¡®Furiosa¡¯: el fascinante origen de un personaje m¨ªtico para el cine de acci¨®n

Frente a la intrascendente limpieza de la mayor¨ªa de las superproducciones de acci¨®n, fantas¨ªa y ciencia ficci¨®n contempor¨¢neas, tan higi¨¦nicas en lo f¨ªsico y en lo moral, con su ausencia de texturas y de sorpresa, y esa planicie digital de formas y colores que provoca que muchas de ellas parezcan la misma, la corporalidad de las pel¨ªculas de George Miller se impone a golpe de c¨®lera.

A diferencia de los nuevos directores de la pantalla verde, el CGI y el pulcro men¨² tecnol¨®gico, el cineasta australiano parece haber comido celuloide y lo eructa en cada trabajo de la serie que lo llevar¨¢ a la historia del cine. Principalmente, gracias a las dos primeras entregas, Mad Max. Salvajes de autopista (1979) y Mad Max 2. El guerrero de la carretera (1981), olor a gasolina y autodestrucci¨®n, polvo seco alojado en una mirada apocal¨ªptica y, sobre todo, a la cuarta, la renacida Mad Max: Furia en la carretera (2015), estimulante f¨ªlmico en perpetuo movimiento, de atronador sonido y personajes delirantes, con el que Miller se permit¨ªa el lujo de componer m¨¢s de media pel¨ªcula en torno a una persecuci¨®n automovil¨ªstica que te llevaba directamente a la sonriente mueca del ¨¦xtasis y la estupefacci¨®n.

Furiosa: de la saga Mad Max, la quinta entrega, no es Fury Road ni tiene por qu¨¦ serlo, entre otras cosas porque Miller, a los 79 a?os, nada tiene que demostrar ya, pese a una carrera tan ecl¨¦ctica como desigual en la vertiente ajena a su mitolog¨ªa favorita. Ocho a?os despu¨¦s, en una precuela en la que la fant¨¢stica ni?a Alyla Browne y la siempre fascinante Anya Taylor-Joy heredan desde el pasado el hist¨®rico papel de Charlize Theron, Miller sigue una l¨ªnea semejante a la obra que le proporcion¨® 10 nominaciones a los Oscar y seis premios. Ahora bien, con algunas diferencias.

Si el guion de Furia en la carretera era f¨¦rreo y b¨¢sico, milim¨¦trico y casi cavernario, con poco argumento y a¨²n menos texto, el de Furiosa, al menos en el n¨²cleo central de la pel¨ªcula, se excede en palabrer¨ªa, discusi¨®n y payasada. Los personajes grotescos de la saga nunca hablaron demasiado, y aqu¨ª, empezando por el villano buf¨®n que interpreta con valent¨ªa Chris Hemsworth, parecen tener demasiadas l¨ªneas de guion que poco aportan. Ni en el tono ni a¨²n menos en su relato de estructura epis¨®dica.

Ahora bien, el proceso de crecimiento, maduraci¨®n e independencia del precioso personaje de Furiosa, gobernado por las poderosas miradas de Browne y Taylor-Joy, cada una en un segmento de la pel¨ªcula casi id¨¦ntico (una hora y cinco minutos para la ni?a, y el resto, para la adulta), es muy atractivo. La forja de una l¨ªder en busca de una tierra prometida (o perdida), como Mois¨¦s guiando a su pueblo por polvorientos desiertos, pero en esos veh¨ªculos todoterreno tan propios de Miller y a base de disparos de francotiradora y de ingenio f¨ªsico y mental.

La rotunda est¨¦tica steampunk de la serie se perfila a¨²n m¨¢s en esta quinta entrega, pero, al mismo tiempo, con esas t¨²nicas de corte casi sagrado del personaje del villano Hemsworth y su simbolismo mesi¨¢nico, el p¨¦plum y su cruel violencia tambi¨¦n est¨¢n presentes, conformando as¨ª una s¨®lida pel¨ªcula de acci¨®n que, una vez m¨¢s, se enciende en sus persecuciones, como una extra?a mezcla del cartoon del Correcaminos y el Coyote, las huidas de Buster Keaton y Harold Lloyd, y una brav¨ªa carrera de motores enloquecidos.