El lado oscuro de los musicales en Madrid: precariedad, sin bajas laborales y cansancio extremo
M¨²sicos y actores de obras en cartel en Madrid relatan las malas condiciones generalizadas del sector y el miedo a hacerlo p¨²blico por las posibles represalias
El pasado 11 de junio, Aladd¨ªn y The book of Mormon triunfaron en los Premios del Teatro Musical en una gala llena de brillo celebrada en Madrid. Ambos espect¨¢culos se llevaron cuatro galardones, pero el protagonismo inesperado lo rob¨® el int¨¦rprete de Aladd¨ªn Roc Bernad¨ª, que cuando subi¨® a recoger su premio no pudo contenerse. ¡°A Madrid muchos la comparan con las grandes mecas del tea...
El pasado 11 de junio, Aladd¨ªn y The book of Mormon triunfaron en los Premios del Teatro Musical en una gala llena de brillo celebrada en Madrid. Ambos espect¨¢culos se llevaron cuatro galardones, pero el protagonismo inesperado lo rob¨® el int¨¦rprete de Aladd¨ªn Roc Bernad¨ª, que cuando subi¨® a recoger su premio no pudo contenerse. ¡°A Madrid muchos la comparan con las grandes mecas del teatro musical: Londres y Nueva York. Lo que no suelen comparar son las condiciones laborales¡±, dijo, entre los aplausos del p¨²blico, compuesto por trabajadores del mismo sector. No lo sab¨ªa, pero en ese momento Bernad¨ª estaba rompiendo un tab¨² largamente callado por el ¡°el poder del miedo¡±, como lo llam¨®. ¡°Miedo a que nos echen, a lo que dir¨¢n; miedo a no volver a trabajar¡±, prosigui¨®. ¡°Pero sobre todo creo que no deber¨ªamos tener miedo a hablar p¨²blicamente de las injusticias que nos rodean. Sin nosotros no habr¨ªa musicales. Somos afortunadas de poder trabajar de nuestra pasi¨®n, pero no deja de ser trabajo, y el trabajo tiene que ser digno¡±.
Aquel v¨ªdeo se hizo viral durante unos d¨ªas, pero luego su eco se fue apagando. Desde entonces, EL PA?S ha tirado del hilo de aquella denuncia para recoger las quejas no solo de los int¨¦rpretes, sino tambi¨¦n de los m¨²sicos de una industria, la de los musicales, que se promociona en Madrid como tercer punto neur¨¢lgico a nivel mundial, pero que detr¨¢s de los grandes carteles y las luces de ne¨®n de Gran V¨ªa esconde el malestar y la insatisfacci¨®n de un sector que se siente humillado y maltratado.
Si mis condiciones son que me vas a descontar el d¨ªa que falte, prefiero morirme en el escenario a pedir que me sustituyan¡±Albert Muntanyola, actor
¡°Siempre trabajamos aunque estemos tocados. Te dicen: ¡®Si no est¨¢is en condiciones, decidlo y se os sustituye¡¯. Eso nunca pasa. ?Por qu¨¦? Porque si mis condiciones son que me vas a descontar el d¨ªa que falte, prefiero morirme en el escenario a pedir que me sustituyan¡±, cuenta Albert Muntanyola, que interpreta al sult¨¢n en Aladd¨ªn. Durante estos meses, este peri¨®dico ha recopilado los testimonios de una veintena de int¨¦rpretes y m¨²sicos, hombres y mujeres de edades diversas. Los int¨¦rpretes van desde actores principales hasta los que hacen rotaciones (como alternantes o cover) o cubren bajas (swings). Todos ellos trabajan y han trabajado con las grandes compa?¨ªas que operan en Madrid: Stage (Aladdin, El rey le¨®n, Tina¡), SOM produce (Mamma mia!, The book of Mormon, Chicago, Grease, La Funci¨®n que sale mal¡), Let¡¯s Go (El fantasma de la ?pera, Ghost, Charlie y la f¨¢brica de chocolate¡) y Beon Entertainment (El m¨¦dico, Forever Van Gogh, La historia interminable¡). Las reclamaciones son id¨¦nticas. En el caso de los m¨²sicos, un colectivo que sostiene haber perdido un 45% de poder adquisitivo en dos d¨¦cadas, se suma el hecho de no contar siquiera con un convenio colectivo. La mayor¨ªa de las empresas mencionadas, contactadas por EL PA?S, afirman que cumplen el convenio escrupulosamente, que comparten algunas de las quejas, y dicen estar comprometidas con el crecimiento de la industria cultural en Espa?a.
