Anna Netrebko y Ludovic T¨¦zier despuntan en el renacer napolitano de ¡®La Gioconda¡¯
El Teatro San Carlo estrena una atractiva producci¨®n de la ¨®pera de Ponchielli, que llegar¨¢ al Liceu de Barcelona, con un irregular Jonas Kaufmann y la sobresaliente direcci¨®n de Pinchas Steinberg
La Gioconda disfruta de un interesante renacimiento. Este t¨ªtulo de Amilcare Ponchielli, estrenado en 1876 y revisado durante tres a?os hasta su versi¨®n final, suele recordarse hoy por su popular Danza de las horas, del tercer acto. Un exquisito n¨²mero de ballet que Walt Disney populariz¨®, en su pel¨ªcula Fantas¨ªa, con unos inolvidables hipop¨®tamos ataviados con tut¨²s. Pero hablamos del principal t¨ªtulo posterior al Verdi de Aida y anterior a...
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La Gioconda disfruta de un interesante renacimiento. Este t¨ªtulo de Amilcare Ponchielli, estrenado en 1876 y revisado durante tres a?os hasta su versi¨®n final, suele recordarse hoy por su popular Danza de las horas, del tercer acto. Un exquisito n¨²mero de ballet que Walt Disney populariz¨®, en su pel¨ªcula Fantas¨ªa, con unos inolvidables hipop¨®tamos ataviados con tut¨²s. Pero hablamos del principal t¨ªtulo posterior al Verdi de Aida y anterior al verismo de Mascagni o a la eclosi¨®n de Puccini. Una versi¨®n italiana de la grand op¨¦ra francesa, en el modelo de Scribe, con esa combinaci¨®n infalible de escenas corales masivas, un espectacular marco hist¨®rico, abundancia de contrastes y un ballet central.
En menos de tres semanas se han estrenado dos nuevas producciones de La Gioconda, tanto en el Festival de Pascua de Salzburgo como en el Teatro San Carlo de N¨¢poles. En el primer caso, la ¨®pera debut¨® en la ciudad de Mozart, el pasado 23 de marzo. En la partenopea, el 10 de abril tuvo lugar el principal evento musical del a?o, con el regreso de este t¨ªtulo 47 a?os despu¨¦s. Ambas producciones tendr¨¢n continuidad en pr¨®ximas temporadas, respectivamente, en el Covent Garden de Londres y en el Liceu de Barcelona, donde curiosamente esta ¨®pera se puso en cartel hace exactamente cinco a?os.
Pero el renacimiento de este t¨ªtulo de Ponchielli tambi¨¦n est¨¢ relacionado con la disponibilidad de grandes voces. Lo demuestra la presencia, en ambas producciones, de un importante elenco encabezado por la pareja estelar de Anna Netrebko y Jonas Kaufmann, que debutaban en sus respectivos papeles de La Gioconda y Enzo Grimaldi. De hecho, el teatro napolitano convirti¨® el ensayo general, del pasado d¨ªa 7, en una funci¨®n especial dedicada al 30¡ã aniversario de la diva rusa en la l¨ªrica, ya que hizo su debut en San Petersburgo, en abril de 1994, como Susanna en Las bodas de F¨ªgaro. La cantante de Krasnodar ha ensanchado y oscurecido su voz de soprano l¨ªrica para abarcar cada vez m¨¢s repertorio de spinto.
Qued¨® claro, en el estreno del pasado 10 de abril, con una gran actuaci¨®n que destac¨® especialmente en el cuarto acto. Netrebko afront¨® con gran determinaci¨®n este complejo y dram¨¢tico personaje desarrollado por Arrigo Boito en su libreto a partir del drama Angelo, tirano de Padua, de V¨ªctor Hugo. Una cantante callejera que ve a su madre ciega p¨²blicamente calumniada, afronta la traici¨®n de su enamorado, intenta asesinar a su rival para ayudarle a salvar su vida y termina suicid¨¢ndose para no verse sometida por un malvado.
La rusa se llev¨® a su terreno la famosa aria Suicidio!, con sus dif¨ªciles cambios de registro y de fraseo. Convirti¨® algunas leves inconsistencias iniciales en parte de la desesperaci¨®n del personaje. Y culmin¨® con tal poder¨ªo, en los graves y los agudos, que cosech¨® la mayor ovaci¨®n de la noche. En adelante, lider¨® el cl¨ªmax l¨ªrico de la velada, con el tr¨ªo Quest¡¯ultimo bacio, donde se despide de Enzo y Laura, su amado y su rival, a los que hab¨ªa ayudado a huir, antes de enfrentarse a la muerte. Y coron¨® su actuaci¨®n con un admirable dueto final junto al malvado Barnaba, con esa hip¨®crita seducci¨®n en canto fiorito antes de clavarse una daga.
El otro gran triunfador de la noche fue, precisamente, el sensacional Barnaba del bar¨ªtono Ludovic T¨¦zier. El franc¨¦s, que cant¨® un gran Rigoletto esta temporada en el Teatro Real, construy¨® el c¨ªnico confidente de la Inquisici¨®n con argamasa de bar¨ªtono verdiano. Un personaje m¨¢s cercano del Yago, de Otello, que del Scarpia, de Tosca. Por esa raz¨®n, T¨¦zier elev¨® con tono bru?ido el nihilista mon¨®logo ?O monumento! que tanto recuerda al personaje perverso que Verdi crear¨ªa a partir de otro libreto de Boito.
