Muchas ca¨ªdas, imprudencias y atropellos en un veloz s¨¦ptimo encierro de San Ferm¨ªn con los toros de Jos¨¦ Escolar
Siete corredores han resultado contusionados, uno de ellos con herida penetrante sangrante, pero parece que no por asta de toro
Hoy es s¨¢bado y se nota en la cantidad de corredores que intentan vivir la experiencia de un encierro sanferminero, muchos de ellos novatos, sin los conocimientos m¨ªnimos para afrontar una actividad de alto riesgo, como es esta.
Por fortuna, un d¨ªa m¨¢s, el capotillo de San Ferm¨ªn ha evitado males mayores, de modo que solo siete corredores han requerido atenci¨®n sanitaria por contusiones en brazos, piernas y columna, y uno de ellos con herida penetrante con hemorragia, aunque parece que a causa de una ca¨ªda.
En esta ocasi¨®n, el tramo m¨¢s complicado ha sido la Cuesta de Santo Domingo, inicio de la carrera, donde los toros y cabestros, apretados unos contra otros, han tratado, no siempre con ¨¦xito, de abrirse paso entre el gent¨ªo. Uno de los c¨¢rdenos, cansado, quiz¨¢, de tanto jolgorio, ha soltado varios derrotes hacia la acera derecha sin encontrar carne humana.
No est¨¢ claro si ese mismo toro es el que ha quedado en ¨²ltimo lugar en la entrada de Mercaderes, ha resbalado, ha perdido a sus hermanos, pero recuperado la verticalidad con rapidez y ha preferido seguir la carrera a toda pastilla. Ah¨ª, se han producido muchas ca¨ªdas de corredores, lo que no ha impedido el galope de la manada, que ha ido frenando la velocidad antes de llegar a la curva de Estafeta, con lo que todos, toros y bueyes, han salvado los tablones de madera y han enfilado la recta como si hubieran pasado cientos de veces por ese peligroso lugar.
Pero ah¨ª, justamente, donde acaban el muro provisional y comienza la calle, en la acera de la izquierda, donde est¨¢ recomendado no situarse por la probabilidad de que los toros barran la pared por la inercia de la velocidad, ah¨ª estaba apostado un grupo de mozos con cara de ser extranjeros y reci¨¦n llegados a la fiesta. A uno de ellos, acostado en el suelo a todo lo largo, lo mir¨® un toro y pas¨® de ¨¦l, a otro le rob¨® una zapatilla, pero el peligro pas¨® de largo del mismo modo que lleg¨®.
Como cada ma?ana, Estafeta ha sido un r¨ªo caudaloso de mozos, muchos ellos apretados contra las aceras, pero no pocos se han dado el gusto de pasar sus manos por los lomos c¨¢rdenos de los toros, y los m¨¢s atrevidos se han colocado delante de los pitones en un intento, casi siempre frustrado, de competir con la manada. El final de la historia es que han mordido el suelo de un atropello inevitable y cualquiera sabe el tiempo que les durar¨¢ el doloroso recuerdo, no exento de orgullo sanferminero.
La manada lleg¨® estirada al callej¨®n de la plaza, en una demostraci¨®n de nobleza, una ma?ana m¨¢s, de unos toros que tienen fama de duros y encastados y que llegan a Pamplona con pocos deseos de hacer amigos. De hecho, debutaron en 2015 y ocho mozos fueron corneados entre esa fecha y 2017, y despu¨¦s un herido cada uno de los a?os en que han vuelto hasta hoy.
Al menos, a los de Jos¨¦ Escolar ya se les pas¨® la fiebre de que uno de los toros se volviera a los corrales en la Cuesta de Santo Domingo, como ya sucediera en 2015 y los dos a?os siguientes.
A los dos minutos y 18 segundos entraba el ¨²ltimo ejemplar por la puerta de acceso a los corrales y finalizaba el s¨¦ptimo encierro. All¨ª descasan Escribano, Palomito, Chupetero, Toledano, Curioso, y Coralero, tres de capa c¨¢rdena y tres de negra entrepelada, que pesan entre 540 y 595 kilos, y que esta tarde ser¨¢n lidiados por Rafaelillo, G¨®mez del Pilar y Juan de Castilla.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.