¡®Romper el c¨ªrculo¡¯: Blake Lively sostiene un drama pastelero sobre violencia machista

Romper el c¨ªrculo fue el best seller que puso en el mapa a Colleen Hoover, una escritora de mujeres que ha dinamitado los rankings de Estados Unidos de los ¨²ltimos a?os, con 20 millones de libros vendidos. Hoover reina en las listas de ¨¦xitos de The New York Times, en las estanter¨ªas de libros de los supermercados y en las redes sociales gracias a sus melodramas llenos de sexo, traumas y maltrato dom¨¦stico. Solo de Romper el c¨ªrculo (2016), su novela m¨¢s personal, inspirada en la violencia machista que sufri¨® su madre, vendi¨® cuatro millones de libros y los derechos de adaptaci¨®n a Hollywood.

El resultado de aquella provechosa transacci¨®n llega a las pantallas con la actriz Blake Lively como protagonista (y productora) de un drama sobre abusos bajo los c¨®digos de una narrativa sentimental y rom¨¢ntica propia del follet¨ªn. ?Se puede pintar el miedo sin renunciar a la paleta de color rosa? Algo as¨ª propone esta pel¨ªcula comercial destinada, de entrada, a las millones de lectoras de Hoover.

La historia es la de Lily Bloom, una mujer marcada desde la infancia por un hogar disfuncional por culpa de la violencia de su padre, que decide abrir una florister¨ªa en Boston. All¨ª, entre bouquets de rosas, se cruzar¨¢ con un don Juan neurocirujano que interpreta el director de la pel¨ªcula, Justin Baldoni, a quien le debemos unos cuantos dramas rom¨¢nticos adolescentes (A dos metros de ti, 2019; Clouds, 2020) que tambi¨¦n tendr¨¢n su reflejo aqu¨ª, cuando el pasado de Lily Bloom, su amor de instituto, se haga presente y con ¨¦l los celos del cirujano.

Si Romper el c¨ªrculo se sostiene es gracias a Blake Lively y a la caracterizaci¨®n de su personaje, que es tan exagerada en su romanticismo que tiene su miga, con esa tienda de flores imposible, o con su manera de vestir, siempre cargada de abalorios para subrayar su mirada so?adora sobre la vida. Enredada en una relaci¨®n con un narcisista celoso y violento, la pel¨ªcula muestra su lenta toma de conciencia de una forma que tiene coherencia con su personaje y su idealismo amoroso. Es interesante, sobre todo, c¨®mo el punto de inflexi¨®n del maltrato se retrata como algo confuso en su cabeza, con el subtexto del autoenga?o siempre presente. Todo parece perfecto, mientras la pareja brinda de forma muy cursi con un c¨®ctel de mimosa, cuando llega de forma extra?a, acelerada e imprevista el primer guantazo.

No hay ninguna idealizaci¨®n de la violencia (algo que sus cr¨ªticos objetan a las novelas de Hoover), pero s¨ª la evidencia de que los golpes (psicol¨®gicos o f¨ªsicos) se pintan demasiadas veces como un accidente del que nadie tuvo la culpa. En este sentido, la pel¨ªcula no deja nada a la imaginaci¨®n del espectador, cumple su funci¨®n did¨¢ctica y aleccionadora, las cosas quedan finalmente bien claras y el famoso c¨ªrculo se rompe, aunque sea rodeado de ramos de flores.