Catherine Lacey construye a la artista total en la novela del a?o
La autora estadounidense emprende en ¡®Biograf¨ªa de X¡¯ un fascinante viaje en una distop¨ªa con cameos de David Bowie, Tom Waits o Richard Serra. ¡°EE UU est¨¢ formado por varios pa¨ªses que tratamos de pegar¡±, dice
La novela del a?o 2023 en Estados Unidos, se?alada por la cr¨ªtica en todas las listas, Biograf¨ªa de X (Alfaguara), llega ahora traducida al espa?ol y mantiene intacta su aura de misterio y juego. Catherine Lacey (Tupelo, Misisipi, 39 a?os) emprende en su cuarta novela un fascinante viaje por el siglo XX, la distop¨ªa, los totalitarismos, el feminismo, el mundo del arte y el ego desmedido de los creadores, la construcci¨®n de identidades o el amor dominante y cruel.
Los cameos de Richard Serra, David Bowie, Lou Reed, Kathy Acker o Connie Converse se suceden en esta historia en la que las fronteras entre realidad y ficci¨®n van borr¨¢ndose y describiendo un territorio nuevo, donde esta brillante autora construye su laberinto. ¡°Quer¨ªa soltar a X y que se mezclara con todos esos personajes. Quer¨ªa que fuera mujer y que estuviera dentro y fuera del siglo XX y que tuviera esos encontronazos con todos esos hombres, aunque tambi¨¦n hay mujeres¡±, explicaba Lacey en una entrevista esta semana en Madrid. Menuda, vivaz y habladora, viste de negro con unos vistosos zapatos blancos de inspiraci¨®n rockera y no esconde sus tatuajes (una paloma Esp¨ªritu Santo, un clip de escritorio...). Lacey tambi¨¦n recurre en sus respuestas a im¨¢genes para tratar de explicarse mejor: ¡°Pens¨¦ en Serra, Bowie, Tom Waits o Denis Johnson como esos peces de los r¨ªos, los bagres, que est¨¢n en el fondo. Si quieres trasladarlos tienes que usar una carpa: no para de moverse y ellos reaccionan. Admiro mucho su trabajo, pero me preguntaba c¨®mo habr¨ªan respondido ante alguien como X, si el siglo hubiera sido un poco distinto y hubiera habido alguien como ella¡±.
La narradora de Biograf¨ªa de X es C. M. Lucca, una periodista que ya ha cumplido los cuarenta. La muerte de su esposa, la gran artista X, un icono que ha encarnado varios personajes y ha jugado un papel decisivo en la m¨²sica, el arte y la literatura, la lleva a tratar de desentra?ar la verdad sobre su origen y a desmentir otro libro sobre X que ha sido publicado. Las notas al pie y las fotos van dotando al libro de un car¨¢cter documental, todo ficci¨®n. En las ¨²ltimas p¨¢ginas, Lacey incluye las verdaderas fuentes de las que ha tomado citas (entrevistas, biograf¨ªas, canciones, extractos de diarios), creando una suerte de collage y ampliando el arco de los gui?os y reflexiones que arma en su novela. Se siente particularmente orgullosa de que Biograf¨ªa de X no funcione como audiolibro, porque Lacey defiende el libro-libro.
?Y el mundo del arte? ¡°Forjarte una carrera con la escritura es muy dif¨ªcil, pero dedicarte al arte es totalmente imposible. Estudi¨¦ Bellas Artes y Literatura y me preguntaba c¨®mo combinarlo. Cuando empec¨¦ a escribir de una forma m¨¢s seria ten¨ªa 22 a?os y me hab¨ªa mudado a Nueva York al ser aceptada en un programa de escritura de no ficci¨®n en la universidad de Columbia. Pens¨¦ que har¨ªa perfiles de artistas j¨®venes, pero me sent¨ªa como un pez fuera del agua, no pertenec¨ªa al mundo del arte, no ten¨ªa nada que ofrecer, no ten¨ªa acceso, ni dinero, nada, era una boba de Misisipi. Eran muy despectivos conmigo. Yo pensaba: ¡®S¨ª, soy una entusiasta y eso es especial?. Pero no, en ese mundo no lo es¡±, bromea.
Las mil caras de Cindy Sherman o las acciones de Sophie Calle impregnan la enigm¨¢tica figura de X, pero Lacey aclara que su inspiraci¨®n para el personaje vino m¨¢s bien de la actriz Tilda Swinton. ¡°No pens¨¦ tanto en el tipo de arte que hac¨ªa X, sino en el tipo de persona que era, en lo que irradiaba cuando entraba en una habitaci¨®n, qu¨¦ tipo de carisma exudaba, c¨®mo se mov¨ªa, c¨®mo respiraba. Un poco como esos screen tests de Andy Warhol¡±, confesaba. ¡°Swinton es una actriz que me parece incre¨ªble; pens¨¦ que X ser¨ªa un poco como ella, pero m¨¢s oscura, y un poco como Susan Sontag cuando la ves en esas viejas grabaciones, y pens¨¦ en David Bowie y tambi¨¦n Lou Reed, esa energ¨ªa loca de esos v¨ªdeos en los que parece estar muy drogado, tan hostil y gracioso con el entrevistador. Si mezclas todo eso, ese era el personaje que ten¨ªa en mente¡±.
