Mar Coll, la pionera de la nueva hornada de cineastas espa?olas, encara la angustia de la maternidad en ¡®Salve Mar¨ªa¡¯
La cineasta estrena su tercer largometraje en 15 a?os y pone al p¨²blico contra las cuerdas con un descarnado retrato de una escritora que necesita alejarse de su hijo
Antes de Carla Sim¨®n, Clara Roquet o Paula Ortiz. Antes de Arantxa Echevarr¨ªa, Pilar Palomero o Bel¨¦n Funes estuvo Mar Coll (Barcelona, 43 a?os). A ella, que la consideren pionera, le pone nerviosa que se le diga, no le gusta. ¡°Puede que fuera una de las primeras directoras de la nueva ola surgida de las escuelas de cine, pero en esa avanzadilla iba tambi¨¦n Roser Aguilar y no puedo olvidarme de Isabel Coixet e Ic¨ªar Bolla¨ªn¡±, contrataca la cineasta. A su pesar, puede, pero muchas cineastas se?alan que Tres d¨ªas con la familia (2009), el debut en el largo de Coll, supuso un terremoto: si ella pod¨ªa, y adem¨¢s con ¨¦xito de critica y Goya a la mejor direcci¨®n novel incluidos, ?por qu¨¦ ellas no pod¨ªan contar historias similares? Coll ha tardado 15 a?os en estrenar su tercer largometraje, Salve Mar¨ªa, una descarnada aproximaci¨®n a la maternidad, y esa es la pel¨ªcula que, tras su estreno en el festival de Locarno (Suiza) en verano, ha concursado este jueves en la Seminci de Valladolid, antes de llegar a las salas el 31 de octubre.
Salve Mar¨ªa, basada en la novela Las madres no, de Katixa Agirre, se lanza desaforada a un tab¨² de la maternidad, el del desapego emocional; m¨¢s a¨²n, el de la sensaci¨®n angustiosa y agotadora de no hacer las cosas bien, del fracaso como madre y de la necesidad de alejarse de ese hijo que vampiriza la existencia de su progenitora. Y lo hace a trav¨¦s de una escritora, Mar¨ªa, que mientras sufre la crianza de su hijo, asiste al desmoronamiento de su pareja y se siente angustiosamente atra¨ªda por una noticia: una mujer francesa ha ahogado a sus gemelos de 10 meses en la ba?era. Mar¨ªa se obsesiona con la infanticida, ?por qu¨¦ los mat¨®?
¡°Empec¨¦ a buscar sobre qu¨¦ escribir mi pel¨ªcula cuando mi hijo hab¨ªa cumplido 15 meses¡±, recuerda Coll desde Barcelona, ¡°y el dolor de ese agotamiento lo hab¨ªa comentado mucho con Valentina [Viso, su coguionista], que hab¨ªa sido madre antes que yo. Y justo me lleg¨® la novela. Entonces se junt¨® un tema que sent¨ªamos personal y que nos sacaba de la zona de confort con un libro que aunaba la cuesti¨®n de g¨¦nero con el thriller. Nos incentiv¨® probar cosas nuevas, jugar con el lenguaje¡±.
Entre esos experimentos, est¨¢n la cercan¨ªa de la c¨¢mara a la protagonista para forzar al p¨²blico a juzgar desde un punto de vista absolutamente subjetivo, ¡°que lograra que no sintieran rechazo ante su comportamiento¡±. M¨¢s: ¡°Jugar con el naturalismo mezclado con el thriller e incluso momentos de terror. Buscamos una pel¨ªcula muy inmersiva, muy tensa, porque nunca sabes qu¨¦ va a pasar con el beb¨¦. Que fuera m¨¢s una experiencia y no un discurso del artista ante un hecho¡±.
Porque Salve Mar¨ªa se aleja bastante de la manera de rodar de Coll. Con un tono muy naturalista, tras su debut, con el que gan¨® el festival de M¨¢laga, en 2013 estren¨® Todos queremos lo mejor para ella. En 2018 fue la primera cineasta que estren¨® serie, Matar al padre, en Movistar+. El a?o pasado dirigi¨® tres episodios de Esto no es Suecia, que acaba de ganar el Premio Ondas a la mejor serie de comedia. ¡°Yo me lo tomo todo como m¨ªo, y por eso Esto no es Suecia la siento muy cercana¡±. Pero mientras la siguiente generaci¨®n enlazaba pel¨ªcula tras otra, Coll iba a otro ritmo. ¡°Entre que he sido madre, que no siento la necesidad imperiosa de rodar y que no soy la m¨¢s r¨¢pida del lugar...¡±, confiesa entre risas.
Por la experiencia de ser madre, la cineasta entendi¨® mucho mejor que iba a encarar en pantalla un tab¨² gigantesco: ¡°Poco se habla de las madres que no se vinculan con su beb¨¦, que sienten un rechazo. Un reci¨¦n nacido necesita a su madre, necesita ser amado. No ha hecho nada. Ni siquiera es la inocencia, sino algo superior: la pureza envuelta en fragilidad. La vulnerabilidad necesita protecci¨®n y cuidado, y la persona que est¨¢ protegiendo es la madre. Y cuando no lo hace, la sociedad lo considera en el acto una falta grav¨ªsima, y a ella, una figura problem¨¢tica¡±. Y a continuaci¨®n pregunta: ¡°Bueno, para esto hacemos pel¨ªculas, ?no? Si no, ?qu¨¦ prop¨®sito tiene el arte?¡±.
Salve Mar¨ªa se encuentra a medio camino de Creatura, de Elena Mart¨ªn Gimeno, y de Mam¨ªfera, de Liliana Torres. ¡°Si en algo se nota que ya hay un buen n¨²mero de directoras, es que por fin hay distintos puntos de vista en la pantalla de la sexualidad femenina y de la maternidad. Esta temporada hay dos temas recurrentes, por lo que leo y veo: la maternidad y los cuidados ante la muerte. Y me refiero al cine, a la literatura, el teatro... Hay nuevos discursos en nuevos relatos¡±.
Como veterana, ?nota un cambio en el cine espa?ol? ¡°Uf, recuerdo ver Hola, ?est¨¢s sola?, de Bolla¨ªn, y sentir que me interpelaban, que la vida transcurr¨ªa ante la c¨¢mara. Hoy a las pel¨ªculas se les pide much¨ªsimas cosas. Por ejemplo, si haces un cine cercano a lo observacional, en seguida te meten en el saco de lo aburrido. Entiendo que es una reacci¨®n a un cine que fue el habitual hace a?os. Aunque, mira, justamente nosotras no fuimos. Son modas, movimientos que surgen en reacci¨®n a lo precedente. El cine posee una vertiente que tiene que ver con la estrategia y t¨² debes saber exactamente en qu¨¦ momento est¨¢s en la sociedad si quieres generar un determinado impacto. Ahora bien, no te puedes agarrar a f¨®rmulas, porque entonces haces fotocopias¡±. Y de ah¨ª pasa a su experiencia: ¡°Dedicas mucho tiempo a una pel¨ªcula. Si no te mueve el deseo de crear, te aburrir¨¢s¡±.
Otras cosas no cambian: el cartel donde se ve que de un pecho de la protagonista mana leche no ha sido aceptado en alg¨²n circuito publicitario, que a¨²n se encuentran negociando: ¡°Ya sab¨ªamos que habr¨ªa problemas en Instagram, pero me he quedado un poco sorprendida con estas censuras, me parece un pensamiento muy retr¨®grado respecto al pecho. No reflejan la sociedad en la que vivimos¡±.
Babelia
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