¡®Los Machado. Retrato de familia¡¯: la fraternidad de Manuel y Antonio que los desmonta como s¨ªmbolos de las dos Espa?as
Sevilla re¨²ne en una exposici¨®n, comisariada por Alfonso Guerra y Eva D¨ªaz P¨¦rez, los fondos documentales de los dos hermanos poetas, separados cada uno en un bando durante la Guerra Civil
Manuel Machado, el hermano mayor, era el dandi que paseaba su estampa por los cen¨¢culos de Madrid ¡ªLhardy, el Ritz¡ª con su elegante capa y sus finas maneras. Antonio, un a?o menor, el del torpe ali?o indumentario que dej¨® para siempre registrado en su poema Retrato. En los a?os de la consolidaci¨®n de ambos como poetas y dramaturgos, Manuel compagina su trabajo de bibliotecario con el ambiente cultural y nocturno de la capital, escribiendo cr¨ªticas teatrales en el peri¨®dico El Liberal. Antonio, sin embargo, vaga por la Espa?a vaciada de hoy como un gris profesor de Franc¨¦s en provincias, arrastrando su maleta de soledad y melancol¨ªa tras la prematura muerte de su esposa, Leonor. Manuel se describe con guasa ¡°medio gitano y medio parisi¨¦n¡±; Antonio, con gravedad, ¡°en el buen sentido de la palabra, bueno¡±. Manuel, y aqu¨ª quiz¨¢s comience el mito de sus vidas enfrentadas, se ve sorprendido por el alzamiento militar en Burgos en julio de 1936, y tras ser detenido y conocer el miedo h¨²medo de tres noches en el calabozo, es ganado para la causa sublevada. Antonio, defensor de los principios de la Rep¨²blica, es evacuado en la misma fecha a Valencia, en el inicio de un periplo ignominioso de final letal en el exilio.
Fueron as¨ª, el azar y esa divergencia chocante pero apenas est¨¦tica de sus biograf¨ªas la munici¨®n con la que pronto se carg¨® el arma de la confrontaci¨®n y la propaganda pol¨ªtica en un pa¨ªs partido por la mitad durante 40 a?os. ¡°La doble opci¨®n de los hermanos, Manuel con el nuevo r¨¦gimen, Antonio en defensa de la Rep¨²blica, hizo f¨¢cil la simplificaci¨®n de que estaban enfrentados y que pod¨ªan ser una representaci¨®n de las dos Espa?as¡±. Lo dice Alfonso Guerra, vicepresidente del Gobierno de Espa?a entre 1982 y 1991 y experto en la obra machadiana, comisario de la exposici¨®n Los Machado. Retrato de familia, que inaugura este lunes en Sevilla el rey Felipe VI, en la Real F¨¢brica de Artiller¨ªa, y con la que se pretende desmontar las razones extraliterarias que han mantenido separados en la historia cultural espa?ola a los hermanos Antonio y Manuel Machado.
Este empe?o por unir de nuevo a estos hermanos que gozaron siempre de una estrech¨ªsima ¡°y hermosa relaci¨®n fraternal¡±, sostiene la escritora y periodista Eva D¨ªaz P¨¦rez, que coordina la exposici¨®n junto a Guerra, no es, sin embargo, exclusivamente te¨®rico. Los Machado: un retrato de familia ha logrado el hito de presentar por primera vez juntos en una ¨²nica exposici¨®n los dos grandes fondos machadianos que existen en el pa¨ªs: la colecci¨®n de Los Papeles de los Machado, custodiados en Sevilla por la Fundaci¨®n Unicaja ¡ªy que re¨²ne los fondos documentales que viajaron al exilio con Antonio y otro hermano, Jos¨¦ Machado¡ª; y la de la Instituci¨®n Fern¨¢n Gonz¨¢lez de la Real Academia Burgense de Historia y Bellas Artes, que conserva en Burgos los pertenecientes a Manuel Machado. La muestra estar¨¢ abierta hasta el 22 de diciembre.
Tras los muros de la Real F¨¢brica de Artiller¨ªa, un imponente edificio del siglo XVI que se estrena como espacio expositivo con la muestra de estos fondos, el legado de los Machado ha ido tomando forma la semana pasada en una bell¨ªsima fusi¨®n de lo burgal¨¦s con lo sevillano, trenzando cada manuscrito, cada objeto, cada estampa de un lado y otro hasta ampliar el angular y encontrar en la foto de familia a quienes les precedieron, esa extraordinaria estirpe que fueron los Machado: su abuelo, el cient¨ªfico y darwinista Antonio Machado y N¨²?ez, un pionero en defender lo que hoy llamamos la biodiversidad, creador del gabinete de Historia Natural de la Universidad de Sevilla, de la que fue rector (lleg¨® a ser tambi¨¦n alcalde de la ciudad) y patriarca ¡°de una saga intelectual espa?ola que entronca con las grandes familias culturales europeas, como los Mann, los Goncourt o las Bront?. Una familia especial que simboliza la Espa?a laica, progresista e intelectual, hija del Ochocientos. Como dijo Gregorio Mara?¨®n: ?Gran siglo espa?ol el siglo liberal de los Machado!¡±, recuerda D¨ªaz P¨¦rez.