Flojo Kaufmann
Por el contrario, Jonas Kaufmann convenci¨® menos como Enzo Grimaldi. El tenor alem¨¢n afront¨® con nobleza los pasajes m¨¢s exigentes en fort¨ªsimo en el registro agudo, pero su voz pronto empez¨® a sonar cansada y quebradiza. No obstante, su musicalidad fue una constante en el canto legato donde exhibi¨® un admirable manejo de las medias voces. Culmin¨® su famosa romanza del segundo acto, Cielo e mar, con un maravilloso regulador en pian¨ªsimo sobre el sol agudo. Para su amada, Laura Adorno, se cont¨® con Eve-Maud Hubeaux, que sustituy¨® a Anita Rachvelishvili y ven¨ªa de cantar la referida producci¨®n salzburguesa.
Esta mezzo suiza de timbre homog¨¦neo manej¨® con solvencia la inmensa tesitura de Laura. Pero no convenci¨® su construcci¨®n del personaje y apenas aflor¨® algo de intensidad en la escena del tercer acto cuando su marido Alvise Bado¨¨ro le ordena que se mate con veneno. Ese s¨¢dico jefe de la Inquisici¨®n veneciana fue el bajo rumano Alexander K?peczi, un cantante tan s¨®lido como impersonal. Y el sexto personaje principal de esta compleja ¨®pera, La Cieca, fue la mezzo ucrania Kseniia Nikolaieva, m¨¢s consistente dando vida a la pobre madre invidente de La Gioconda.
El tercer triunfador de la noche fue el director musical Pinchas Steinberg, que defendi¨® desde el foso los detalles innovadores de la partitura de Ponchielli. Aparte de acompa?ar con precisi¨®n a las voces y los conjuntos, el maestro israel¨ª supo crear atm¨®sferas exquisitas al frente de la orquesta del teatro napolitano. Destac¨® en los dos ¨²ltimos actos y, especialmente, en una excelente Danza de las horas, que dirigi¨® marcando todos los detalles y culmin¨® con un galop trepidante. El coro titular del teatro napolitano, incluso con su secci¨®n infantil, fue otra fortaleza desde su primera intervenci¨®n Feste! Pane!, en la espectacular escena inicial ambientada en el carnaval veneciano.
La direcci¨®n esc¨¦nica de Romain Gilbert parte del acierto de mantener la ubicaci¨®n veneciana y su ambientaci¨®n hist¨®rica, dos aspectos fundamentales en esta ¨®pera. Pero el joven r¨¦gisseur franc¨¦s, que debutaba en el San Carlo, tampoco quer¨ªa explotar la imagen popular de la ciudad de los canales. Una semblanza m¨¢s aterradora y cercana a la ¨¦poca de la Inquisici¨®n, que retrata la sencilla escenograf¨ªa de tono neutro firmada por Etienne Pluss. Una monoton¨ªa que no renuncia a evocar los diferentes escenarios de la acci¨®n a?adiendo detalles tan vistosos como el fuego.
El toque de color lo aporta el refinado vestuario de Christian Lacroix, especialmente en las protagonistas femeninas. La iluminaci¨®n de Valerio Tiberi tambi¨¦n a?ade variedad a la escena y la coreograf¨ªa de Vincent Chaillet es un gui?o a la comedia del arte. No por casualidad, la Danza de las horas est¨¢ protagonizada por Colombina, Arlequ¨ªn y Pantal¨®n flanqueados por seis parejas de bailarines. Hay una obsesi¨®n por el movimiento constante, con figurantes que interact¨²an con los protagonistas, aunque Gilbert sabe detener la acci¨®n para ensalzar el concertato final del tercer acto.
Entre las ideas propias, aparte de convertir al escribano Is¨¨po en un arlequ¨ªn o de reinventar la trama del ballet, sorprende el final. Me refiero al coup de th¨¦?tre que supone la aparici¨®n del fantasma de La Cieca, una vez que Barnaba grita al cad¨¢ver de La Gioconda que la ha matado. Un elemento sobrenatural muy alejado del esp¨ªritu de esta ¨®pera.
'La Gioconda'
Música de Amilcare Ponchielli. Libreto de Tobia Gorrio (seudónimo de Arrigo Boito).
Anna Netrebko, soprano (La Gioconda), Jonas Kaufmann, tenor (Enzo Grimaldi), Ludovic Tézier, barítono (Barnaba), Eve-Maud Hubeaux, mezzosoprano (Laura Adorno), Alexander Köpeczi, bajo (Alvise Badoèro), Kseniia Nikolaieva, mezzosoprano (La Cieca), Lorenzo Mazzucchelli, bajo (Zuàne), Roberto Covatta, tenor (Isèpo).
Coro y Orquesta del Teatro di San Carlo. Dirección musical: Pinchas Steinberg. Dirección de escena: Romain Gilbert. Teatro San Carlo de Nápoles, 10 de abril. Hasta el 17 de abril.