Cien a?os de ¡®Marinero en tierra¡¯, nostalgia y vigencia de un poemario que a¨²n resuena en las nuevas generaciones
Poetas consagrados y las voces m¨¢s j¨®venes de la poes¨ªa espa?ola reflexionan sobre la obra m¨¢s ic¨®nica de Rafael Alberti, escrita cuando ten¨ªa 22 a?os y por la que consigui¨® el Premio Nacional de Poes¨ªa en 1924
Cuando el poeta gaditano Rafael Alberti regres¨® del exilio en 1977, Espa?a era un pa¨ªs joven. Los nuevos l¨ªderes sociales y pol¨ªticos apenas hab¨ªan superado los 30 a?os y las prohibiciones de la dictadura iban cayendo una detr¨¢s de otra como fichas de domin¨®. Se deroga la censura de prensa, se aprueba el derecho a huelga y se convocan las primeras elecciones generales. La democracia ya no se pod¨ªa parar y este escenario luminoso sirve al poeta para recordar el pa¨ªs donde hab¨ªa sido joven. ¡°Me fui con el pu?o cerrado y vuelvo con la mano abierta¡±, clam¨® entonces. Quiso el ni?o nacido en El Puerto de Santa Mar¨ªa en 1902 regresar a la juventud perdida; pero para siempre estampada en Marinero en tierra, poemario que escribi¨® con 22 a?os y por el que se hizo con el primer Premio Nacional de Poes¨ªa concedido en este pa¨ªs.
En esta b¨²squeda por la juventud a?orada a su regreso a Espa?a, Alberti conjur¨® su Balada del que nunca fue a Granada y en 1980 realiz¨® un viaje cargado de simbolismo a la ciudad de la Alhambra, la de su amigo Federico Garc¨ªa Lorca. All¨ª conoce a un jovenc¨ªsimo poeta, Luis Garc¨ªa Montero, de 22 a?os entonces, nigrom¨¢nticamente la edad que ten¨ªa Alberti cuando escribi¨® su poemario m¨¢s ic¨®nico y por el que fue bendecido entonces con el magisterio de Antonio Machado (jurado del Nacional de Poes¨ªa que le fue concedido en 1924), que escribi¨® en una nota encontrada por el propio Alberti cuando fue a recoger el manuscrito al Ministerio de Cultura: ¡°Mar y tierra, Rafael Alberti, es a mi juicio el mejor libro de poemas presentado al concurso¡±. Alberti nunca perdi¨® esa nota, que le acompa?¨® en el exilio en cada una de las ciudades en las que vivi¨®.
La cadena generacional parec¨ªa no parar. De Machado a Alberti y del poeta regresado del exilio a la prole po¨¦tica que se criaba en Espa?a al calor de la libertad. Alberti fue acunando, de Granada a C¨¢diz, a todos los j¨®venes trovadores andaluces de la reci¨¦n estrenada Democracia: Jes¨²s Fern¨¢ndez Palacios, Ana Rossetti, Jos¨¦ Ram¨®n Ripoll, Felipe Ben¨ªtez Reyes, Juan Jos¨¦ T¨¦llez¡ ¡°Se baj¨® del altar en el que yo lo ten¨ªa para conectar con los j¨®venes de entonces mucho m¨¢s que con los mayores¡±, aseguraba este s¨¢bado en C¨¢diz Luis Garc¨ªa Montero, hoy director del Instituto Cervantes y uno de los poetas m¨¢s populares ¡ªcomo lo fue Alberti¡ª del pa¨ªs.
Todos ellos se dieron cita este fin de semana en la bah¨ªa gaditana para celebrar, en la geograf¨ªa vital y l¨ªrica del autor de La arboleda perdida, el centenario de Marinero en tierra, un libro cuyo magisterio po¨¦tico sigue estando vigente por cuanto ¡°forma parte de la educaci¨®n sentimental de los espa?oles¡±, sostiene Montero. Es dif¨ªcil encontrar alguien que no sepa entonar ¡ªcon la musicalidad que le aportaron adem¨¢s en la Transici¨®n cantautores como Paco Ib¨¢?ez o Juan Manuel Serrat¡ª alg¨²n verso de este poemario: ¡°El mar. La mar. / El mar. ?S¨®lo la mar! / ?Por qu¨¦ me trajiste, padre, / a la ciudad?¡±.
