Agn¨¨s Varda: la irresistible conquista veraniega de la cineasta que todos aman y nadie olvida
Libre, feminista, alegre: la primera gran retrospectiva de la belga llega al CCCB tras pasar por Par¨ªs. Un chapuz¨®n a su universo que se expande con proyecciones de su cine por diferentes provincias
Para entender el carisma sin pose de la artista y cineasta Agn¨¨s Varda, basta con escucharla rememorando lo que el productor Georges de Beauregard le dijo cuando se ofreci¨® a producir Cleo de 5 a 7, el segundo largometraje que estrenar¨ªa en 1962: ¡°Quiero una pel¨ªcula en blanco y negro como la de Godard, pero la tuya tiene que ser m¨¢s barata¡±. La creadora belga siempre se apoyaba en esa an¨¦cdota en documentales y charlas para aclarar la magia de un drama que hoy se referencia en las escuelas de cine como la primera en contraponer la mirada masculina y femenina, exponer la disyuntiva entre el tiempo objetivo y subjetivo o captar el terror social al c¨¢ncer y al fantasma de la guerra entre los franceses de esa ¨¦poca.
Varda podr¨ªa haber soltado una perorata sobre la importancia de la autor¨ªa y la huella del creador, pero cuando juntaba a j¨®venes y mayores frente a su ic¨®nica mesa camilla siempre les repet¨ªa lo mismo: si sali¨® as¨ª de bien fue porque no hab¨ªa dinero y se hab¨ªa arruinado con la cooperativa que mont¨® para pagar equitativamente en su primera pel¨ªcula, La pointe Courte. Sin presupuesto para la segunda, decidi¨® rodar en Par¨ªs ¡ªahorr¨¢ndose hoteles o traslados de equipo¡ª; todo pasar¨ªa en dos horas y tir¨® de ingenio para llevar su c¨¢mara all¨ª donde la ciudad bull¨ªa de vida sin necesidad de extras. Visibilizar sin complejos las barreras que lo material impone en la creaci¨®n art¨ªstica, hablar de dinero sin tapujos, fue otra de sus maravillosas formas de romper con el canon.
Muri¨® en 2019 de un c¨¢ncer de mama a los 90 a?os en su casa de Par¨ªs, pero Agn¨¨s Varda, precursora de la Nouvelle Vague y una de las cineastas m¨¢s influyentes por su visi¨®n inquieta y su capacidad de combinar ficci¨®n y documental, sigue fascinando con el mismo encanto. Se nota en la mirada de directoras multipremiadas de hoy en d¨ªa como Carla Sim¨®n, Greta Gerwig o Alice Rohrwacher, aunque tambi¨¦n en la educaci¨®n sentimental de las nuevas generaciones, que la han abrazado sin peros como icono pol¨ªtico y que idolatran la est¨¦tica y mensaje de sus fotogramas, sus posados con su gato para Juergen Teller o sus frases virales c¨ªclicas en la conversaci¨®n digital (como el meme en el que se la ve diciendo ¡°Quise ser una feminista alegre, pero estaba demasiado enfadada¡±).
¡°Mi madre sigue muy viva entre la juventud y es algo que, no s¨¦ por qu¨¦, siempre me sorprende cuando voy a pases de sus pel¨ªculas y veo tantos chavales listos para verla por primera vez¡±, contaba este martes Rosalie Varda, hija de la creadora y directora art¨ªstica de la exposici¨®n Agn¨¨s Varda. Fotografiar, filmar, reciclar que se presenta en el Centre de Cultura Contempor¨¤nea de Barcelona (CCCB) entre el 17 de julio y el 8 de diciembre de 2024.
La muestra barcelonesa se erige como epicentro de la conquista cultural veraniega de la creadora. En colaboraci¨®n con el CCCB, la Filmoteca de Catalunya ha programado hasta el 29 de septiembre Agn¨¨s Varda essencial, un ciclo donde se proyectar¨¢n todos los filmes de la cineasta. No todo quedar¨¢ en Barcelona. Desde el 16 de julio est¨¢ disponible Universo Agn¨¨s Varda, una edici¨®n de coleccionista en Blue-Ray a cargo de Avalon: un pack especial 15 largometrajes y 15 cortometrajes con un libreto exclusivo que se completar¨¢ con proyecciones de sus pel¨ªculas por salas de Madrid (Golem), Valladolid (Broadway), Lleida (Screenbox), Valencia (Babel), Vigo (Multicines Norte), Santiago (Multicines Compostela), A Coru?a (Filmoteca de Galicia CGAI) y Santander (Filmoteca Mario Camus).
Ese deseo de ver
¡°Con Varda no se trataba de adoctrinar, sino despertar el deseo de ver¡±, ha defendido la directora del CCCB, Judit Carrera, al presentar la ambiciosa y documentada retrospectiva que ampl¨ªa y adapta la muestra Viva Varda!, concebida y producida por La Cin¨¦math¨¨que Fran?aise en colaboraci¨®n con Cin¨¦-Tamaris, la productora y empresa que gestiona el legado a trav¨¦s de los dos hijos de Varda (Rosalie Varda y Mathieu Demy; este ¨²ltimo, hijo de su relaci¨®n con el cineasta Jacques Demy).
