La primera exposici¨®n p¨®stuma del fot¨®grafo Elliott Erwitt: humor y perros que parecen personas
La Fundaci¨®n Canal, en Madrid, recorre en 135 im¨¢genes la obra ir¨®nica y elegante de un cl¨¢sico de la agencia Magnum y del siglo XX, fallecido en noviembre
Contemplar las fotograf¨ªas que tomaba Elliott Erwitt alegra el d¨ªa. Sucede cuando vemos a un se?or que se hurga la nariz mientras camina por la calle justo delante de un escaparate en el que se ve una mano gigantesca que lo se?ala con el ¨ªndice. O en la joven que baila con cara de aburrida, agarrada con un se?or que a saber qu¨¦ le estaba contando. Y en el perrillo que mira a la c¨¢mara, colocada en el suelo, junto a su due?a, de la que solo vemos sus zapatos y tobillos. La iron¨ªa fina distingue la fotograf¨ªa de este cl¨¢sico de la agencia Magnum y de la segunda mitad del siglo XX, fallecido hace cinco meses, el 29 de noviembre, a los 95 a?os, mientras dorm¨ªa en su casa de Manhattan. De su obra se puede ver una muestra en la Fundaci¨®n Canal, en Madrid, en su primera exposici¨®n p¨®stuma, titulada Elliott Erwitt. La comedia humana.
Son 135 im¨¢genes en blanco y negro, su favorito para trabajar porque, dec¨ªa, ¡°el blanco y negro es interpretativo mientras que el color es descriptivo¡±. Todas son copias de ¨¦poca positivadas por ¨¦l mismo, de las que 122 son en peque?o formato, ¡°que Erwitt llamaba impresiones de trabajo porque las usaba para la edici¨®n de sus libros y para las revistas¡±, ha explicado este martes la comisaria de la muestra, Andr¨¦a Holzherr, directora global de exposiciones de Magnum Photos, en el recorrido con la prensa. La exposici¨®n, incluida en el festival PHotoEspa?a, puede verse del 15 de mayo al 18 de agosto, gratuitamente, y se estructura en tres temas: personas, animales y formas, aunque las personas parezcan, a veces, animales y estos nos recuerden con frecuencia a los humanos.
Erwitt (Par¨ªs, 1928-Nueva York, 2023) ¡°era un hombre t¨ªmido, al que le encantaba observar a los dem¨¢s, un ornit¨®logo urbanita¡±, a?adi¨® la comisaria. De ah¨ª que una de sus m¨¢ximas fuera: ¡°La soledad en compa?¨ªa, eso es lo que me gusta¡±. ¡°Ten¨ªa un gran sentido del humor y dejaba que el espectador cogiera el chiste de sus im¨¢genes¡±. Por eso, en sus cartelas apenas pon¨ªa informaci¨®n, solo el lugar y la fecha donde hab¨ªa capturado ese momento especial. ?l mismo afirmaba: ¡°Hacer re¨ªr a la gente con la fotograf¨ªa es uno de los mayores logros que puede haber. Y si se alterna la risa con las l¨¢grimas, como ha hecho Chaplin, se logra la conquista m¨¢s importante¡±.
Otra impronta de su estilo es que lograba retratar belleza en lo cotidiano, aunque ¡°odiaba que le llamasen artista, ¨¦l dec¨ªa que era fot¨®grafo¡±. Un magn¨ªfico ejemplo es la foto que hizo en 1953 de su primera esposa (tuvo cuatro y se divorci¨® de todas), mir¨¢ndose con su beb¨¦ mientras un gato los observa a ambos.
En las paredes de la Fundaci¨®n Canal tambi¨¦n hay espacio para las fotos que hizo en museos durante casi cuarenta a?os. A Erwitt le encantaba pasar horas en ellos, viendo arte y a los visitantes contemplando las obras. ¡°Es un juego de espejos, eran fotos robadas porque en aquella ¨¦poca no se permit¨ªa tomar im¨¢genes en los museos¡±, apunta Holzherr. Entre estas destaca una en el Palacio de Versalles de un grupo de tres personas, incluida una ni?a, que vemos de espaldas c¨®mo miran con gran atenci¨®n el interior de un enorme marco sobre el que hay un peque?o papel, ?es que la obra estaba en pr¨¦stamo, en restauraci¨®n? No lo sabemos, pero Erwitt consigue una vez m¨¢s un ingenioso gag.