En una traves¨ªa organizada por el Ayuntamiento de C¨¢diz, los poetas andaluces surcaron el s¨¢bado las aguas de la bah¨ªa ¡ªde la capital a El Puerto de Santa Mar¨ªa¡ª 100 a?os despu¨¦s del nacimiento de estos versos para conjurar la nostalgia de Alberti por la patria perdida, y su aproximaci¨®n a la cultura popular gracias a un libro ¡°que demostr¨® que se puede amar la vanguardia sin ser rupturista con el pasado y que se puede amar las tradicionales sin caer en tradicionalismos¡±, reflexionaba Luis Garc¨ªa Montero a bordo de uno de los veleros de la flota.
¡°Para los lectores de mi generaci¨®n, el libro de Rafael supuso la epifan¨ªa de un gran poeta. Pero para ¨¦l supon¨ªa una bandera de memoria emocional y una intuici¨®n del exilio constante¡±, a?ad¨ªa el poeta gaditano Juan Jos¨¦ T¨¦llez.
Y as¨ª, en un empe?o por dar un nuevo paso hacia el relevo generacional anhelado por el poeta, por revivir el pa¨ªs en el que fue joven ¡ªhoy tan diferente al de 1977¡ª, Marinero en tierra son¨® el s¨¢bado tambi¨¦n en las voces de cinco j¨®venes estudiantes de bachillerato del Instituto Rafael Alberti de C¨¢diz que acompa?aron a los poetas veteranos en la traves¨ªa, alumnas todas chicas de un centro donde el autor de Sobre los ¨¢ngeles, ¡°no es solo un nombre que aparece en un libro de texto, es una inspiraci¨®n constante¡±, explicaba la alumna de Segundo de Bachillerato y joven poeta Carmen L¨®pez de los Dolores.
Efectivamente, la poes¨ªa de Alberti est¨¢ inoculada en la obra de los poetas m¨¢s j¨®venes de este pa¨ªs, especialmente los andaluces. Esa otra Espa?a nueva y joven en la que a¨²n resuenan sus versos. Su ascendente ya no solo puede encontrarse en los disc¨ªpulos directos. Explica, por ejemplo, la poeta sevillana afincada en Granada Rosa Berbel, de 26 a?os, que ¡°como ni?a andaluza¡±, la presencia de Alberti en su formaci¨®n literaria ¡°fue siempre absoluta¡±: ¡°A pesar de los 100 a?os que nos separan de su publicaci¨®n, dir¨ªa que hay en Marinero en tierra diversos aspectos que interpelan directamente a mi generaci¨®n: una recuperaci¨®n de lo popular por la v¨ªa del apego al territorio y a lo cotidiano; esa nostalgia de la tierra propia perdida o lejana, que tanto dialoga con nuestro presente n¨®mada; o la tensi¨®n entre tradici¨®n y vanguardia, que aunque en cada ¨¦poca se asume de una forma diferente creo que est¨¢ generando propuestas muy interesantes. Admiro esa sencillez que hace que los poemas de Marinero en tierra se te queden pegados como la sal en el cuerpo, sin que sea posible, aunque pasen los a?os y se sucedan las lecturas, deshacerse de ellos¡±, reflexiona.
Berbel, que irrumpi¨® con fuerza en 2018 con su poemario Las ni?as siempre dicen la verdad (Premio Andaluc¨ªa de la Cr¨ªtica y Premio Ojo Cr¨ªtico de Poes¨ªa en 2019), entronca con la reflexi¨®n de Paula Melchor, sevillana de 24 a?os que gan¨® el Premio de Poes¨ªa Letraversal con su debut Amor y pan. Notas sobre el hambre, hoy, con seis ediciones, convertido en un fen¨®meno po¨¦tico.
