Titanas de la danza contempor¨¢nea: bailar (y coreografiar) m¨¢s all¨¢ de los 50
Figuras como Sol Pic¨®, La Ribot, Carmen Werner, M¨®nica Runde, Isabel V¨¢zquez o Paloma D¨ªaz siguen derribando estereotipos en los escenarios con el mismo esp¨ªritu que las hizo pioneras del g¨¦nero en sus inicios en Espa?a
¡°A veces, la gente viene a verme para comprobar c¨®mo baila una se?ora de mi edad en el escenario. Y siempre hay alg¨²n comentario del estilo de ¡®qu¨¦ bien que todav¨ªa puedas bailar¡±, cuenta Sol Pic¨® (Alcoy, 57 a?os). ¡°A partir de cierta edad se te ignora como bailarina. Es muy dif¨ªcil ver a una mujer de 50 o m¨¢s en un espect¨¢culo de danza que no sea de su propia creaci¨®n¡±, explica Isabel V¨¢zquez (Sevilla, 59 a?os). ¡°Siento que en las programaciones estamos menos reconocidas y menos valoradas. Vivimos en una sociedad en la que la juventud es un valor y la madurez de las mujeres, no¡±, declara Paloma D¨ªaz (Madrid, 54 a?os), tambi¨¦n bailarina y core¨®grafa de dilatada trayectoria.
Ir en contra de los estereotipos tambi¨¦n conduce a derrumbarlos, aunque lleve m¨¢s tiempo del deseado y requiera de energ¨ªa, constancia y, por supuesto, cansancio. Si adem¨¢s eres mujer y tienes m¨¢s de 50, la contienda se torna ¨¦pica. Si para rizar lo imposible esa mujer de m¨¢s de 50 se dedica a coreografiar y a bailar, se necesita mucho amor propio y por la danza para saltar el muro. A pesar de los inconvenientes, un buen pu?ado de aquellas mujeres que revolucionaron la danza contempor¨¢nea en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas del siglo pasado en Espa?a y que superan hoy el medio siglo siguen sobre las tablas disputando arquetipos y lo que haga falta para emancipar su vocaci¨®n y profesi¨®n. ¡°Puedo estar disgustada, mareada, entonces me pongo a bailar y se me pasa todo¡±, explica Carmen Werner (Madrid, 70 a?os), la bailarina eterna. Son mujeres, adem¨¢s, que no siguen tendencias danc¨ªsticas o modas teatrales.
Este fin de semana, Sol Pic¨® presenta en los Teatros del Canal de Madrid Titanas, el arte del encuentro, un espect¨¢culo concebido e interpretado junto a otras dos veteranas, la sueca Charlotta ?fverholm y la japonesa Natsuki, que surgi¨®, precisamente, de la necesidad de comprobar c¨®mo vibran, bailan y conviven tres mujeres en el mismo momento vital. ¡°Buscar el arte del encuentro y el arte de la comunidad¡±, afirma. Con m¨²sica y espacio sonoro de una cuarta mujer, Judit Farr¨¦s, ¡°que genera el l¨ªquido amni¨®tico en el que nos movemos¡±, Titanas se estren¨® en el Palau de les Arts de Valencia en 2022. ¡°No sab¨ªa muy bien, y sigo sin saberlo, si este tema interesa en las programaciones de danza, pero me da igual. Siempre he hecho y har¨¦ lo que me da la gana y yo necesitaba trabajar sobre ello¡±, explica Pic¨®.
Desde luego, los 30 a?os de trayectoria que est¨¢ cumpliendo la Compa?¨ªa Sol Pic¨® dan fe de ello y de unas cuantas cosas m¨¢s. Por ejemplo, el haber llevado la danza a lugares de lo m¨¢s accesibles. O el bailar como si no hubiera un ma?ana encima de unas zapatillas de punta rojas, estampa insigne de muchas de sus interpretaciones. Pic¨®: ¡°Estoy en un momento de ir adapt¨¢ndome a mi cuerpo y dejarle hablar. He sido muy tozuda y le he exigido much¨ªsimo, ahora me dedico a escucharlo m¨¢s aunque siga estando a tope, porque es mi energ¨ªa¡±.
Sobre la importancia de navegar a favor del cuerpo tambi¨¦n se pronuncia La Ribot (Madrid, 61 a?os), creadora y performer de danza y artes visuales y pl¨¢sticas, autora de la c¨¦lebre serie de Piezas distinguidas, coreograf¨ªas que tambi¨¦n cumplen 30 a?os, y de llevar la danza y la performance fuera del circuito teatral. ¡°Las ideas siempre se han ido acoplando a lo que yo pod¨ªa y quer¨ªa hacer, y de alguna manera eso te hace sentir que las cosas no cambian y que tu f¨ªsico no cambia, aunque no sea verdad. En mi caso, los estados determinados que te puedan condicionar, como la tristeza en un momento dado, tienen m¨¢s que ver con la mente¡±, dice la madrile?a.