Su mujer ¡ªabuela de Antonio y Manuel¡ª Cipriana ?lvarez, pintora, recopiladora de cuentos populares, transmiti¨® la literatura oral a su prole. Su hijo Antonio Machado ?lvarez, Dem¨®filo ¡ªpadre de los poetas¡ª, antrop¨®logo y folclorista; por supuesto, Manuel y Antonio, pero tambi¨¦n el resto de sus hermanos: Francisco, Joaqu¨ªn y Jos¨¦, a quien le debemos ese hallazgo fortuito pero sumamente trascendental que siempre unir¨¢ a Antonio Machado con su Sevilla natal: fue quien encontr¨® un papel arrugado en el bolsillo del gab¨¢n de su hermano, ya muerto miserablemente en el exilio al poco de llegar a Collioure, en Francia, en el que hab¨ªa anotado sus ¨²ltimos versos, de una honda nostalgia: ¡°Estos d¨ªas azules y este sol de la infancia¡±. ¡°Para m¨ª, ese ¨²ltimo verso en el l¨ªmite, en la frontera real y metaf¨®rica, acaba iluminando toda su obra¡±, reflexiona Guerra.
Esta selecci¨®n de documentos, fotograf¨ªas y objetos subrayan la relaci¨®n ¨ªntima y familiar de todos ellos, como si se pudieran escuchar las conversaciones en el hogar errante pero siempre unido de los Machado. Y as¨ª, comienza a desplegarse por la exposici¨®n la sucesi¨®n de influencias entre sus miembros: la pasi¨®n por lo cient¨ªfico y la naturaleza del abuelo, la querencia por los cuentos y romances de la abuela o el gusto por el folclore y el mundo popular de Dem¨®filo. Entre los objetos personales que se muestran hay una pieza conmovedora que se centra en este ¨¢mbito: el ¨¢baco de letras en el que aprendieron a leer los hermanos Machado. ¡°Un objeto que nos lleva directamente a esa sala familiar en la que la abuela Cipriana lee romances antiguos a sus nietos¡±, fantasea D¨ªaz P¨¦rez.
Todo ello confirma tambi¨¦n la id¨¦ntica educaci¨®n que reciben los ni?os Manuel y Antonio, nacidos con solo diez meses de diferencia, el primero en septiembre de 1874 y el segundo en julio de 1875. Primero en Sevilla, y m¨¢s tarde, cuando se trasladan a Madrid con 10 y 9 a?os respectivamente, en la Instituci¨®n Libre de Ense?anza (ILE), creada por Francisco Giner de los R¨ªos, a quien los Machado siempre veneraron como un querid¨ªsimo maestro y que tiene su espacio destacado en la exposici¨®n, que tras su estancia en Sevilla viajar¨¢ entre este a?o y el pr¨®ximo a Burgos y Madrid. La muestra es un proyecto levantado a instancias de la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras y la Real Academia Burgense de Historia y Bellas Artes, con el patrocinio de la Fundaci¨®n Unicaja y la colaboraci¨®n del Ayuntamiento de Sevilla.
La relaci¨®n de los hermanos se afianz¨® hasta el extremo de escribir a cuatro manos. ¡°Sobre todo, escriben juntos obras de teatro¡±, matiza D¨ªaz P¨¦rez, pero tambi¨¦n comienzan a colaborar en 1893 en el semanario sat¨ªrico La Caricatura con los seud¨®nimos de Polilla (Manuel) y Cabellera (Antonio). Adem¨¢s, firman con el nombre conjunto de Tablante de Ricamonte en uno de los primeros textos escritos a cuatro manos que marcar¨¢n sus vidas.
Este amor admirativo y colaborativo de los hermanos desmonta otro falso mito: ¡°Los Machado son dos grandes poetas, no como pretende el t¨®pico un gran poeta y otro menor¡±, sostiene Guerra, que reconoce que, durante la dictadura, ¡°¨¦ramos muchos los que, anestesiados por las razones pol¨ªticas, hab¨ªamos orillado las razones po¨¦ticas¡±.
¡°El interrogante mayor es cu¨¢l hubiese sido su trayectoria vital y pol¨ªtica si Manuel hubiese hecho caso a su hermano menor cuando le desaconsej¨® que ese a?o viajara a Burgos porque las cosas estaban muy mal. ?Habr¨ªa acompa?ado a Antonio en su largo y penoso camino al exilio?¡±, se pregunta el comisario, que es tajante: ¡°Los dos hermanos poetas nunca estuvieron enfrentados, ni siquiera bajo el influjo de la Guerra Civil, que los mantuvo alejados geogr¨¢ficamente y en posiciones pol¨ªticas diferentes. Las razones pol¨ªticas han primado durante demasiado tiempo sobre las razones po¨¦ticas¡±. Ha llegado el momento de discernir entre unas y las otras.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.