¡°No es Alberti el poeta al que m¨¢s acudo y que m¨¢s influencia tiene en m¨ª ¡ªreconoce la escritora¡ª, pero s¨ª creo que sigue siendo de una actualidad abrumadora. Cuando pienso en Alberti, hay dos im¨¢genes que me sobrevienen con especial intensidad: en primer lugar, la de un ni?o andaluz dejando su pueblo marinero para irse a la capital; despu¨¦s, la de un hombre teniendo que dejar su pa¨ªs, exiliado de todo cuanto conoce, para salvar la vida. La parte de la obra de Alberti que m¨¢s me interesa es, precisamente, aquella que tiene que ver con la huida, con la p¨¦rdida de los lugares conocidos y amados¡±, reflexiona esta poeta que se reivindica como ni?a de provincias.
¡°Afortunadamente, no hay en estos momentos un contexto social y pol¨ªtico en nuestro pa¨ªs como el que les toc¨® vivir a los poetas de esa ¨¦poca; pero los exilios siguen sucedi¨¦ndose por otros motivos que todos conocemos. No hace falta remontarse a generaciones pasadas para dar con testimonios de personas que se han visto obligadas a irse a la fuerza de su tierra para tratar de ganarse la vida. Puedo hacer una lista interminable de amigos, conocidos y familiares con los que alguna vez he hablado acerca de la dificultad que tiene mi generaci¨®n para imaginar un futuro: nos ahoga este presente ca¨®tico y terrible en que no tenemos acceso a una vivienda, ni estudiar nos garantiza acceder a puestos de trabajo, un presente que nos han dibujado como una cortina de humo tras la que, en la mayor¨ªa de ocasiones, nos damos de frente con la precariedad y el desconsuelo¡±, reflexiona tray¨¦ndose al presente la obra de Alberti, como si quisiera responder a esos versos que el gaditano escribi¨® en 1953 desde el exilio en su Balada para los poetas andaluces de hoy: ¡°?Qu¨¦ cantan los poetas andaluces de ahora? / ?Qu¨¦ miran los poetas andaluces de ahora?¡±.
¡°Su obra se nos ilumina como un faro, un recuerdo de que nunca estamos solos en las huidas que nos vemos forzados a hacer de nuestra tierra¡±, apostilla Melchor.
Laura Rodr¨ªguez D¨ªaz, tambi¨¦n de 26 a?os, tambi¨¦n mujer, poeta y sevillana con amplia proyecci¨®n nacional, coincide: ¡°Alberti es uno de los nombres que resuenan en m¨ª y seguramente en todos los poetas de una edad similar a la m¨ªa. Creo que Marinero en tierra es un poemario que nos acompa?a por su musicalidad (?qui¨¦n no recuerda muchos de sus versos tarare¨¢ndolos?), su inter¨¦s en lo popular y su preocupaci¨®n por el paisaje natural, sin dejar de retratar lo urbano. Todos estos rasgos tienen una vigencia enorme y hace que el poemario nos siga apelando¡±.
Terminan las poetas j¨®venes, casualmente, evocando los mismos versos que ayer Luis Garc¨ªa Montero fue dejando caer como flores esparcidas en el mar de la Bah¨ªa gaditana donde el homenaje era inexcusable: ¡°Mis versos favoritos de ¨¦l ser¨¢n siempre los que, desde la orilla americana del atl¨¢ntico, le dedica a la patria de su infancia -que, como dir¨ªa Rilke, es la ¨²nica patria verdadera-: ¡°por haberte llevado tantos a?os conmigo,/ por haberte cantado casi todos los d¨ªas,/ llamando siempre C¨¢diz a todo lo dichoso,/ lo luminoso que me aconteciera¡±. Lo dejaba claro tambi¨¦n el veterano Juan Jos¨¦ T¨¦llez: ¡°Para m¨ª, Marinero en tierra sigue siendo una de las formas de ser de C¨¢diz¡±.
Babelia
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