Triunfalista Puerta del Pr¨ªncipe para Talavante
Una justa, c¨®moda y muy noble corrida de Victoriano del R¨ªo y un p¨²blico muy generoso propiciaron el corte de cinco orejas
Triunfalismo en vena; eso es lo que se ha vivido en La Maestranza en la primera corrida de la Feria de San Miguel. Una muy justa, comod¨ªsima y muy noble corrida de Victoriano del R¨ªo y un p¨²blico generoso en extremo propiciaron la salida a hombros por la Puerta del Pr¨ªncipe de Alejandro Talavante tras el corte de dos orejas a su primer toro, de nombre Dalia, de clase suprema, y una tercera a otro animal noblote tras una faena desigual.
El tal Dalia ha sido un toro de ensue?o para un torero con sentimiento en las mu?ecas. Justo de presencia, se repuch¨® en la primera vara y cabece¨® en la segunda, acudi¨® largo en banderillas, y demostr¨® en la muleta prontitud, fijeza, clase, dulzura y movilidad, del mismo modo que careci¨® de vibraci¨®n, poder¨ªo y la codicia propia de un toro bravo de verdad. Y Talavante, que ya no es el torero profundo de anta?o, lo mulete¨® con suavidad y largura en varias tandas que despertaron el entusiasmo del respetable, aunque no estuvo claro en ning¨²n momento si por la pintura del torero o la fijeza y humillaci¨®n del toro.
Hubo naturales de calidad, cambios de manos de hondura y generosidad del toro y los tendidos. Tras una estocada defectuosa, el presidente sac¨® tres pa?uelos: las dos orejas que no merec¨ªa Talavante y la vuelta al ruedo a un toro que no fue bravo en el caballo. M¨¢s centrado estuvo el torero ante el quinto, de menos clase que su hermano, pero con cualidades suficientes para el triunfo. Talavante, con la Puerta del Pr¨ªncipe en la cabeza, esboz¨® muletazos sueltos de calidad sin redondear una labor de premio. Pero La Maestranza estaba decidida a que se abriera su puerta grande y el torero extreme?o sali¨® por ella por segunda vez en su carrera.
La lidia del primer toro reflej¨® con detalle el momento de la afici¨®n sevillana. Un animal con semblante de madurez pero con cara y hechuras de novillo, impropio, incluso, de un festejo con picadores en plaza de primera. Manse¨® en el caballo y el piquero fue ovacionado por no picar. Y en la muleta fue un oponente bobo, generoso e insulso. Su matador, Sebasti¨¢n Castella, se mostr¨® m¨¢s torero en los inicios que en los remates en una labor de m¨¢s a menos que no le impidi¨® pasear la primera oreja de la tarde. Lo recibi¨® de capote con una rodilla en tierra, un par de delantales y tres medias de buen gusto. Se luci¨® Jos¨¦ Chac¨®n en banderillas, y en el tercio final, otra vez despert¨® ilusiones el matador que no acabaron de cuajar. Estatuarios iniciales, una trincherilla y un pase de pecho dieron paso a una faena que supo a muy poco. Ante un toro excelente para el toreo de hoy, Castella logr¨® sus mejores momentos con la mano derecha, y pareci¨® desinflarse con la zurda a pesar de que el animal segu¨ªa embistiendo con la misma dulzura. Y el cuadro final qued¨® soso, sin alma, resultado l¨®gico entre un toro simplemente noble y un torero sin embrujo. El cuarto fue el m¨¢s inc¨®modo, y el diestro franc¨¦s estuvo por all¨ª sin huella alguna.
Y el torero que estuvo bien de verdad, valent¨ªsimo, poderoso, t¨¦cnicamente perfecto, fue Daniel Luque, que ofreci¨® toda una lecci¨®n de toreo aut¨¦ntico ante el tercero de la tarde, con menos movilidad, al que le costaba obedecer los enga?os y soltaba la cara en cada envite. Sin alboroto alguno, Luque lo radiografi¨®, se coloc¨® en el terreno apropiado, cit¨® en la distancia justa, y enganch¨® al p¨²blico con un toreo de verdad, arrebatador y apasionado. Cuando el animal se neg¨® a embestir, se mont¨® encima de su oponente, en un alarde de autoridad total, y levant¨® a los tendidos.
Solo pudo estar aseado y solvente con el esabor¨ªo sexto que no le permiti¨® lucimiento alguno.
Talavante sali¨® a hombros por la Puerta del Pr¨ªncipe, pero Sevilla no sali¨® toreando de La Maestranza.
Del R¨ªo/Castella, Talavante, Luque
Toros de Victoriano del Río, muy justos de presentación -anovillado el primero-, desiguales en varas, muy nobles, almibarados los dos primeros, y con movilidad. Al segundo, reservón en varas y de gran clase en la muleta, se le concedió la vuelta al ruedo. Cuarto y sexto, descastados y sin fuelle.
Sebastián Castella: estocada (oreja); estocada tendida (silencio).
Alejandro Talavante: estocada perpendicular y caída (dos orejas); estocada (oreja). Salió a hombros por la Puerta del Príncipe.
Daniel Luque: estocada (oreja); pinchazo y estocada (silencio).
Plaza de La Maestranza. Primera corrida de la Feria de San Miguel. 27 de septiembre. Lleno. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Paco Camino y Pepe Luis Vázquez.
Babelia
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