La vida es ca?¨®n para Alcal¨¢ Norte: historia del grupo en boca de todo el mundo
La banda madrile?a, que actualiza el sonido ochentero de Burning o D¨¦cima V¨ªctima, vive ese momento de efervescencia y maravillosa ingenuidad que sintieron Nacha Pop en 1979, Los Planetas en 1993 o Vetusta Morla en 2007. Les pillamos justo unos segundos antes de explotar
D¨ªa festivo en Madrid. 11 de la ma?ana. Cinco chavales ensayan en un local de Ciudad Lineal, su barrio. Es un espacio peque?o donde apenas caben. El bater¨ªa da tragos a una lata grande de una bebida energ¨¦tica y se l¨ªa cigarrillos. Atacan un tema. El cantante, brazo extendido como un predicador, entona: ¡°Peineta para mi chica y un mant¨®n. / Butaca en teatro. / La vida ca?¨®n¡±. Se llama La vida ca?¨®n y es el nuevo himno del pop-rock espa?ol.
Nadie que conozca bien las pulsaciones de la m¨²sica espa?ola duda de que Alcal¨¢ Norte se va a convertir en una banda grande. El entusiasmo de la cr¨ªtica, la respuesta del p¨²blico, las ventas de los vinilos de su primer disco (agotada ya la tercera tirada), las llamadas de los festivales para apuntarse el tanto (Tomavistas, Primavera Sound, BBK Live)¡ Todo se precipita por minutos. Literal: en las dos horas que dura el ensayo reciben la propuesta de varios festivales que les quieren contratar. Hoy, Alcal¨¢ Norte es el grupo espa?ol del que m¨¢s se habla en la industria musical, con seguidores veintea?eros y tambi¨¦n mayores, que a?oran bandas j¨®venes tocando m¨²sica de antes. Un amigo del grupo les dijo que eran una mezcla entre Burning y The Cure, y no es mala definici¨®n.
Tratar con una banda justo unos segundos antes de explotar resulta una experiencia excitante. Se manejan en todo momento en unos t¨¦rminos maravillosamente ingenuos y respiran una emoci¨®n de una pureza que nunca m¨¢s van a sentir. Lo mismo que les pas¨® a Nacha Pop en 1979, a Los Planetas en 1993 o a Vetusta Morla en 2007. El a?o que prendi¨® la mecha. ¡°Bueno, de momento creemos que los 170 euros que pagamos de local de ensayo ya los vamos a poder financiar siempre con lo que saquemos del grupo¡±, afirman con iron¨ªa durante la probatura matinal de canciones. Comparten local con dos bandas. Otra cosa que posiblemente se acabar¨¢: pronto contar¨¢n con un espacio m¨¢s grande y para ellos solos para testar las canciones.
Las fortalezas de este grupo provienen de una combinaci¨®n de imaginaci¨®n, intuici¨®n, locura y atrevimiento. Desde la elecci¨®n del nombre, Alcal¨¢ Norte, id¨¦ntico al del centro comercial (situado en Ciudad Lineal, distrito madrile?o en el noreste de la ciudad) donde se han pasado a?os matando el tiempo los fundadores del grupo: ?lvaro Rivas (voz), Jaime Barbosa (bater¨ªa) y Juan Pablo Juli¨¢ (guitarra), los tres de 29 a?os. ¡°All¨ª nos hemos tirado parte de la adolescencia y la juventud. ?bamos al cine, tom¨¢bamos algo¡ Y hab¨ªa una tienda muy chula de camisetas rockeras, donde compr¨¦ mi primera sudadera de Reincidentes. Ahora el centro comercial est¨¢ de capa ca¨ªda, con muchas tiendas cerradas, pero sigue molando¡±. El que habla es Barbosa, el bater¨ªa, melena negra rizada, pantalones el¨¢sticos. Parece arrancado de un concierto de Iron Maiden en 1982 en el Pabell¨®n del Real Madrid. Porque Barbosa es heavy. Aunque de momento no le deja el resto del grupo, conf¨ªa en que alg¨²n d¨ªa conseguir¨¢ insertar un solo de guitarra en alguna canci¨®n de Alcal¨¢ Norte.
