Casino Tropicana: el refugio de la mafia y el Rat Pack en Las Vegas echa el cierre tras 67 a?os
El legendario casino y hotel Tropicana cierra para dar paso a la construcci¨®n en octubre del estadio de b¨¦isbol de los Atl¨¦ticos
Sammy Davis Jr. se convirti¨® en 1972 en el primer negro en poseer acciones de un hotel de Las Vegas. El famoso crooner y miembro del Rat Pack apost¨® entonces por el Tropicana, el casino que se convirti¨® en un habitual refugio para el grupo de artistas de los a?os sesenta liderados por Frank Sinatra en la des¨¦rtica ciudad de Nevada. El c¨¦lebre casino ha cerrado sus puertas esta semana tras 67 a?os de historia en el Strip. La demolici¨®n del complejo tur¨ªstico comenzar¨¢ en octubre. Entonces se dar¨¢ inicio a la construcci¨®n de un estadio de b¨¦isbol para los Atl¨¦ticos, un equipo que cambi¨® Oakland (California) por la ciudad del pecado.
Aunque faltan varios meses para que arranquen los trabajos de demolici¨®n, la maquinaria pesada ya puede verse en los aparcamientos del hotel. Este martes, el ¨²ltimo d¨ªa, los clientes usuales y algunos turistas se reunieron por ¨²ltima vez frente a las puertas para llorar el cierre del Tropicana. Las ¨²ltimas apuestas se hicieron a las 03.00 de la madrugada. Meseros, crupieres, antiguas coristas y dem¨¢s empleados intercambiaron entre ellos fichas de dos y cinco d¨®lares de las mesas de juego, convertidas ahora en una reliquia de la historia de la ciudad. Al mediod¨ªa, los guardias de seguridad aseguraron las entradas con gruesas cadenas y candados.
El Tropicana abri¨® sus puertas en 1957, cuando Las Vegas apenas ten¨ªa 100.000 habitantes. Hoy tiene 2,3 millones. Fue el tercer casino que comenz¨® a operar en la ciudad tras una inversi¨®n de 15 millones de d¨®lares, la mayor hasta ese entonces. El edificio ten¨ªa 300 habitaciones distribuidas en tres niveles y dos alas. Aquella construcci¨®n era apenas un recuerdo de lo que hay hoy en el Strip, un inmenso complejo con dos torres asentado en 3,6 hect¨¢reas que brindaban alojamiento a decenas de miles de turistas cada a?o en 1.500 habitaciones. Estas eran administradas desde finales de 2022 por Bally, una de las corporaciones m¨¢s grandes de la industria.
El crecimiento fue posible tras el cambio de manos entre varios due?os y con una inversi¨®n de varios miles de millones de d¨®lares. Varias reformas se hicieron al hotel, que ten¨ªa en su entrada una ic¨®nica fuente con forma de tulip¨¢n que sosten¨ªa un ne¨®n con el nombre del sitio. En 1979 fue instalado un techo de cristal tintado de un mill¨®n de d¨®lares sobre las mesas de juego. En los ochenta se acondicionaron mesas de blackjack en la piscina. El ¨²ltimo rostro del Tropicana fue un redise?o para trasladar a los turistas a un lugar opuesto al desierto, al frondoso South Beach de las costas de Florida. Pero en sus ¨²ltimos d¨ªas, la vieja gloria del casino no pod¨ªa apreciarse. A inicios del a?o pod¨ªan verse ventanas quebradas y grietas en su fachada de yeso blanco.
Hay quienes consideran que el fin del Tropicana cierra un cap¨ªtulo del antiguo Las Vegas. En los a?os sesenta, el hotel atrajo a celebridades como Elizabeth Taylor, Mel Torm¨¦, Debbie Reynolds o Eddie Fisher, quien tuvo su primer espect¨¢culo en la ciudad en ese escenario. Frank Sinatra, Dean Martin, Sammy Davis Jr., Peter Lawford y Joey Bishop, conocidos popularmente como el Rat Pack, se dejaban ver frecuentemente en el lujoso hotel. El mundo pudo conocer el aspecto de las habitaciones gracias a James Bond. El esp¨ªa encarnado por Sean Connery tuvo una suite en el complejo en Los diamantes son eternos (1971).