Hay que venir con tiempo a esta exposici¨®n que pide varias visitas para poder asimilarla y disfrutarla en su conjunto. Aqu¨ª que no solo recoge un minucioso recorrido por su creaci¨®n art¨ªstica a trav¨¦s de sus fotograf¨ªas, pel¨ªculas y documentales fundamentales. Adem¨¢s de un apabullante archivo fotogr¨¢fico y de objetos personales, as¨ª como adaptaciones de algunas de sus instalaciones tard¨ªas, el visitante saldr¨¢ contagiado del entusiasmo y la mirada humanista que aplic¨® a todas las esferas de su vida, que tambi¨¦n se recoge de forma ¨ªntima y cercana. Una oportunidad ¨²nica para entender la dimensi¨®n de una artista que siempre quiso comprender a los dem¨¢s y no permanecer aislada del mundo, como se puede contemplar en una emotiva zona dedicada a Los espigadores y la espigadora (2000), el documental con el que ense?¨® que el coraz¨®n tiene forma de patata y con el que inici¨® su vertiente de artista visual.
Estructurada en cinco bloques, y tras pasar por una instalaci¨®n audiovisual de Mercedes ?lvarez que adapta su Bord de mer (2009) y nos introduce en su amor por esas playas que tanto la definieron, la muestra arranca con sus inicios como fot¨®grafa a los 22 a?os, con retratos a famosos y an¨®nimos, autorretratos o im¨¢genes o nunca vistas, como una visita a Catalu?a en la que fotografi¨® a Dal¨ª en Portlligat en 1955 y en la que tambi¨¦n capt¨® un plato de butifarras o un aplec de sardanas. Su vinculaci¨®n con Catalu?a tambi¨¦n se exhibe en los di¨¢logos que estableci¨® con Miquel Barcel¨® o Antoni T¨¤pies o su relaci¨®n con los Llorca, una familia espa?ola exiliada que conoci¨® de joven, con la que mantuvo contacto toda su vida y a la que fotografiar¨ªa e incluir¨ªa en Ulysse (2012).
En Cinescritura, el apartado dedicado a ese neologismo que se invent¨® (cin¨¦criture) para defender c¨®mo un cineasta autor participa en todo el proceso de creaci¨®n de una pel¨ªcula, est¨¢ todo el grueso de las pel¨ªculas que, como ella dec¨ªa, ¡°me hicieron m¨¢s famosa¡±: la crisis de una parejita en La pointe courte (1954), su acercamiento a su embarazo sin mirarse al ombligo y retratando a ancianos e indigentes de L¡¯op¨¦ra Mouffe (1958), las angustiantes dos horas de una cantante que espera unos resultados m¨¦dicos en Cleo de 5 a 7 (1962) y los travellings de Sin techo ni ley (1985), la pel¨ªcula inspirada en la muerte real de una mujer que viv¨ªa en la calle (Djamila Arhab) y en la que Sandrine Bonnaire rompi¨® con su imagen ani?ada para interpretar a una buscavidas radical que rechaza los dict¨¢menes sociales.
Libre y feminista
La muestra no olvida la intimidad de la creadora: desde sus relaciones sentimentales (la escultora Valentine Schlegel o Jean Vilar, hasta su marido y gran c¨®mplice: Jacques Demy), a la participaci¨®n de sus hijos en sus pel¨ªculas, hasta un curioso acercamiento a su historia familiar y c¨®mo ser hija de una mujer que ocult¨® sus or¨ªgenes griegos (Christiane Pasquet) le hizo llevar a imaginarse un alter ego. La llam¨® Nausica en busca de su identidad en una pel¨ªcula, Nausicaa, que estuvo censurada y extraviada durante mucho tiempo.
Tras recopilar su implicaci¨®n pol¨ªtica en viajes a Cuba, China o su acercamiento a los Panteras Negras o una entra?able zona dedicada a su amor por los gatos, la muestra se hace eco de ese ¡°feminismo gozoso¡± y comprometido que tan bien defendi¨® en varias pel¨ªculas clave: aquella por la que le atacaron err¨®neamente al no saber leer su pu?alada est¨¦tica a la familia nuclear en Le Bonheur (La felicidad, 1965) o L¡¯une chante, l¡¯autre pas (Una canta, la otra no, 1977), la pel¨ªcula por el derecho al aborto en la que convirti¨® en alegres canciones a textos de Karl Marx.
Mientras el jefe de exposiciones del CCCB, Jordi Costa, ha defendido la figura de Varda por ¡°despatriarcalizar los canones¡± y ensalzado su vigencia en cineastas actuales, Florence Tissot (comisaria de Viva Varda! en La Cin¨¦math¨¨que) ha lamentado que, pese a ser admirada y recordada por todos, su reconocimiento como precursora de la Nouvelle Vague ¡°lleg¨® tarde y cost¨® que muchos productores la apoyaran¡±. No sorprende, entonces, ese gui?o genial en la muestra que Varda dedica a ese movimiento que la acogi¨®. La suya es una fant¨¢stica reinterpretaci¨®n del fotomontaje de Magritte Je ne vois pas (la femme) cach¨¦e dans la for¨ºt, donde se coloca haciendo el s¨ªmbolo del silencio en el centro, rodeada de fotos de los cineastas del movimiento. Magritte visibiliz¨® el imaginario er¨®tico de ser vista. Ella le dio la vuelta para callar a aquellos que consideraban que solo se podr¨ªa abrazar a una, como si solo se la tolerase como excepci¨®n de una regla masculina. M¨¢s de medio siglo despu¨¦s, el verano cultural es suyo. Eso tambi¨¦n es romper el canon.
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