Javier Cercas ingresa en la RAE: ¡°La lectura es una forma de conocimiento de uno mismo y de los dem¨¢s, igual que el sexo¡±
El escritor, que ocupar¨¢ la silla R, vacante desde el fallecimiento de Javier Mar¨ªas, reprueba en su discurso los prejuicios instalados en la literatura por una parte de la cr¨ªtica y de los editores
¡°Desde la atalaya de su experiencia y de su sabidur¨ªa. ?Hay algo mejor que el sexo?¡±. La frase podr¨ªa formar parte de un gag de Woody Allen, pero ha sido una de las preguntas que ha formulado el escritor Javier Cercas (Ibahernando, C¨¢ceres, de 62 a?os) este domingo a los acad¨¦micos que escuchaban su discurso de ingreso en la Real Academia Espa?ola (RAE), que ha sido acogida con risas entre el p¨²blico. Antes de responder a esta, muy probablemente, pregunta ret¨®rica, convien...
¡°Desde la atalaya de su experiencia y de su sabidur¨ªa. ?Hay algo mejor que el sexo?¡±. La frase podr¨ªa formar parte de un gag de Woody Allen, pero ha sido una de las preguntas que ha formulado el escritor Javier Cercas (Ibahernando, C¨¢ceres, de 62 a?os) este domingo a los acad¨¦micos que escuchaban su discurso de ingreso en la Real Academia Espa?ola (RAE), que ha sido acogida con risas entre el p¨²blico. Antes de responder a esta, muy probablemente, pregunta ret¨®rica, conviene saber que el autor hab¨ªa comparado antes el placer de los libros con el sexual. ¡°La lectura es una forma de conocimiento de uno mismo y de los dem¨¢s, igual que el sexo. Cuando alguien me dice que no le gusta leer, lo que se me ocurre es acompa?arle en el sentimiento, igual que si me hubiera dicho que no le gusta el sexo¡±, ha dicho con humor.
Esa equiparaci¨®n entre leer y tener sexo le ha servido a Cercas, aunque pueda parecer sorprendente, para criticar a ¡°la pr¨¢ctica unanimidad del mundillo literario¡±, que rechaza ¡°la idea de la utilidad de la literatura¡±. ¡°?C¨®mo es posible que sigamos enrocados en la sandez palmaria de la inutilidad del arte?¡±, se ha preguntado, gesticulante. Para el autor de Soldados de Salamina, no hay dudas de que la literatura, el arte, es ¨²til, y ha citado a autores que lo manifestaron a trav¨¦s de sus obras: Ovidio, Horacio, Tirso de Molina, Kant. ¡°Solo es in¨²til para el est¨²pido utilitarismo burgu¨¦s que campa por sus respetos entre nosotros¡±, consecuencia de una ¡°¨¦poca embobada por el beneficio mercantil y el progreso t¨¦cnico¡±. La literatura ¡°es antes que nada, un placer, como el sexo¡±. ¡°Y yo me pregunto: ?existe algo m¨¢s ¨²til que el placer, o que el conocimiento placentero?¡±.
Esa desconsideraci¨®n hacia la literatura por no ser ¡°¨²til¡± es, seg¨²n Cercas, uno de los ¡°malentendidos¡±, cuando no ¡°medias verdades o simples mentiras¡±, que la aquejan, tanto a la espa?ola como a la for¨¢nea. Es una de las mixtificaciones que ha denunciado y que han configurado el asunto central de su discurso, titulado Malentendidos de la modernidad. Un manifiesto.
El acto ha tenido el aire de las ocasiones especiales. La entrada de Cercas en el sal¨®n de actos ha sido acogida con aplausos. A su ingreso en la RAE han acudido personalidades del mundo de la literatura y los medios de comunicaci¨®n, como el presidente de Prisa, Joseph Oughourlian; la directora de EL PA?S, Pepa Bueno; los escritores Juan Gabriel V¨¢squez y Lorenzo Silva; los periodistas Jes¨²s Ruiz Mantilla, Juan Cruz, Antonio Lucas y Miguel ?ngel Aguilar, el director del Instituto Cervantes, Luis Garc¨ªa Montero, y la directora de la Feria del Libro de Madrid, Eva Or¨²e.