El relato de Muntanyola es a cara descubierta (¡°Tengo una edad que me permite decir lo que pienso¡±, explica), pero la mayor parte de los dem¨¢s testimonios prefiere el anonimato. Muchos, adem¨¢s, tienen cl¨¢usulas de confidencialidad en sus contratos. Es una muestra m¨¢s del ¡°miedo¡± en el que viven. ¡°Nadie quiere se?alarse, porque no te renuevan la temporada que viene, y listo¡±, explica un miembro del elenco de uno de los grandes musicales de Madrid, que acaba de abandonar la producci¨®n al no llegar a un acuerdo de mejora salarial: ¡°Al menos, en algunas productoras puedes entrar al despacho a negociar, aunque te digan que no; pero todos conocemos casos de gente a la que le han roto el contrato delante de la cara solo por plantear siquiera una reuni¨®n para pedir una subida¡±. Los actores principales, los alternantes, los cover y los swing tienen cada uno sus propias reivindicaciones. Pero las quejas generales que todos comparten se juntan en tres bloques principales.
En primer lugar, est¨¢ el tema econ¨®mico. El convenio de los actores es de 2014, y ¡°las mejoras salariales que se puedan dar no cubren el incremento del coste de la vida. Adem¨¢s, el 90% de las producciones se agarran a las cantidades m¨ªnimas del convenio, que est¨¢ desfasad¨ªsimo¡±, explica la int¨¦rprete de un famoso personaje. A veces, los salarios directamente se han desplomado. ¡°Por hacer en 2015 la misma funci¨®n que en 2007, cobr¨¦ un 40% menos¡±, apunta la misma fuente. ¡°Y siempre te amedrentan: si no lo haces t¨², lo har¨¢ otro¡±, se?ala un joven que realiza reemplazos.
Las empresas no proporcionan datos concretos, pero el teatro musical en Madrid factur¨® m¨¢s de 119 millones de euros en 2019 (seg¨²n el Registro Mercantil) y, descontando la temporada de pandemia, no ha parado de crecer, se?ala la Uni¨®n de Actores y Actrices, el sindicato del sector, donde calculan que, actualmente, trabajan en la quincena de musicales madrile?os entre 500 y 600 int¨¦rpretes. ¡°Es evidente que esto es un gran negocio, pero los que realmente lo hacemos posible no lo vemos por ning¨²n lado¡±, cuenta una de las entrevistadas. ¡°Lo gracioso es que, cuando pides algo, las productoras te dicen que no ganan tanto dinero¡±, cuenta un miembro del reparto de The book of Mormon, de SOM Produce; la empresa, que se halla en plena inspecci¨®n de trabajo enviada por la Uni¨®n de Actores, acaba de comprar el madrile?o teatro Amaya, donde representa una de sus producciones, La funci¨®n que sale mal.
En segundo lugar, todos se?alan a las vacaciones, las enfermedades laborales y el hecho de que les dan de baja entre funciones como uno de sus mayores problemas. ¡°Cuando hablas con alguien y dices tu sueldo mensual [2.556 euros brutos en el caso de elenco, reparto, sustitutos y cover, que forman el grueso de las producciones, como establece el convenio del sector], lo l¨®gico es pensar que no est¨¢ mal [en Espa?a el salario m¨ªnimo interprofesional es de 1.323 euros mensuales en 12 pagas]. Pero hay que ver la letra peque?a: todos los complementos est¨¢n prorrateados a 12 pagas. Tambi¨¦n las vacaciones¡±, cuenta un actor que ronda la cincuentena. Es decir, cuando se cogen sus 30 d¨ªas al a?o, no cobran ese mes. ¡°Es una profesi¨®n en la que, cuando se acaba una producci¨®n, puedes estar semanas y semanas sin trabajar. Y los dos meses de ensayos previos cobramos 57,75 euros al d¨ªa, hasta el m¨¢s protagonista. Adem¨¢s, cuando la funci¨®n baja el tel¨®n [por ejemplo, 10 d¨ªas a mediados de julio entre una temporada y otra], lo que hacen es echarte a la calle y te vuelven a contratar a los 10 d¨ªas. Siempre contrato por obra. Es decir: no cobras esos d¨ªas, y no hay antig¨¹edad¡±. ¡°Por cierto, lo de quedar en paro entre temporadas tiene cada vez menos sentido en un contexto en el que los musicales ya se piensan para durar varios a?os¡±, dice una swing, que recita: ¡°Mamma M¨ªa va a por la tercera temporada, The book of Mormon y Chicago a por la segunda, El rey le¨®n lleva 13¡¡±.