Aunque La Ribot no est¨¢ en escena en DIEstinguished, ¨²ltimo trabajo visto en Madrid y que en abril viaja hasta el Teatre Nacional de Catalu?a, lleva poniendo el cuerpo en el centro de sus trabajos y de los cuestionamientos que los envuelven desde los a?os noventa del siglo pasado. Cuerpos desnudos, disidentes, liberados de tutelajes. ¡°El cuerpo va conmigo. Y el trabajar con personas afines, m¨¢s j¨®venes, hace que no sientas que envejeces¡±, afirma. Afincada en Ginebra y de trayectoria internacional, La Ribot es asidua de las carteleras de forma casi constante. El pr¨®ximo 17 de febrero tambi¨¦n inaugura la exposici¨®n LaBOLA desborda en la galer¨ªa Max Estrella de Madrid.
¡°Mi traumat¨®logo dice que no entiende c¨®mo puedo caminar. Mis rodillas son como ch¨®ped. Pero es gracias a la musculatura que he adquirido con la danza por lo que puedo hacerlo¡±. Habla M¨®nica Runde (Madrid, 62 a?os), una core¨®grafa y bailarina todoterreno (tambi¨¦n dise?a el espacio sonoro y audiovisual de sus piezas), que no solo sigue caminando, sino bailando en escena casi como cuando empez¨®, en muchos aspectos, hace m¨¢s de 40 a?os. ¡°A m¨ª me retirar¨¢ el cuerpo, pero no la edad. Empec¨¦ a bailar muy joven. Casi en modo gimnasta ol¨ªmpica, con la diferencia de que no me he retirado¡±, dice Runde.
En la actualidad trabaja en la nueva obra Nosotras, concebida e interpretada junto a In¨¦s Narv¨¢ez que se ver¨¢ en abril en el teatro Pradillo de Madrid. Una reflexi¨®n sobre la historia del arte escrita por hombres y para hombres y la invisibilizaci¨®n de las mujeres. ¡°Deber¨ªa haber m¨¢s apoyo para las personas de m¨¢s de 50 que nos dedicamos a la danza. En M¨¦xico, por ejemplo, lo hay y se ha construido una red de trabajo y oportunidades para bailarines y core¨®grafos de esta edad¡±, se?ala. La creadora tambi¨¦n estrenar¨¢ este 2024 As¨ª habl¨® Zaratustra, una pieza para cinco bailarines (ella incluida) que se ver¨¢ del 23 al 26 de mayo en el Teatro de la Abad¨ªa de Madrid.
¡°La verdad es que no conozco a muchas bailarinas de mi edad en activo, aunque ahora estoy feliz porque preparo nueva pieza junto a Marcela Aguilar, bailarina mexicana de 72 a?os¡±. Lo cuenta al otro lado del tel¨¦fono Carmen Werner, incansable pionera de la danza contempor¨¢nea en nuestro pa¨ªs. Se llama La noche y la luna y es un cuarteto de int¨¦rpretes con cierta edad que se ver¨¢ en septiembre en Pradillo. ¡°Es verdad que las mujeres somos m¨¢s visibles que cuando yo empec¨¦, pero sigue costando y, desde luego, la lucha no ha terminado¡±. Cuenta Werner que la ¨²nica lesi¨®n que ha sufrido fue cuando se cay¨® del tejado de su casa, ¡°ni siquiera fue un accidente laboral¡±, bromea.
Sobre la lucha y el elogio del fracaso gira Archipi¨¦lago de los desastres, obra de Isabel V¨¢zquez que se presenta este fin de semana en San Sebasti¨¢n de los Reyes y Torrej¨®n de Ardoz y, ya en mayo, en las Naves del Espa?ol de Matadero en la capital. ¡°A veces cuesta mantener la esperanza. En general, las bailarinas de m¨¢s de 50 no trabajan no porque no puedan por edad, sino porque no se les ofrecen oportunidades. Es muy raro que haya audiciones que las busquen¡å, explica V¨¢zquez. Algo en lo que tambi¨¦n incide Paloma D¨ªaz, que trabaja para sacar adelante su ¨²ltimo trabajo, Bloody Mary, en el que reflexiona sobre la p¨¦rdida de poder de la mujer madura. Una revisi¨®n del cuento de Blancanieves que se ver¨¢ el 20 de abril en la sala La Lechera de C¨¢diz. ¡°Tambi¨¦n nos estamos enfrentando al espacio vac¨ªo de la falta de distribuci¨®n. En la maravillosa profesi¨®n de la danza cabemos todos, pero no todos tenemos nuestro sitio. A las programaciones les gustan los creadores y bailarines m¨¢s j¨®venes que pueden decir ¡®s¨ª? a todo¡±.
¡°Es importante que estemos tranquilas y que sigamos ah¨ª. Estando y promoviendo el estar. Un cuerpo joven es maravilloso, pero la magia y la manera tan especial de vibrar en escena te lo da la madurez¡±, remata Sol Pic¨®.
Babelia
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