Aqu¨ª llegamos a uno de los puntos peculiares y clave de este grupo: est¨¢ construido al modo de un Frankenstein que funciona precisamente porque las piezas no se complementan, pero encajan en su desorden. El cantante (?lvaro), vendedor de seguros, es seguidor de D¨¦cima V¨ªctima y The Stone Roses. El bater¨ªa, dise?ador gr¨¢fico, se?ala a Burning y a Los Suaves como sus bandas espa?olas predilectas; al otro fundador, el guitarrista (Juan Pablo), que estudia un doctorado en historia en Suecia, le tira el rock argentino de Charly Garc¨ªa. Los tres fundaron la banda en 2019 junto a otros m¨²sicos que se han bajado del ¡°drag¨®n¡±, como denomina ?lvaro al grupo. Por el camino se han incorporado tres elementos, que no son de Ciudad Lineal, y que han aportado conocimientos t¨¦cnicos, ya que poseen estudios musicales: el artista favorito del bajista, que se llama Pablo Prieto (32 a?os) y trabaja en un banco, es Mike Oldfield; la teclista, Laura de Diego (27), profesora de piano, se decanta por propuestas experimentales como la de Marina Herlop; el guitarrista, Carlos El¨ªas (36), que acude todas las ma?anas a su consulta de m¨¦dico de familia, elige a Nirvana. Todos tienen ocupaciones con las que se ganan la vida. Si las cosas van como aseguran los conocedores de la industria, dentro de unos meses habr¨¢n aparcado sus actuales empleos para dedicarse exclusivamente a Alcal¨¢ Norte.
El mayor de la banda, Carlos El¨ªas, relata c¨®mo conoci¨® al grupo: ¡°Era 2021 y tocaban en una peque?a sala de Madrid, El S¨®tano. De entrada, me sorprendi¨® que una banda desconocida llenara y, adem¨¢s, con gente muy joven. El sonido era una mezcla de oscuridad y decadencia ochentera sobre la que caminaban firmes melod¨ªas de bajo que sosten¨ªan todo, junto con sintetizadores que conviv¨ªan perfectamente con guitarras, que aunque sonaban limpias transmit¨ªan agresividad. Y encima de todo eso, un cantante que aprovechaba ese colch¨®n sonoro para mantener la atenci¨®n del p¨²blico en la palma de su mano¡±. Tras aquel concierto, El¨ªas, socio en un estudio de grabaci¨®n, les propuso registrar un disco, el que ahora se ha agotado, y desde hace unos meses se ha incorporado como guitarrista. El¨ªas ha encauzado el talento y la energ¨ªa de la banda para alcanzar la profesionalizaci¨®n.
D¨ªas despu¨¦s del ensayo, el cantante y autor de las letras, ?lvaro Rivas, nos recibe en su casa. Es el piso familiar, en Ciudad Lineal, donde ¨¦l creci¨®, de unos 60 metros cuadrados, que ahora su padre le ha alquilado. Rivas vive con su mujer, con la que se cas¨® hace cuatro a?os. ?l representa la fuente creativa del grupo, con unas letras que hablan de dioses mitol¨®gicos, de chicos que mueren en un incendio tras un accidente trasegando con droga, de un acomplejado Goebbels, de tener un pisito en la calle Elfo (tambi¨¦n en Ciudad Lineal)¡ El letrista, que aduce una veloz capacidad lectora, consume filosof¨ªa cl¨¢sica, a Goethe, L¨¦on Bloy, Calvino, Enrique Oca?a, Chaves Nogales, Ernst J¨¹nger¡ echa de menos al Madrid de Cristiano Ronaldo, se nutre de entrevistas que ofreci¨® Pasolini, reivindica el Power Ranger verde¡ Mezcla en sus textos historia cl¨¢sica, erudici¨®n y cultura popular. La vida ca?¨®n, por ejemplo, surgi¨® despu¨¦s de que Barbosa (el generador de ideas y frases entre castizas e ingeniosas, adem¨¢s de fan¨¢tico de la serie Cu¨¦ntame: la ha visto entera once veces) leyese en un n¨²mero de 1935 de la revista Mundo Gr¨¢fico las aspiraciones de un vecino de Lavapi¨¦s despu¨¦s de haberle tocado el Gordo. ¡°Qu¨¦ va a hacer con el dinero¡±, le preguntaron. ¡°Pegarme la vida ca?¨®n¡±, respondi¨® con elocuencia el premiado.