¡°Adem¨¢s, esos 10 d¨ªas entre temporadas no son suficientes para descansar¡±, denuncia otro miembro del elenco de un gran musical. ¡°Somos atletas, y a los atletas no les puedes romper el pico de descanso, que est¨¢ justo en ese per¨ªodo. Si los pones a trabajar entonces, se rompen. De hecho, en septiembre es cuando m¨¢s gente cae¡±, agrega. ¡°Dos funciones seguidas es una aberraci¨®n para el cuerpo¡±, dice alguien que se dedicaba a la danza cl¨¢sica antes de entrar en los musicales, ¡°y dos dobletes seguidos es atroz¡±. Es lo que suele pasar viernes y s¨¢bados, y el cuerpo se resiente. Es otra de las quejas generales: el extremo cansancio en el que viven, que multiplica las lesiones.
?Qu¨¦ pasa, adem¨¢s, cuando ¡°caen¡±? Todos los testimonios recogidos se?alan a las bajas como uno de sus mayores problemas. ¡°En algunos musicales caen como moscas, se lesionan constantemente. Y ya no es solo eso, es que las mutuas aceptan un esguince como motivo de baja, pero una afon¨ªa o una disfon¨ªa no. Es demencial. ?C¨®mo no va a ser una afon¨ªa un motivo de baja, si me dedico a cantar? Pero en la mutua no lo aceptan, debes ir a la seguridad social para que te d¨¦ tu baja y los tres primeros d¨ªas no los cobras¡±. De ah¨ª la frase de Muntanyola (¡°Prefiero morirme en el escenario a pedir que me sustituyan¡±), que de una u otra forman han verbalizado todos los contactados por este medio. ¡°No conozco a nadie que no haya salido al escenario con 40? de fiebre¡± es otra de las frases repetidas. ¡°En el fondo, tiene sentido¡±, reflexiona una cover de Gran V¨ªa ¡°las mutuas no trabajan para nosotros, trabajan para las productoras¡±.
En tercer lugar, piden que se cumpla de forma efectiva tener dos d¨ªas seguidos de descanso. Es decir: la desconexi¨®n de 48 horas semanales seguidas, que ya es una imposici¨®n europea, no se respeta casi nunca. Hay funci¨®n el domingo por la tarde-noche, el lunes se libra, y el martes despu¨¦s de comer se vuelve a la carga. ¡°Pero no siempre a las 18.00. Dependiendo de la semana, no es raro que el martes a las 14.00 tengas que ir a ensayar¡±, se quejan muchos. Adem¨¢s, la desconexi¨®n digital es pr¨¢cticamente imposible para quienes hacen sustituciones o rotan. ¡°Vives pegado al m¨®vil. Y no es raro que a las 2.00 de la ma?ana te manden planillos con horarios¡±. Estos int¨¦rpretes sustitutos tienen adem¨¢s reivindicaciones propias. Por ejemplo, aseguran que las empresas mencionadas no les retribuyen por los ensayos ni tampoco les pagan m¨¢s si, una vez comenzada la temporada, les piden aprender nuevos papeles para poderlos sustituir.
Huelga y maltrato
¡°Ser actor es algo vocacional. Si no, no lo haces, porque hay una parte atroz de la profesi¨®n. Entonces, las empresas juegan con eso, te manipulan. Yo no me siento m¨¢s ni menos que un oficinista, pero no lo somos, trabajamos exponiendo nuestras emociones y nos machacan constantemente¡±, resume una actriz que durante dos d¨¦cadas ha trabajado con las productoras mencionadas. Ella, como muchos de los consultados, insin¨²a una palabra que cada vez tienen menos miedo de decir en voz alta: huelga. ¡°Lo que hay que hacer es parar los teatros un fin de semana de puente. Ya ver¨¢s c¨®mo nos empiezan a hacer caso¡±.
