Su ¨²ltima aparici¨®n sobre un escenario sucedi¨® en 2022, dirigiendo la obertura ¡®Egmont¡¯ de Beethoven
El director de orquesta Seiji Ozawa se qued¨® petrificado cuando un periodista alem¨¢n le formul¨® la siguiente pregunta: ¡°?C¨®mo puede usted, un japon¨¦s, entender a Beethoven, Mozart o Brahms?¡±. En 1979, le confes¨® a The New York Times que le hab¨ªa costado a?os encontrar una respuesta, pues nunca se hab¨ªa visto como un oriental dirigiendo m¨²sica occidental. ¡°La m¨²sica es tan internacional como una puesta de sol. Se puede ver desde Par¨ªs o desde Tokio. Pero siempre habr¨¢ gente que la disfrute o aprecie m¨¢s. Todo el mundo puede disfrutar de Mozart. Pero no todas las mentes est¨¢n dispuestas a prestarle atenci¨®n¡±.
Este m¨²sico tan japon¨¦s como occidental, que hab¨ªa nacido en la actual Shenyang, en Manchuria, durante la ocupaci¨®n japonesa, falleci¨® el pasado martes, 6 de febrero, en su casa de Tokio, a los 88 a?os, como consecuencia de un paro cardiaco. La noticia de su muerte no fue difundida hasta ayer viernes por la empresa de radiodifusi¨®n p¨²blica japonesa NHK. De hecho, Ozawa viv¨ªa retirado, desde 2010, por el tratamiento de un c¨¢ncer de es¨®fago que al final super¨®. Pero tan solo pudo volver espor¨¢dicamente a subirse al podio, tras acarrear otros problemas de salud. Su ¨²ltima aparici¨®n sobre un escenario se produjo, el 22 de noviembre de 2022, dirigiendo la obertura de Egmont, de Beethoven, en una retransmisi¨®n dedicada a un astronauta japon¨¦s en la Estaci¨®n Espacial Internacional.
Esos gestos m¨ªnimos y emocionados del legendario maestro japon¨¦s contrastan con los movimientos gr¨¢ciles y ligeramente r¨ªtmicos, que cautivaron las salas de concierto en la d¨¦cada de 1970. Una imagen que fascin¨® hasta a Steven Spielberg, durante una retransmisi¨®n de la PBS de su programa Evening at Symphony: ¡°Una fabulosa criatura que se colocaba sobre el podio, un atleta ¨¢gil y bailar¨ªn con una espesa cabellera negra y abalorios en su cuello de tortuga blanco¡±, escribe el director de cine, en Seiji. Un retrato ¨ªntimo de Seiji Ozawa, un libro-homenaje publicado, en 1998, para celebrar el 25? aniversario como titular de la Sinf¨®nica de Boston. Una monograf¨ªa plagada de an¨¦cdotas de amigos, familiares y colegas, que muestran, con abundantes fotograf¨ªas, al m¨²sico inquieto, sincero y riguroso. Pero tambi¨¦n al hombre humilde y divertido que vest¨ªa el tradicional yukata o bata de algod¨®n siempre despu¨¦s de sus conciertos.
El retrato m¨¢s reciente de Ozawa podemos leerlo en M¨²sica, s¨®lo m¨²sica (Tusquets), de Haruki Murakami. El novelista japon¨¦s elabor¨® este libro a partir de seis conversaciones, entre noviembre de 2010 y julio de 2011, donde sigue el trazado cronol¨®gico de su carrera como director de orquesta. Desde sus inicios como principal disc¨ªpulo de Hideo Saito, en la Escuela de M¨²sica Tohogakuen, en Tokio, hasta sus intermitentes apariciones al frente de la Orquesta Saito Kinen, que fund¨®, en 1984, como homenaje a su maestro, dentro del Festival de Matsumoto, ahora rebautizado con su propio nombre. Unas conversaciones salpicadas de reflexiones de un m¨²sico que tuvo que alejarse de la direcci¨®n y encontr¨® tiempo para escuchar sus grabaciones: ¡°Ha sido como mirarme en el espejo¡±, admite en el libro.
Pero la carrera de Ozawa como director de orquesta arranc¨® con fuerza, en 1959, con su victoria en el concurso de direcci¨®n de Besan?on, en Francia. Le sigui¨® el Premio Koussevitzky, en Tanglewood, y el trabajo como asistente de Herbert von Karajan, en 1961, y, despu¨¦s, durante cuatro a?os de Leonard Bernstein, en la Filarm¨®nica de Nueva York. Su primera orquesta como titular ser¨ªa la Sinf¨®nica de Toronto, de 1965 a 1969, donde comenz¨® su discograf¨ªa con una excelente Sinfon¨ªa Turangalila, de Messiaen. Y, tras una breve etapa vinculado con la Sinf¨®nica de San Francisco, se convirti¨®, en 1973, en titular de la Sinf¨®nica de Boston, donde se mantuvo hasta 2002. Ese a?o dirigi¨® el popular Concierto de A?o Nuevo de la Filarm¨®nica de Viena y se convirti¨® en titular de su ?pera Estatal hasta su retirada forzada a finales de 2009.
Siempre trat¨® de dirigir de memoria las partituras m¨¢s complicadas dentro de su inmenso repertorio, centrado en compositores del siglo XX, desde Sch?nberg, Stravinski y Bart¨®k hasta Messiaen y su compatriota T¨ru Takemitsu. Sus interpretaciones han sido a veces criticadas por carecer de fuerza expresiva, aunque siempre destac¨® por combinar esa contenci¨®n con una exquisita riqueza de color y precisi¨®n. La falta de fuerza expresiva puede verificarse en su integral sinf¨®nica dedicada a Mahler, en los setenta, con la Sinf¨®nica de Boston (Philips), aunque despu¨¦s super¨® varias de esas grabaciones al frente de la Orquesta Saito Kinen (Sony Classical). Y la exquisitez de su sonido puede comprobarse en su magn¨ªfica integral sinf¨®nica dedicada a Maurice Ravel, de 1974, al frente de su orquesta de Massachusetts, grabada con sonido cuadraf¨®nico por Deutsche Grammophon.
Desarroll¨® mayor fascinaci¨®n por la ¨®pera en la etapa final de su carrera. No obstante, la primera producci¨®n que dirigi¨® fue Cos¨¬ fan tutte, de Mozart, en 1969, en el Festival de Salzburgo. Y, en adelante, colabor¨® de forma intermitente, en la d¨¦cada de 1980, con La Scala de Mil¨¢n y la ?pera de Par¨ªs. En la primera dirigi¨® varias producciones destacadas de Puccini y Chaikovski. Y en la segunda estren¨®, en 1983, la ¨®pera San Francisco de As¨ªs, de Messiaen.
Babelia
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