Woody Allen entusiasma en Venecia con su pel¨ªcula 50?, Sofia Coppola impacta con un filme sobre la mujer de Elvis
¡®Coup de Chance¡¯ demuestra que el veterano autor a¨²n tiene mucho que ofrecer. La directora construye un delicado pero imperfecto retrato de la pareja del rey del rock hasta 1973. ¡®Evil Does Not Exist¡¯ reafirma el talento de Hamaguchi tras ¡®Drive My Car¡¯

La m¨²sica est¨¢ cambiando. En la sociedad y, por tanto, tambi¨¦n en el cine. Las historias de hombres, contadas por y para ellos, ya no suponen el ¨²nico estribillo. Y hasta al rey del rock le ha tocado escuchar, este lunes, una canci¨®n in¨¦dita para sus o¨ªdos. No solo el foco no es para ¨¦l. Sino que se coloca justo al lado: ah¨ª donde se mantuvo Priscilla Beaulieu hasta el divorcio entre ambos, en 1973. A la directora, Sofia Coppola, le interesaba ella. Elvis deb¨ªa aparecer solo a trav¨¦s de los ojos de su mujer. Acostumbrado a hacer sombra a cualquiera, su esposa incluida, al mito le toca experimentarla en Priscilla, presentada en el concurso del festival de Venecia. ¡°Es muy dif¨ªcil sentarse y ver una pel¨ªcula sobre ti, tu vida, tu amor¡±, dijo Beaulieu, presente en la sala de prensa y visiblemente emocionada. ¡°Sofia hizo un trabajo fant¨¢stico¡±, agreg¨®. Idea y realizaci¨®n, en efecto, merecen m¨¢s que un aplauso. Aunque, visto el talento de Coppola, cab¨ªa pedir algo m¨¢s.
Al otro protagonista del d¨ªa, Woody Allen, le est¨¢ costando encontrar su encaje en este nuevo mundo. Sobre todo, por un presunto abuso sexual del que le acusa su hija adoptiva, Dylan Farrow: la justicia lo dej¨® caer, el creador lo desmiente, pero la joven se reafirm¨® en 2013. Y, desde entonces, buena parte de la industria se ha colocado en contra de Allen, complicando tambi¨¦n la producci¨®n y distribuci¨®n de sus obras, aunque otra se ha volcado en defenderlo. Lo cierto es que el propio cineasta, en los ¨²ltimos tiempos, les ha facilitado el trabajo a sus detractores: filmes irregulares como Wonder Wheel o D¨ªa de lluvia en Nueva York levantaron la sospecha de que, quiz¨¢s, no le quedara mucho que ofrecer al s¨¦ptimo arte. Tal vez, simplemente, Allen estuviera guardando el ingenio para su 50? filme: Coup de Chance no ser¨¢ una maravilla, pero s¨ª una entretenid¨ªsima comedia negra. Y, en el Lido, se esmeraron en hacerle sentir como en casa. O bienvenido de vuelta. Aplausos cuando empez¨® la pel¨ªcula. Cuando termin¨®. Y ovaci¨®n a su entrada en la sala de prensa, que se repiti¨® a su paso por la alfombra roja. Aunque all¨ª estuvieron, tambi¨¦n, una treintena de activistas, que le gritaron una y otra vez: ¡°?Violador!¡±.
La masculinidad t¨®xica, y unas protagonistas que tratan de adue?arse de su destino, tendieron puentes entre ambos proyectos. La calidad, por supuesto, tambi¨¦n une a Allen y Coppola. Solo ella, sin embargo, compite por el Le¨®n de Oro. Y hubo que superar el ecuador del concurso para escuchar a la primera cineasta. Recordatorio, pues, de cu¨¢nto queda a¨²n por recorrer. O que, a ratos, la revoluci¨®n camina despacio. M¨¢s r¨¢pido, eso s¨ª, que cuando Priscilla y Elvis se conocieron.

Alemania, 1959. ?l ten¨ªa 24 a?os, era un soldado y empezaba a volverse popular. Ella apenas era una ni?a de 14. De ah¨ª que sus padres afrontaran con escepticismo el comienzo de aquel idilio. ¡°Era dif¨ªcil para ellos comprender que estuviera tan interesado en m¨ª y por qu¨¦. Creo que se debi¨® a que escuchaba mucho. Me abri¨® su coraz¨®n: sus miedos, sus esperanzas, la p¨¦rdida de la madre que nunca super¨®. Y yo era la que de verdad lo consolaba. [¡] La gente piensa: ¡®Fue sexo¡¯. No. Nunca lo hicimos. Era amable, cari?oso, y respet¨® el hecho de que tuviera solo 14 a?os. Est¨¢bamos m¨¢s alineados en los pensamientos, esa fue nuestra relaci¨®n¡±, comparti¨® Beaulieu.
Todo ello est¨¢ en el filme. He aqu¨ª uno de los mayores aciertos de Priscilla: apenas muestra conciertos, ni pel¨ªculas. Ni siquiera canciones, aunque por obligaci¨®n: el fondo que gestiona los derechos de Elvis lo prohibi¨®. Mejor, francamente, visto el resultado. Se trata de una mujer, sus emociones, sus sufrimientos. Y, por supuesto, tambi¨¦n su malogrado matrimonio. Lleno de sue?os, esperanzas y una hija, Lisa Marie ¡ªfallecida este enero¡ª. Pero tambi¨¦n de p¨ªldoras, rabia, rumores. La fama y el ego de ¨¦l no dejaban espacio para mucho m¨¢s. Desde luego, no para compartir una vida. Dif¨ªcil brillar cuando tus d¨ªas orbitan alrededor del sol. Crece, m¨¢s bien, el riesgo de quemarse. Coppola cree que su protagonista ha vivido una historia ¡°¨²nica¡± pero, a la vez, ¡°com¨²n a muchas mujeres j¨®venes¡±. Tanto que espera que ¡°todas¡± puedan sentirse identificadas.