¡°Desde el sindicato hemos estado poco atentos a los musicales¡±, entona el mea culpa Ignacio Mart¨ªn, abogado de la Uni¨®n de Actores y Actrices. ¡°A principios de este a?o nos dimos cuenta de que lo que pasaba era verdaderamente grave¡±. Mart¨ªn desgrana que, al no haber comit¨¦s de empresa (otro de los grandes problemas denunciados), para la Uni¨®n no era tan f¨¢cil enterarse de lo que pasaba, pues su informaci¨®n sal¨ªa solo de los afiliados, que no eran muchos. Pero este n¨²mero se ha multiplicado en los ¨²ltimos meses. ¡°Hay un despertar general. En algunas producciones hemos pasado del 20% de afiliados al 80%¡±.
¡°El teatro musical tal y como lo conocemos llega a Espa?a a principios de los 2000¡å, repasa Mart¨ªn. ¡°El primer convenio es de 2005. Y en 2014, derivado de la crisis, se firma un convenio de supervivencia. Est¨¢ claro no solo que est¨¢ desfasado econ¨®micamente, sino que choca con el modelo de producci¨®n de musicales de hoy: antes se pensaba en producciones que duraban pocos meses, y hab¨ªa que garantizar el trabajo. Hoy hablamos de obras que duran a?os, y hay que regular el descanso, las bajas, los ajustes salariales¡¡±. ¡°Ya no digo Broadway, pero en Londres el salario medio de un int¨¦rprete es cuatro o cinco veces el espa?ol¡±, recalca.
Antes de verano se produjo la primera y hasta ahora ¨²nica reuni¨®n entre la Uni¨®n y la patronal, la Asociaci¨®n de Productores y Teatros de Madrid (Aptem), dirigida por el productor de teatro de texto Jes¨²s Cimarro y a la que est¨¢n adscritas tres de las cuatro grandes productoras (Beon, Stage y Let¡¯s Go; SOM est¨¢ fuera). ¡°Dan largas, como todas las patronales, pero parece que podremos sentarnos a negociar¡±, cuenta Mart¨ªn. El sindicato propondr¨¢ muchas cosas: mejoras salariales, ajustar las bajas, topar en nueve el n¨²mero de funciones semanales (ahora son ocho), que se establezcan desde ya las 48 horas seguidas efectivas de descanso semanal¡ Pero, ?y si no se alcanza ning¨²n acuerdo? ?Pueden ir los actores a la huelga? ¡°Si me lo llegan a preguntar hace seis meses dir¨ªa que es imposible. Con un 20% de afiliados en algunas producciones no es viable. Pero ahora¡ Es una medida extrema y de ¨²ltimo recurso, pero claro que puede pasar. Con un 80% de afiliados en muchas producciones puede pasar¡±. Mart¨ªn afirma que hay m¨¢s actores que trabajan en la quincena de musicales en activo en Madrid que nunca, y se?ala que una negociaci¨®n lleva tiempo. ¡°Creo que podr¨ªa salir en 2026¡å, indica. ¡°Pero para entonces las productoras quiz¨¢ hayan entrado en una deriva reputacionalmente muy peligrosa. Deben ser conscientes de ello¡±.
El hartazgo de los m¨²sicos
El panorama de los m¨²sicos no es mejor que el de los actores. Corre ¡°una sensaci¨®n de hartazgo y de indefensi¨®n¡±, resume Gabriel Szternsztejn, guitarrista de El rey le¨®n y voz de la reci¨¦n creada Coordinadora de M¨²sicos de Teatro Musical (CMTM), que re¨²ne a 250 profesionales que pretenden organizarse para unir sus demandas. Dentro del nicho laboral, es pr¨¢cticamente la totalidad de los m¨²sicos que trabajan en musicales.
¡°Hoy, este es el ¨²nico gremio sin convenio dentro de la escena musical; los t¨¦cnicos tienen, los actores tienen¡¡±, explica. ¡°Hay precariedad, hay falta de regularidad. Existe una disonancia, porque tenemos un contrato real en el mundo de la m¨²sica, lo cual es poco habitual, pero no tenemos convenio. Esto hace, por ejemplo, que las diferencias entre una empresa y otra sean abismales¡±, agrega Szternsztejn. Una opci¨®n que la Coordinadora baraja es la de sumar a los m¨²sicos al convenio de los actores, con un ep¨ªgrafe propio.
El panorama que dibuja es igual de gris que el de los actores. Las productoras, se?ala, piden que los m¨²sicos pongan el instrumento, pero no pagan el seguro. Adem¨¢s, deben tener un suplente y es responsabilidad del titular prepararlo. Cuando toca el suplente, descuentan el salario del titular. La pr¨¢ctica totalidad de m¨²sicos dan clases y tienen bolos, lo que alimenta la rueda de d¨ªas en los que no pueden acudir al musical porque tienen otras obligaciones profesionales.
