Astifinos y malajes
Mansa, deslucida y ¨¢spera corrida de Cebada Gago con la que Rom¨¢n cort¨® una oreja tras una estocada fulminante, Juan Leal solo pudo mostrar disposici¨®n e Isaac Fonseca se resinti¨® de su luxaci¨®n en el codo derecho
Astifinos, de llamativa presencia y con el trap¨ªo exigido en esta plaza, pero muy malajes, esabor¨ªos, descastados, ¨¢speros, broncos, muy deslucidos en general. As¨ª ha sido la corrida de Cebada Gago lidiada esta tarde en Pamplona. Pero no hay problema, volver¨¢ el a?o que viene como han vuelto a esta feria todas las que fracasaron en 2023. As¨ª es la Casa de Misericordia en el aspecto ganadero, y no hay nada m¨¢s que hablar.
La corrida ha ofrecido muy escasas posibilidades para el lucimiento de una terna entregada, limitada tambi¨¦n en su condici¨®n art¨ªstica, pero desbordante de disposici¨®n y ganas de agradar, aspecto fundamental para cortar orejas.
El m¨¢s perjudicado ha sido el mexicano Isaac Fonseca, que al pinchar a su primer toro se resinti¨® gravemente de una luxaci¨®n de codo que sufri¨® el pasado d¨ªa 1 en la localidad peruana de Cutervo, pas¨® a la enfermer¨ªa y no pudo continuar la lidia. Es comprensible la ilusi¨®n de cualquier torero por hacer el pase¨ªllo en San Ferm¨ªn, pero las lesiones tienen su tiempo de recuperaci¨®n y no se debe atropellar la raz¨®n si existen indicios de una reca¨ªda, como ha sucedido. Fonseca hizo el pase¨ªllo con un vendaje ortop¨¦dico en el brazo derecho y, por lo visto, con todas las papeletas para que el codo volviera a jugarle una mala pasada. La consecuencia es que su compa?ero Juan Leal tuvo que matar sus dos toros, y ¨¦l se ver¨¢ obligado a guardar reposo durante tres o cuatro semanas, seg¨²n ha declarado el cirujano de la plaza navarra. Antes del incidente, Fonseca solo pudo justificarse plenamente ante un toro muy deslucido, mir¨®n, distra¨ªdo y que acud¨ªa a los enga?os con la cara alta.
A Juan Leal no se le puede negar su encomiable disposici¨®n, su problema es que no tiene calidad y debe recurrir a arrimones y efectismos varios para llamar la atenci¨®n. Brind¨® al p¨²blico los tres que tuvo que matar, fall¨® reiteradamente con la espada y el descabello, pero no se aburri¨®; se arrodill¨® en ocasiones varias, dio circulares de distintos colores, tir¨® la muleta hasta en tres ocasiones y se abri¨® la chaquetilla ante los pitones de sus oponentes, y dio muchos pases, algunos de ellos muy estimables, como los que traz¨® mediada la faena al anodino cuarto, al que tir¨® materialmente de la embestida en dos tandas, una por cada mano, de cierta hondura y m¨¦rito. Pero tambi¨¦n le toc¨® el toro que embisti¨® con m¨¢s franqueza, el primero, y no supo estar a la altura de la buena condici¨®n del animal.
Y Rom¨¢n cort¨® una oreja porque cobr¨® una estocada perpendicular en su primer toro y el animal cay¨® redondo a la arena en cuesti¨®n de pocos segundos. Y, claro, una estocada de efecto tan fulminante siempre es merecedora de premio. Al igual que sus compa?eros, no tuvo toros de triunfo y solo pudo destacar por su valerosa ambici¨®n. El que sali¨® en segundo lugar enga?¨® a todos los presentes, pues repiti¨® con codicia en los primeros compases de la faena de muleta, pero en la segunda tanda, cuando Rom¨¢n tom¨® la izquierda, el toro hizo adem¨¢n de rajarse, amenaza que cumpli¨® instantes despu¨¦s. Pero el torero se dirigi¨® a los terrenos de sol, provoc¨® a los espectadores, ensay¨® circulares y un par de molinetes, uno de ellos de rodillas, y como mat¨® bien, la oreja era de libro. En el quinto, nada; dificultoso en extremo, no le permiti¨® ni un detalle para el lucimiento.
Cebada Gago / Leal, Rom¨¢n, Fonseca
Toros de Cebada Gago, bien presentados y astifinos, mansos en varas a excepción del tercero, blandos, descastados, ásperos y deslucidos; noble el primero en la muleta.
Juan Leal: dos pinchazos y seis descabellos (silencio); pinchazo y cuatro descabellos (silencio); pinchazo y cinco descabellos (silencio).
Román: estocada perpendicular y fulminante (oreja); estocada que hace guardia, dos descabellos -aviso- y cuatro descabellos (silencio).
Isaac Fonseca: pinchazo. Se resintió de la luxación del codo derecho que sufrió el pasado día 1 en Perú y pasó a la enfermería, donde se le inmovilizó el brazo y fue trasladado al Hospital Universitario de Navarra. Acabó con el toro Juan Leal de descabello y estocada atravesada (silencio). (Como Fonseca había entrado a matar, Leal tuvo que lidiar también el segundo toro del mexicano, según dicta la normativa taurina).
Plaza de Pamplona. 8 de julio. Segunda corrida de la Feria de San Fermín. Lleno.
Babelia
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