La construcci¨®n del personaje, desde luego, ayuda. El retrato de Priscilla se antoja profundo, delicado, duro, human¨ªsimo. Justo lo contrario a su marido. El filme est¨¢ basado en la autobiograf¨ªa de Beaulieu, y cuenta con ella como productora ejecutiva. Es decir, seguro que todo ha sucedido as¨ª. Lo cual no obliga al cine a narrar a un Elvis tan plano. Por supuesto, est¨¢ bien que el genio resulte aburrido. Es m¨¢s: sorprende, por inesperado. Pero alg¨²n matiz m¨¢s no hubiera sobrado. Ni, tampoco, una mayor muestra de la presencia de la directora. Est¨¢, claro. En la tem¨¢tica, los detalles, la puesta en escena. Pero su sello se podr¨ªa notar m¨¢s. Se habla, al fin y al cabo, de la creadora de obras como Lost in Translation o La seducci¨®n.
El curr¨ªculo de Woody Allen tambi¨¦n cuenta con grandes filmes. Obvio. Tantos, en concreto, que se antoja imposible enumerarlos. De la ¨²ltima d¨¦cada, sin embargo, quiz¨¢s solo Blue Jasmine entrar¨ªa en la lista. El desastre f¨ªlmico que present¨® Roman Polanski hace apenas unos d¨ªas en el festival dispar¨® m¨¢s a¨²n los temores hacia Coup de Chance. Solo trajo, sin embargo, buenas noticias. Incluidas sus ganas de seguir filmando m¨¢s, a sus 87 a?os, ah¨ª donde pueda. ¡°El lugar depende. A veces recibo llamadas del tipo: ¡®Te financiamos un filme si lo haces en island¨¦s¡¯. Tengo buenas ideas para Nueva York, por ejemplo. Si alguien me lo paga y obedece a mis condiciones, es decir ¡®dame el dinero y vete¡¯, lo har¨¦¡±, cont¨® el cineasta.
Tras 50 pel¨ªculas, sostuvo que apenas ha aprendido un par de cosas. Y que siempre se le dio mejor escribir papeles para mujeres que para hombres. Esta vez, a?adi¨® una novedad a su guion: nunca hab¨ªa filmado en franc¨¦s. S¨ª en Par¨ªs. Igual que en Roma, Londres o Barcelona. ¡°Cuando era m¨¢s joven los filmes que m¨¢s nos emocionaban ven¨ªan del cine de aqu¨ª. Quer¨ªamos ser europeos y hacer pel¨ªculas como ellos. He intentado eso toda mi vida. No hablo franc¨¦s, pero no fue un problema. Puedes detectar las emociones de los actores, y si son realistas, sin saber esa lengua¡±, apunt¨®. Y subray¨® que los temas de este largo, y de su cine, son los que fascinan a los humanos desde siempre: ¡°Amor, intriga, adulterio, muerte, asesinatos¡±.
Se a?ade, en este caso, la suerte. O, m¨¢s bien, vuelve: Coup de Chance ha sido comparado con Match Point. Demasiado. Pero eso no le quita m¨¦ritos. Ofrece frescura, giros, inteligencia e iron¨ªa. Y un colosal enredo tragic¨®mico que parte de una ¨ªnfima casualidad: el reencuentro entre dos compa?eros de instituto. El director a?adi¨®: ¡°La fortuna tiene un impacto en nuestra vida mayor de lo que queremos admitir. Lo mejor que podemos hacer es no pensar demasiado en ello, distraernos¡±. Por ejemplo, disfrutando de su filme.
O de Evil Does Not Exist, el tercer largo presentado, en concurso. Ry?suke Hamaguchi completa as¨ª su ronda por los grandes festivales europeos: tras Berl¨ªn y Cannes, Venecia. Siempre deja huella. Con Drive My Car arras¨® en los Oscar y se coloc¨® en el mapa global. Ahora, logra un paso m¨¢s: la revelaci¨®n del cine japon¨¦s va camino de volverse certeza. Su nuevo filme relata la resistencia de una comunidad rural ante la llegada de un glamping, como la modernidad ha bautizado la mezcla de glamur y camping. Hamaguchi no replica la complejidad y ambici¨®n de su obra maestra. Pero s¨ª vuelve a mostrarse artista de la sutileza y los ritmos pausados. Al protagonista le da tiempo a cortar hasta siete u ocho troncos antes de que la c¨¢mara se marche a otro plano. El cineasta, ante un grupo de periodistas internacionales, apunt¨®: ¡°Es una historia muy ¨ªntima, pero que refleja a nuestra sociedad¡±. Porque habla de capitalismo, contaminaci¨®n, invasi¨®n del campo. L¨¢stima que nuestro mundo no solo cambie a mejor.
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