¡®Priscilla¡¯: es de amor, pero tambi¨¦n de miedo

Nos tranquiliza etiquetar cristalinamente en g¨¦neros determinados las historias que nos cuentan en la pantalla. Es una comedia, un drama, un w¨¦stern, etc¨¦tera. Admitiendo que en el argumento de todos ellos puede haber m¨²ltiples variaciones. Se supone que Priscilla es una historia de amor. La que viven a lo largo de 15 a?os una joven aparentemente normalita llamada Priscilla Beaulieu y Elvis Presley, un fulano mitol¨®gico que se gan¨® merecidamente el t¨ªtulo de monarca del rock. Me ocurre con este relato presuntamente rom¨¢ntico que a veces tengo la sensaci¨®n de que me est¨¢n contando un relato de terror.

Lo cual es m¨¦rito de la directora Sofia Coppola. No hay sustos, ni golpes de efecto, ni monstruos sanguinarios, pero flota continuamente la sospecha o la certidumbre de que existe algo enfermizo, abusivo, enigm¨¢tico y malsano en un romance que apasion¨® a la opini¨®n p¨²blica e hizo suspirar de envidia a las infinitas admiradoras de un tipo con semejante voz y movimientos electrizantes.

No sintiendo pasi¨®n por el cine que realiza Sofia Coppola, melifluo en tantos momentos e in¨²tilmente vanguardista, con excepciones como Lost In Translation, no deserto en ning¨²n momento de Priscilla. Me crea misterio, compasi¨®n, perturbaci¨®n. Es una pel¨ªcula extra?a, obsesiva, con anverso y reverso. Una cr¨ªa de 14 a?os, cuya familia de padre militar reside en una base estadounidense de Alemania, conoce all¨ª al cantante m¨¢s famoso, rico, idolatrado y deseado, 10 a?os mayor que ella. La seducci¨®n por parte de ambos es inmediata. Normal en el caso de la ni?a, con tintes inquietantes en el caso de ¨¦l. Todo parece muy tierno, rom¨¢ntico, protector, duradero. ?l consigue la aprobaci¨®n de los padres para que esta chica, que no ha terminado el bachiller, pase temporadas en Graceland, la fabulosa mansi¨®n que este posee en Memphis, en la que est¨¢ permanentemente rodeado por su familia y sus colegas de siempre.

Y el amor permanece a trav¨¦s del tiempo, pero este se?or tiene comportamientos inquietantes, y violento alguno de ellos. Ofrece a su novia pastillas que ayuden a su estado f¨ªsico y mental (a Presley el pastilleo contumaz le acab¨® matando) y demora interminablemente una normalizada relaci¨®n sexual. Mucho piquito, mucho jugueteo, mucha ternura, pero nada de follar. Aunque ¨¦l s¨ª lo practique con se?oras tan voluptuosas como Ann-Margret, Nancy Sinatra y una cuidada selecci¨®n de fans. La boda y el r¨¢pido embarazo que la sigue se han dilatado excesivamente. Y aunque aparentemente no le falte de nada, Priscilla se siente sola, aunque siga enamorada. Y temerosa. Y manejada. Existe algo muy turbio en esta ex¨®tica relaci¨®n. Y Sofia Coppola lo transmite con notable sutileza. Hay un verdugo y una v¨ªctima. Tambi¨¦n alguien que finalmente se da cuenta de haber sido sometida siempre.

Hay cosas raras en esta interesante pel¨ªcula. Por ejemplo, que en su banda sonora, llena de canciones, no aparezca ninguna interpretada por Elvis Presley. Y hay un personaje clave en la existencia de este y en su carrera profesional, su todopoderoso y siniestro manager, el Coronel Tom Parker, que ni era coronel ni hostias, pero que ejerci¨® una influencia monstruosa sobre Presley. Imagino que tambi¨¦n en la imagen de hortera lujoso y disparatado que este encarn¨® durante su ¨²ltima ¨¦poca. Pero su arte no mengu¨®. Veo y escucho en un v¨ªdeo, sacado de YouTube, la ¨²ltima actuaci¨®n de Presley en Las Vegas, hecho polvo y con la ¨²nica compa?¨ªa de un piano, y su voz te provoca escalofr¨ªos, emoci¨®n y amor.