Rivas canta con una chuler¨ªa callejera madrile?a propia de To?o Mart¨ªn (el gran vocalista de Burning) o Ramonc¨ªn. Le flipan Joy Division y The Stone Roses y tuvo su ¡°etapa bakaluti¡±. De todo se aprecian pinceladas en Alcal¨¢ Norte. A continuaci¨®n, el propio cantante define en unos segundos sus 29 a?os con una soltura y una capacidad de s¨ªntesis asombrosa: ¡°De peque?o le daba mucha cera a la lectura. A los ocho a?os ya me hab¨ªa le¨ªdo El se?or de los anillos. Escrib¨ªa cuentos y los encuadernaba. Pero entonces lleg¨® la Game Boy y la Play Station y eso baj¨® mi ritmo lector. Me mat¨® creativamente. De hecho, mi padre y mi t¨ªo, que era el que me alentaba a pintar, recuerdan con tristeza c¨®mo me desentend¨ª de la creaci¨®n para entregarme a las consolas. Y despu¨¦s, a los 16, lleg¨® el alcohol y dej¨¦ definitivamente de leer. A los 22 pet¨¦ con el alcohol y me abrac¨¦ a un mes¨ªas que pas¨® por mi lado, que fue Antonio Escohotado, que me devolvi¨® la pasi¨®n por el estudio. Y desde entonces hasta que ca¨ª en los porros le¨ª much¨ªsimo. Hijas de esa etapa son las letras del ¨¢lbum. Ahora he dejado los porros y he vuelto a leer¡±. Esto quiere decir que las canciones del segundo ¨¢lbum est¨¢n en estos momentos tomando forma.
La utilizaci¨®n del teclado unido a una mirada ochentera recuerda a Par¨¢lisis Permanente. La teclista, Laura de Diego, haciendo gala de una bendita candidez, se?ala desconocer al grupo de Eduardo Benavente y no tiene noticias de Ana Curra. De Diego fue primero seguidora del grupo y luego componente. ¡°Cuando les segu¨ªa me gustaba la imaginaci¨®n que tienen a la hora de escoger los temas para las letras y para crear microuniversos divertidos que se relacionan. Y luego la teatralidad de los directos, con rifas de jamones, disfraces, lecturas de poes¨ªas¡ Se sale de lo que ves en otras bandas¡±.
Alcal¨¢ Norte no ha firmado ning¨²n tipo de contrato. ¡°Confiamos en el manager y la discogr¨¢fica [independiente], y estos se f¨ªan de nosotros. Ya habr¨¢ tiempo para la burocracia¡±, se?alan. El cantante define la actualidad de Alcal¨¢ Norte como ¡°una criatura con vida propia, un drag¨®n en cuyo lomo vamos montados¡±. Y expone su principal preocupaci¨®n: ¡°Lo que m¨¢s me inquieta es mi hogar, c¨®mo le puede afectar a mi relaci¨®n con mi se?ora este ajetreo. Y me preocupa mi carrera no musical: qu¨¦ ser¨¢ de ella. Esas son las dudas que tengo. Quiero seguir trabajando como vendedor de seguros, pero ?se resentir¨¢ mi rendimiento porque los lunes llego reventado despu¨¦s de un fin de semana de conciertos?¡±. Efectos colaterales de la vida ca?¨®n.
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