Andr¨¦s Calamaro en Madrid: canciones no m¨¢s, qu¨¦ gozada
El argentino, comedido en sus comentarios, ofrece un gran concierto en el festival R¨ªo Babel: breve, sin concesiones, alardeando de repertorio
¡°Canciones de dolor real, pero canciones no m¨¢s. / Canciones partidas por la mitad, pero canciones no m¨¢s¡±. Surgieron estos hermosos versos de la garganta de Andr¨¦s Calamaro. Fue el tema n¨²mero cinco del recital, titulado Son las nueve, y ya nos hab¨ªamos dado cuenta de que la noche iba de canciones, solo de canciones. No apareci¨® esta vez la astracanada. Ni comentarios a favor o en contra de pol¨ªticos, ni chistes sobre temas pol¨¦micos de actualidad. No ofreci¨® esta vez el argentino material para el haterismo de las redes sociales. Hoy, solo se podr¨¢n ver v¨ªdeos en la cosa digital de un buen espect¨¢culo ejecutado por una sensacional banda del rock liderada por un comedido Calamaro, concentrado en ofrecer una noche de solo composiciones, de esas que integran uno de los mejores repertorios del rock en espa?ol.
Ocurri¨® en el festival madrile?o R¨ªo Babel, un encuentro musical ya consolidado en el calendario veraniego y que cumple su octava edici¨®n, esta vez en la Caja M¨¢gica. 16.000 personas, muchos argentinos con camisetas de Maradona (m¨¢s numerosas que las de Messi), vieron a un Calamaro sin fisuras, serio, concentrado, alejado del personaje exc¨¦ntrico y maledicente de otras noches. Realiz¨® un concierto de hora y cuarto sin tregua, dejando un ¡°gracias, Madrid¡± aqu¨ª y all¨¢ y poca cosa m¨¢s. Y se centr¨® en la interpretaci¨®n, unas veces rasgando la guitarra (con una pegatina de un toro de Osborne) y otras presionando las teclas de su ¨®rgano. Y expandiendo una voz en sensacional forma que lleg¨® a su punto ¨¢lgido en la interpretaci¨®n de Cr¨ªmenes perfectos, la pen¨²ltima del lote, con ese tono resquebrajado hacia el final de las estrofas, porque ¡°ella no va a volver y la pena me empieza a crecer, adentro¡± y ¡°la moneda cay¨® por el lado de la soledad, y el dolor¡±. La sinti¨® de verdad el argentino.
La gira se denomina Agenda 1999 y celebra los 25 a?os de aquel egoman¨ªaco despliegue creativo que fue Honestidad brutal, un disco de 37 canciones donde el m¨²sico penaba el fin de una relaci¨®n y saludaba su regreso a la vida ca?¨®n, como dir¨ªa Alcal¨¢ Norte. Sonaron varias piezas de aquel trabajo, que si en 1999 resultaba una anomal¨ªa (era triple), en estos tiempos de fugacidad ni les cuento. Pero h¨¢ganse un favor e inviertan dos horas y 20 minutos en escuchar el ¨¢lbum. As¨ª, del tir¨®n. Porque apenas sobra una nota.
Si la banda de Calamaro siempre exhibi¨® un componente rockero y viril, con la incorporaci¨®n del guitarrista Brian Figueroa no ha hecho m¨¢s que acrecentarlo. Posee Figueroa una estampa a lo Randy Rhoads, pero en moreno, y se gasta un estilo funky y punzante que suma mucho al conjunto. Palabras siempre de alabanza para el despliegue guitarr¨ªstico de Julian Kanevsky, virtuoso hasta decir basta. Y un aplauso general a toda la banda tambi¨¦n por su labor en los coros: gracias a esas empastadas voces las canciones del argentino volaron m¨¢s alto.
Se gust¨® Calamaro con temas valientes y nada populistas, como Las heridas o Cuando no est¨¢s. Apenas hizo concesiones. S¨ª, toc¨® Flaca y Te quiero igual, pero incluso en esta ¨²ltima cambi¨® alg¨²n tono, aunque no se atrevi¨® a deconstruirla completamente, como acostumbra su amado Bob Dylan. Ni una nota del repertorio de Los Rodr¨ªguez, s¨ªntoma de que Andr¨¦s se encuentra en otra. Fusion¨® No tan Buenos Aires y Clonazap¨¢n y circo, ese relato en clave dylaniana (otra vez) de un pa¨ªs inspirador y paranoico como es Argentina. Escuch¨¢ndolas anoche, uno solo puede lamentar no haber nacido all¨¢ para sentir cada palabra de las canciones. El concierto acab¨® con un poco de bulla, Los chicos. Al final, con los m¨²sicos ya saludando son¨® por los altavoces un nada casual pasodoble torero y Calamaro se quit¨® su camisa azul y se puso a dar naturales. Bueno, sin m¨¢s.
Antes de Calamaro actu¨® Juanes. Todo vestido de oscuro, pelazo al viento, los brazos musculados repletos de tatuajes. A pesar de su aspecto de cabecilla de una banda de heavy metal sigue d¨¢ndole al pop latino de principios de los 2000 (La camisa negra, A dios le pido y esas, todas sonaron ayer). Y un poco ah¨ª se ha quedado el colombiano. Domina ese g¨¦nero de maravilla y se luci¨® en algunas fases como guitarrista principal, sobre todo en un fenomenal solo en Me enamora.
Calamaro y Juanes fueron las figuras de la primera jornada de R¨ªo Babel. Quedan dos: hoy viernes, con Amaral, La Pegatina o La Oreja de Van Gogh; y el s¨¢bado, el d¨ªa con m¨¢s presencia internacional, con Two Door Cinema Club, Die Antwoord o los argentinos Babas¨®nicos. La filosof¨ªa de R¨ªo Babel es apostar por la mezcla de estilos (rock, pop, hip hop, electr¨®nica¡), dando especial importancia a la m¨²sica en espa?ol.
Es un festival que no abruma, con solo dos escenarios musicales (y otro para la comedia) donde se van alternando las actuaciones, con lo que no surgen los engorrosos solapamientos. Unas ocho actuaciones por cada una de las tres jornadas; se empieza a las 16.00 y se termina a la 01.00. Todo muy razonable. El lugar fue el mismo donde actu¨® Green Day hace un mes. Anoche hab¨ªa un gran ambiente, pero se estaba c¨®modo. Vean la diferencia: los 16.000 de ayer por los 35.000 enlatados de Green Day.
Andr¨¦s Calamaro contin¨²a su gira por Espa?a hasta el 29 de septiembre. Ver fechas pinchando aqu¨ª.
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