El salario, explica, no es suficiente. ¡°Se gana desde 85 euros en el mejor de los casos a 52 euros brutos. Pero claro, esto es por d¨ªa, no por funci¨®n. Es decir: un m¨²sico que haga dos funciones en un d¨ªa puede cobrar 26 euros por una funci¨®n que dura tres horas¡±, cuenta. ¡°En los ¨²ltimos 20 a?os la p¨¦rdida de poder adquisitivo ha sido del 45%¡±, resume. Y no es que lo diga, sino que aporta documentos que la Coordinadora ha elaborado para comparar cifras a lo largo de los a?os. ¡°Por no hablar de que hay productoras que abusan de la m¨²sica grabada. Eso es enga?ar al p¨²blico, adem¨¢s de que quita trabajos a los artistas¡±.
En las giras deben buscar alojamiento los propios m¨²sicos. Un ejemplo lo da Batiste Bosch, artista con muchos a?os a sus espaldas en la industria de los musicales: ¡°Te ofrecen un mes en Bilbao. Son 2.000 euros. Brutos, claro, as¨ª que quita el 21% [en impuestos]. Y busca y paga t¨² el alojamiento. Eso es lo que se paga por nueve funciones semanales¡±. Bosch ejemplifica la p¨¦rdida de poder adquisitivo: por una salida como la mencionada, en 2008 ganaba 74 euros al d¨ªa m¨¢s 80 de dietas. En 2024, 80 euros al d¨ªa, sin dietas.
¡°Vivimos en la semiprofesionalidad¡±, denuncia Bosch, que vuelve a la figura del suplente. ¡°Hay una l¨ªnea del contrato que obliga a que tengas siempre listo a tu suplente. En teor¨ªa es porque los m¨²sicos hay d¨ªas que tienen bolos, conciertos, dan clases¡ pero, aunque decidas no hacer nada m¨¢s y centrarte en el musical, tienes que preparar y presentar un suplente que corre de tu cuenta¡±. Por obligaci¨®n, el suplente debe tocar una funci¨®n a la semana. Pero los titulares suelen ser generosos y dejarles alguna m¨¢s, a costa de su sueldo. Y nadie paga los ensayos del suplente.
¡°En el 85% de los casos, las productoras no dan instrumentos, ni aseguran los nuestros¡±, explica Bosch, que se?ala que, por ejemplo, durante una gira, este es un problema relativo para un guitarrista, pero enorme para un m¨²sico de viento metal, que puede llegar a tocar (y desplazar) cinco instrumentos ¡°muy caros¡±.
Ecosistema ¡°empobrecido¡±
¡°Cobrar el salario m¨ªnimo es legal¡±, respone Yolanda P¨¦rez Abej¨®n, directora general de Stage Entertainment en Espa?a. ¡°Es un salario m¨ªnimo muy por encima de otras profesiones, y es un tema que, si cambia, debe ser a trav¨¦s del convenio colectivo¡±. P¨¦rez Abej¨®n indica que los asalariados de musicales no llegan a trabajar 40 horas semanales, y que su empresa lleva este a?o intentando negociar las 48 horas de descanso (adelantando la funci¨®n del domingo). Sobre las bajas m¨¦dicas se?ala que es ¡°un tema de las mutuas¡±, y recalca que Stage lleva 25 a?os en Espa?a sin ning¨²n problema con las inspecciones laborales.
¡°Adem¨¢s de alguna empresa que no hace lo que deber¨ªa, hay un problema con productoras peque?as nuevas; gente que se ha metido en el negocio de los musicales porque se creen que se van a hacer de oro y donde las condiciones laborales son muy malas¡±, cuenta P¨¦rez Abej¨®n, tambi¨¦n subdirectora de Aptem, que se?ala a esas productoras como ¡°competencia desleal, porque muchas veces no tienen ni m¨²sica en directo¡±, y cree que ¡°empobrecen el ecosistema general de los musicales¡±. P¨¦rez Abej¨®n reconoce que en Madrid ¡°hay m¨²sicos y actores que est¨¢n siendo explotados¡±, pero asegura que en su empresa no. Varios de los que han hablado en este reportaje trabajan o han trabajado para Stage. Varios m¨¢s han se?alado que ¡°no es ni mucho menos la peor¡±. ¡°Pagan a varios trabajadores por encima del convenio y, por ejemplo, tenemos fisioterapeuta¡±, se?ala un miembro del elenco de un musical de esa empresa de Gran V¨ªa. ¡°Pero todos nos conocemos, todos hemos trabajado con varias empresas. Esto no va de denunciar a una empresa concreta, va de un sistema que funciona como una picadora de carne¡±. Stage, tambi¨¦n, es la ¨²nica productora con comit¨¦ de empresa, desde 2021.