Llegamos a la zona de sus c¨¦lebres instant¨¢neas de perros. ¡°Los perros son como las personas, solo que con el pelo m¨¢s largo¡±, dec¨ªa. Le sobra raz¨®n al ver los comportamientos de sus canes, como el que se asoma entre las piernas abiertas de un hombre para seguir una partida de petanca. El resultado es una alegor¨ªa de los seres humanos a trav¨¦s de fotos de perros.
Adem¨¢s, tuvo la originalidad de capturar la perspectiva perruna. Desde que con solo 18 a?os hizo una de sus fotos m¨¢s famosas, la mencionada del perrillo junto a los tobillos de su due?a, repiti¨® la f¨®rmula de ese original encuadre a lo largo de su trayectoria. Holzherr record¨® que para captar la atenci¨®n de los perros, Erwitt les ladraba o en otras ocasiones lo hac¨ªa con una peque?a bocina. El fot¨®grafo contaba que en una ocasi¨®n en Kioto ladr¨® a un perro y este recibi¨® un puntapi¨¦ de su due?a porque cre¨ªa que el ladrido era del animal y no del humano.
Siguiendo con animales, otra divertida foto es la que sac¨® en un parque de Hungr¨ªa en 1964: a un lado, una manada de ocas, al otro, un grupo de colegialas. La comparaci¨®n es inevitable. Sin embargo, Erwitt no daba grandes explicaciones de sus fotos, buscaba, en l¨ªnea con Henri Cartier-Bresson, capturar ¡°el instante decisivo¡±. ¡°Solo tienes que preocuparte por lo que te rodea y tener en consideraci¨®n la humanidad y la comedia humana¡±.
A pesar de esa b¨²squeda constante del humor, la vida de Erwitt no fue durante mucho tiempo como para re¨ªrse. Nacido Elio Romano Ervitz, en Par¨ªs, sus padres eran rusos jud¨ªos que hab¨ªan huido del totalitarismo de los bolcheviques. Hijo ¨²nico, pas¨® sus primeros a?os en Italia hasta que su familia se march¨® a EE UU ante el inicio de la II Guerra Mundial (¡°gracias a Mussolini me hice estadounidense¡±, afirmaba). En Los ?ngeles empez¨® a sentir inter¨¦s por la fotograf¨ªa y entr¨® a trabajar en un laboratorio de revelado antes de comenzar sus estudios fotogr¨¢ficos en Los ?ngeles City College.
En 1948 se traslad¨® a Nueva York, donde trabaj¨® como conserje a cambio de clases de cine en la prestigiosa The New School for Social Research. En pocos a?os se hizo con un nombre y se amist¨® con dos de los fundadores de la reci¨¦n nacida agencia Magnum, Cartier-Bresson y Robert Capa, quienes le animaron a dedicarse al fotoperiodismo y, en 1953, le invitaron a entrar en la cooperativa de fot¨®grafos. Erwitt presidi¨® Magnum en los sesenta, cuando apost¨® por la expansi¨®n hacia la publicidad y los encargos de empresas (¨¦l mismo lo hizo para Coca-Cola).
Trabaj¨® para las revistas m¨¢s importantes (Life, Look, Paris Match...), documentando momentos hist¨®ricos, como el Muro de Berl¨ªn, el caos de Woodstock o la segregaci¨®n racial estadounidense. Como fot¨®grafo oficial de la Casa Blanca, tom¨® la famosa imagen de Jacqueline Kennedy llorando el asesinato de su marido, en el cementerio de Arlington, en 1963. Retrat¨® a los personajes ic¨®nicos de su ¨¦poca, el Che Guevara y Fidel Castro en Cuba, Marilyn Monroe, Grace Kelly, John F. Kennedy, Truman Capote, Jack Kerouac, Alfred Hitchcock...
El ¨²ltimo tramo de la exposici¨®n refleja su inter¨¦s por la abstracci¨®n, con yuxtaposiciones de objetos, diagonales, sombras, distintos planos, todo en armon¨ªa. Llama la atenci¨®n que son im¨¢genes en las que se ve el recuadro negro del negativo, se?al de que no eran reencuadradas ni cortadas, sino las originales. En la ¨²ltima fotograf¨ªa, a modo de despedida, se ve una mano entre las dos hojas de una puerta de madera. No sabemos si abre o cierra, pero lo seguro es que a Erwitt le gustaba divertir al espectador y que este le echara imaginaci¨®n al placer de ver sus fotos.
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