La historia del Tropicana no solo est¨¢ unida a Hollywood. Tambi¨¦n tuvo v¨ªnculos con el mundo criminal de Chicago, Kansas City y Nueva York. Un atentado en contra de Frank Costello, el capo de la familia Luciano, puso a las autoridades sobre la pista del papel de la mafia en la operaci¨®n de los primeros casinos de Las Vegas. La polic¨ªa encontr¨® en una bolsa de su abrigo una supuesta nota con los ingresos del Tropicana que deb¨ªan ser lavados para hacerlos l¨ªcitos. El ataque ocurri¨® apenas semanas despu¨¦s de que el casino abriera sus puertas.
El atentado hizo que el FBI, la agencia de investigaci¨®n estadounidense, llevara a cabo durante los a?os setenta una inmensa operaci¨®n de vigilancia a los mafiosos, quienes orde?aban ganancias de los casinos. Uno de estos fue Joe Agosto, quien lleg¨® a la ciudad como productor del espect¨¢culo Folies Bergere, un espect¨¢culo topless con bailarinas de cabaret voladas directamente desde Par¨ªs. El show, ofrecido por el Tropicana, se convirti¨® en uno de los m¨¢s longevos de la ciudad hasta su ¨²ltimo show en 2009. Agosto lo utiliz¨® para escalar posiciones dentro del hotel hasta convertirse en ejecutivo del grupo. Su tarea era enviar parte del dinero a la familia de Kansas City encabezada por el capo Anthony Civella.
Una de las grabaciones intervenidas por los agentes del FBI capt¨® a Agosto presumiendo que ten¨ªa en el bolsillo a Harry Reid, el presidente de la Comisi¨®n estatal de Juego entre 1977 y 1981, y quien despu¨¦s se convirti¨® en un influyente senador dem¨®crata hasta su muerte. Reid neg¨® tajantemente las acusaciones y el gobernador de la ¨¦poca, Robert List, le crey¨® y lo dej¨® en el cargo.
La operaci¨®n del FBI deshizo una estructura criminal que ten¨ªa tent¨¢culos en la operaci¨®n del casino. El caso lleg¨® a los tribunales en 1981, dos a?os despu¨¦s de que el grupo hotelero Ramada se hiciera con el Tropicana. En julio de ese a?o fueron declarados culpables y sentenciados a 30 a?os a prisi¨®n a varios mafiosos de Kansas City que extrajeron miles de d¨®lares de apuestas en un esquema permitido por los Teamsters, el sindicato de camioneros de Estados Unidos.
La casa de los Atl¨¦ticos
El grupo Bally adquiri¨® el Tropicana en 2022 por 148 millones de d¨®lares. El grupo no ha desvelado a detalle los planes que tiene para el terreno de 14 hect¨¢reas. Por el momento, seguir¨¢ pagando los 10 millones de d¨®lares de renta anual al grupo inmobiliario que posee la tierra. No han descartado la construcci¨®n de un nuevo casino una vez que se concluya la edificaci¨®n del estadio en 2028.
La nueva casa de los Atl¨¦ticos de Oakland tendr¨¢ una capacidad para 33.000 aficionados. La construcci¨®n del estadio iniciar¨¢ en abril de 2025 y tendr¨¢ un costo de 1.500 millones de d¨®lares. El edificio ha provocado cierta pol¨¦mica entre los habitantes de la ciudad, pues parte del gasto ser¨¢ costeado con dinero p¨²blico. Los legisladores locales aprobaron el a?o pasado un fideicomiso que pretende aportar 380 millones de d¨®lares al equipo que cambi¨® la Bah¨ªa de San Francisco por el desierto de Nevada.
Los due?os de los Atl¨¦ticos, conocidos simplemente como los A¡¯s, dedicar¨¢n lo que resta del a?o a analizar y estudiar dise?os para el futuro estadio. La Major League Baseball (MLB), la liga de b¨¦isbol profesional de Estados Unidos, aprob¨® la mudanza del equipo en noviembre pasado. Los A¡¯s, inmortalizados en la cinta Moneyball (2011) con Brad Pitt, no llegan a una Serie Mundial desde 1990.
La desaparici¨®n del Tropicana dar¨¢ paso a una nueva ¨¦poca de Las Vegas, la del oasis deportivo del Oeste estadounidense. Con la llegada de un equipo de la MLB, solo falta el aterrizaje de un equipo de baloncesto profesional para que la ciudad tenga un representante de los principales deportes del pa¨ªs. En el paisaje urbano donde hoy se percibe el casino puede apreciarse el Allegiant de los Raiders de f¨²tbol americano, quienes tambi¨¦n dejaron Oakland hace cuatro a?os, y la casa de los Golden Knights, el equipo de hockey profesional, quien logr¨® el campeonato en 2023.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.