Lets Go se?ala, a trav¨¦s de un comunicado, que cumple ¡°rigurosamente con la legalidad del convenio de actores¡± para su marco salarial. Un convenio que, sostienen, se ha beneficiado de cuatro subidas salariales desde 2022 y que es ¡°un 73% m¨¢s que el salario m¨ªnimo interprofesional que percibe el resto de trabajadores en Espa?a¡±. Lets Go asegura que comparte algunas reivindicaciones, como ¡°reconocer la baja laboral pagada por afon¨ªa¡±, y anima a que ¡°la Uni¨®n de Actores siga trabajando para que tanto la Seguridad Social como las Mutuas atiendan estas particularidades del sector¡±.
Beon Entertainment, por su parte, asegura que cumple ¡°rigurosamente con las normativas y los convenios colectivos establecidos¡±. ¡°Estamos comprometidos con el crecimiento de la industria cultural en Espa?a, y lo demostramos creando producciones de gran formato originales, hechas ¨ªntegramente en el pa¨ªs, que generan empleo en diversas disciplinas del sector¡±, manifiesta. EL PA?S tambi¨¦n ha hablado con SOM, que finalmente no ha remitido ninguna respuesta.
En Madrid hay m¨²sicos y actores que est¨¢n siendo explotados¡±Yolanda P¨¦rez Abej¨®n, directora general de Stage Entertainment en Espa?a
El panorama de los musicales madrile?os no se circunscribe a las grandes empresas, pero son las que aglutinan la mayor parte de las obras. Los int¨¦rpretes que han pasado por producciones de compa?¨ªas m¨¢s peque?as se?alan las mismas condiciones en ellas, o peores. Existen tambi¨¦n producciones m¨¢s personalistas, ligadas a una figura famosa. Los int¨¦rpretes que han pasado por las producciones de Antonio Banderas no pueden hablar mal de ¨¦l en lo personal (¡°es el ¨²nico productor que me ha tratado bien en la parte humana¡±, coinciden tres fuentes), y achacan malos funcionamientos a la inexperiencia de la empresa (Teatro del Soho). Los que han pasado por producciones de Nacho Cano temen que, dados los problemas policiales en los que se halla inmerso, hablar de su figura desv¨ªe la atenci¨®n de un panorama que es ¡°estructural y generalizado¡±. M¨¢s all¨¢ de esos problemas legales, Cano acaba de ser multado por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid con 24.000 euros por el despido improcedente de un bailar¨ªn de Malinche.
Hay muchas otras reivindicaciones. Teatros viejos, llenos de polvo y que propician las enfermedades de garganta y hasta las neumon¨ªas. Menosprecio incluso dentro de la profesi¨®n de actor o m¨²sico. Todo contribuye a la frase que suscriben todos los consultados: ¡°La pr¨¢ctica totalidad de int¨¦rpretes, bailarines y m¨²sicos de musicales se siente maltratada por las empresas detr¨¢s de las obras¡±.
¡°Todas las productoras dicen lo mismo: ¡®No os quej¨¦is, os dedic¨¢is a lo que os gusta¡±, lamenta una miembro de uno de los musicales m¨¢s exitosos de la temporada pasada. ¡°Juegan con nuestra ilusi¨®n para machacarnos. Yo no tengo la culpa de que me encante mi trabajo¡±, apostilla, en plena Gran V¨ªa, antes de girarse y enfilar hacia el teatro para hacer otra funci¨®n m¨¢s. Es una frase que muchos han dicho para este reportaje, y que en junio ya esboz¨® Roc Bernad¨ª en el discurso que destap¨® la mugre detr¨¢s de los focos; el discurso que hizo que los trabajadores del sector se unieran y decidieran que ya era hora de plantarse.
Se perdonar¨¢ la broma: solo Aladd¨ªn pod¨ªa levantar esa alfombra.