Pierre Christin, el viajero de las estrellas

Viajero empedernido, Pierre Christin lleg¨® al c¨®mic de un amigo de infancia, Jean Claude M¨¨zieres, con el que se reencontr¨® en su etapa de profesor en los EE UU. De vuelta en Europa, ya como profesor en Burdeos, comenzaron juntos una serie que se convertir¨ªa en todo un icono del c¨®mic de ciencia ficci¨®n, Valerian, agente espaciotemporal, que beb¨ªa de los c¨¢nones del g¨¦nero para atreverse ir un paso m¨¢s all¨¢, renov¨¢ndolo desde un planteamiento de denuncia social y, tambi¨¦n, pionero en muchos de sus argumentos, como la inclusi¨®n de la problem¨¢tica medioambiental.

El ¨¦xito de la serie le dio acceso a trabajar con algunos de los mejores dibujantes de la ¨¦poca dorada de la revista Pilote, como Enki Bilal, con el que comenz¨® una serie singular: Leyendas de hoy, que part¨ªa de planteamientos fant¨¢sticos para incidir directamente en tem¨¢ticas sociales y pol¨ªticas, como en la inolvidable La ciudad que nunca existi¨®. Tras esa primera saga, la serie Fin de siglo, tambi¨¦n con Bilal, proporcionar¨ªa dos obras de corte realista: Las falanges del orden negro (1979), que recordaba la lucha antifascista en Espa?a desde el g¨¦nero negro, y la magistral Partida de Caza (1983), en la que el guionista mostraba su lucidez y capacidad premonitoria en el an¨¢lisis sociopol¨ªtico de cada ¨¦poca al anticiparse a la ca¨ªda del bloque comunista y establecer unas claves que podr¨ªan ser aplicables a los conflictos actuales que se viven en el mundo.

En paralelo a su trabajo con Bilal, Christin desarroll¨® guiones para Annie Goetzinger, completamente alejados de las tem¨¢ticas fant¨¢sticas, pero adecu¨¢ndose como un guante a las habilidades gr¨¢ficas de la artista. Series como La Demoiselle de la L¨¦gion d¡¯Honneur (1980), La Diva et le Kriegspiel (1981) y, sobre todo, la extraordinaria (e in¨¦dita en Espa?a) La Voyageuse de petite ceinture (1985) muestran la habilidad del guionista para el an¨¢lisis social, desde las cuestiones pol¨ªticas al drama de la migraci¨®n, as¨ª como su inter¨¦s por protagonistas femeninas que se alejaban de las que se pod¨ªan encontrar en los c¨®mics en ese momento. Con Goetzinger volver¨ªa a trabajar a partir de 2001 en la serie detectivesca Agence Hardy.

Siempre avanzado a su ¨¦poca, practic¨® con acierto el falso documental con Enki Bilal en Los ?ngeles, la estrella olvidada de Laurie Bloom (1984), una obra sorprendente en forma y fondo que retomaba el origen del guionista como periodista. Pero el c¨®mic no pod¨ªa contener su capacidad de contar historias: su pasi¨®n por escribir se plasm¨® en diferentes novelas y ensayos, pero fue su querencia por los viajes la que dar¨ªa lugar a una de sus series m¨¢s recordadas: Las correspondencias de Pierre Christin, una serie de cuadernos de viaje ilustrados por algunos de los mejores artistas del mundo (Bilal, Cabanes, Mezi¨¨res, Denis, Ferrandez, Miguelanxo Prado¡­), en los que aport¨® su siempre acertada opini¨®n de tem¨¢ticas tan variadas como Chernobyl, el sue?o americano, el viaje en tren o la situaci¨®n en Cuba.

Pero Christin sigui¨® trabajando de forma continuada, con autores de prestigio como Andre Juillard, Jean Vern, Jacques Tardi o Fran?ois Bouq, pero tambi¨¦n buscando j¨®venes creadores que le aportaran una mirada nueva y fresca, como S¨¦bastien Verdier o Jean Michael Arroyo, sin perder nunca su querencia por variar continuamente de tem¨¢ticas, de lo fant¨¢stico al costumbrismo.

Prof¨¦tico de nuevo, en una entrevista hace a?os, el guionista dec¨ªa que Valerian no pod¨ªa acabar, que sus autores fallecer¨ªan antes. Pierre Christin falleci¨® el 3 de octubre, a los 83 a?os, esperemos que se haya unido a Mezi¨¨res en la estaci¨®n de metro de Brooklyn Termino Cosmos, para empezar un nuevo cuaderno de viaje infinito que, por desgracia, no podremos ya leer.