La investigaci¨®n que acomete la narradora de Biograf¨ªa de X la lleva hasta el territorio del Sur, una teocracia ultrarreligiosa que en esta novela se instaur¨® en 1945 escindi¨¦ndose del norte de Estados Unidos. En el Norte, la escritora anarquista Emma Goldman logra instaurar un pa¨ªs progresista que privilegia el feminismo y la igualdad, y en el oeste se funda un Estado libertario. El muro entre norte y sur cae en los noventa y es en medio del complejo periodo de reunificaci¨®n cuando la periodista arranca con sus pesquisas. ¡°No era una buena estudiante de historia, pero me interesa¡±, contaba la novelista. ¡°Le¨ª Una historia popular del Imperio Americano, de Howard Zinn, y me hizo pensar en esa historia alterada de EE UU que quer¨ªa poner como trasfondo de mi novela. Viv¨ª un tiempo en Berl¨ªn y le¨ª sobre el Muro y el bloque del Este. Tambi¨¦n le¨ª unos libros sobre Corea del Norte. Creo que EE UU est¨¢ formado por varios pa¨ªses que tratamos de pegar. Yo no intento decir que las cosas pod¨ªan haber sido as¨ª. No desarrollo esa historia, solo hago un esbozo¡±.
Lacey vive en M¨¦xico con su pareja y progresa en su aprendizaje del espa?ol, aunque no tan r¨¢pido como le gustar¨ªa. ¡°Los estadounidenses son tan estrechos de miras que realmente no entienden casi nada de lo que ocurre fuera de EE UU y me incluyo a m¨ª misma en este grupo. He crecido adoctrinada en eso. Es muy complicado salirte de la mentalidad del excepcionalismo estadounidense. A veces soy esa persona que mira al grupo y piensa: ¡®Qu¨¦ locura que los estadounidenses piensen as¨ª', y a veces soy esa persona a quien critico¡±.
El ambiente ultrarreligioso aparece en varios de sus libros, y lo cierto es que ella creci¨® en una comunidad metodista en la que la religi¨®n desempe?aba un papel decisivo. ¡°Mi familia no era tan religiosa ni tan conservadora. ?bamos a la iglesia cada domingo muchas horas y luego estaban el coro, los estudios de la Biblia, las clases de confirmaci¨®n y la escuela religiosa, tambi¨¦n los campamentos de verano y los retiros cuando entras en los grupos juveniles. Iba a esas cosas sin mi familia, y en esos campamentos, por ejemplo, una mujer nos dijo que Harry Potter era el diablo y que tuvi¨¦ramos cuidado, y que la astrolog¨ªa era diab¨®lica y que Sat¨¢n estaba en todas partes y hab¨ªa que estar alerta y resistir. Mis padres no me dec¨ªan esas cosas¡±, recordaba. La inquieta ni?a acab¨® por autoimponerse un r¨¦gimen que exclu¨ªa el cerdo y por predicar entre sus compa?eros para evitar que bebieran, fumaran o tuvieran relaciones sexuales antes del matrimonio. Antes de terminar el instituto tuvo una gran crisis de fe y rompi¨® con todo eso. De eso trata su nuevo libro, que saldr¨¢ pronto en EE UU y en el que vuelve a fundir realidad y ficci¨®n.
Lacey rechaza la idea de que ella o su trabajo traten de establecer un puente. ¡°Yo no quiero estar en la encrucijada ni trato de ser una int¨¦rprete o una traductora entre dos mundos, pero no puedo borrar mi vida¡±. La misteriosa artista X, nacida en ese Sur teocr¨¢tico, s¨ª est¨¢ empe?ada en borrar sus huellas, pero no elude la cr¨ªtica al Norte y a sus artistas. Afirma X que la ficci¨®n es algo sagrado para salirse con la suya. ¡°Una vez escuch¨¦ a un autor mayor y muy reconocido decir que cuando se despertaba cada ma?ana y se sentaba ante el escritorio dec¨ªa: ¡®Estoy haciendo lo mismo que Ch¨¦jov¡¯. Bueno, haz lo que necesites hacer para sacar tu d¨ªa adelante, pero yo no me tomo tan en serio¡±, dice entre carcajadas. ¡°S¨ª creo que la lectura de libros me ha salvado, me encanta escribir y leer. Eso puede ser algo sagrado. Y no significa que el autor sea dios¡±.
Entiende Lacey la escritura como ¡°una forma de curiosidad¡±, pero trata de rechazar la excepcionalidad que se adscribe al trabajo art¨ªstico. ¡°Me gusta esta cita de [Gilles] Deleuze [fil¨®sofo franc¨¦s], aunque pueda que no sea suya, que dice que la vida no es algo personal. Me gusta la idea de que no hay nada que me haya pasado a m¨ª, que no le haya pasado a otra gente millones de veces. ¡°No pienso en la escritura como algo terap¨¦utico, sino como un acto de comuni¨®n y que hago algo junto a otras personas, otros libros que he le¨ªdo, cuando sientes que es una extensi¨®n de la lectura. No estoy de acuerdo con c¨®mo ve las cosas X¡±. Y, sin embargo, con ella comparte un misterio y un af¨¢n por hacer del arte un juego inteligente.
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