Cercas ha sido presuroso en preparar este discurso desde que fue elegido acad¨¦mico. Los electos disponen de dos a?os para pronunciarlo en el sal¨®n de actos de la RAE, pero ¨¦l lo ha resuelto cinco meses despu¨¦s de que su candidatura la presentaran los acad¨¦micos Mario Vargas Llosa, Pedro ?lvarez de Miranda y Clara S¨¢nchez, el 13 de junio. S¨¢nchez fue la encargada de dar posteriormente el discurso de bienvenida a la instituci¨®n, quien destac¨® tambi¨¦n sus m¨¦ritos en el periodismo, como su columna bimensual en El Pa¨ªs Semanal, suplemento dominical de EL PA?S, y sus premios en este oficio, ¡°a pesar de que ¨¦l cuando los ha recibido ha dicho sentirse un impostor¡±. Novelista, ensayista, Cercas ha tomado posesi¨®n de la silla R, la que dej¨® vac¨ªa el fallecimiento del escritor Javier Mar¨ªas, el 11 de septiembre de 2022, ¡°de cuya herencia excepcional tratar¨¦ de hacerme cargo desde hoy¡±, ha se?alado.
Como manda la tradici¨®n en la casa de la lengua espa?ola, Cercas ha recordado la obra de su antecesor, ¡°uno de los grandes novelistas espa?oles del ¨²ltimo siglo¡±, con el que habl¨® solo una vez en persona pero con quien se carte¨® en los ¨²ltimos a?os de su vida. De ¨¦l destac¨® como ¡°novela m¨¢s lograda, Coraz¨®n tan blanco¡±. Tambi¨¦n alab¨® su personalidad, ¡°que no rehuy¨® tomar partido acerca de los asuntos m¨¢s espinosos y combati¨® sin cuartel las cursiler¨ªas, vilezas, injusticias y estupideces con los que convivi¨®¡±.
Tirando de ese hilo del compromiso de Mar¨ªas ¡°con su tiempo y su pa¨ªs¡±, Cercas lleg¨® al meollo de su intervenci¨®n. ¡°Tengo la impresi¨®n creciente de que en la literatura nos debatimos en una telara?a de malentendidos, por no decir supersticiones y prejuicios que distorsionan la realidad¡±. Seg¨²n Cercas, tales ¡°trivializaciones de ideas convertidas en leyendas¡± comenzaron ¡°hace siglo y medio¡±, con el Romanticismo y luego el Modernismo.
Uno de esos malentendidos ya se ha comentado. Otro es ¡°el del escritor refugiado en su torre de marfil¡±. En este sentido, ha subrayado el caso de Marcel Proust como uno de los creadores a los que una visi¨®n falaz y deformada le quiso motejar de escritor ¡°ajeno a la sociedad y a la pol¨ªtica de su tiempo¡±. Para Cercas, basta con echar un vistazo a las cartas del franc¨¦s para ¡°dinamitar esa caricatura¡±. ?l y otros autores, como Kafka, Borges, ¡°perpetuo militante antiperonista¡±, o Joyce, ¡°que se burl¨® del nacionalismo irland¨¦s¡±, asumieron que lo mejor que pod¨ªan hacer para sus semejantes era ¡°centrarse en su trabajo¡±.
Cercas se ha referido tambi¨¦n a sus or¨ªgenes, ¡°nacido en un pueblo humild¨ªsimo de Extremadura¡±. Con su familia, emigr¨® a Girona cuando ¨¦l ten¨ªa solo cuatro a?os. En la ciudad catalana transcurrieron su infancia y su adolescencia. En 1985 se licenci¨® en Filolog¨ªa Espa?ola por la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. Tras proseguir sus estudios en Estados Unidos, empez¨® en 1989 a dar clases de literatura espa?ola en la Universidad de Girona; dos a?os m¨¢s tarde ley¨® su tesis doctoral, sobre el escritor y cineasta Gonzalo Su¨¢rez. Hoy es profesor en excedencia de este centro de ense?anza.
Dedicado de pleno a la literatura desde 2003, se hab¨ªa dado a conocer antes con la novela de no ficci¨®n Soldados de Salamina (Tusquets, 2001), fen¨®meno literario, adaptada posteriormente al cine, que recrea el fallido fusilamiento del escritor y dirigente falangista Rafael S¨¢nchez Mazas al final de la Guerra Civil. Entre sus libros tambi¨¦n destacan Anatom¨ªa de un instante (Literatura Random House, 2009), por el que gan¨® el Premio Nacional de Narrativa, sobre la intentona golpista del 23-F de 1981; El impostor (2014); El monarca de las sombras y la trilog¨ªa Terra Alta. Sus obras han llegado tambi¨¦n al teatro y el c¨®mic.
Traducido a m¨¢s de 30 idiomas, sus libros han obtenido multitud de premios en numerosos pa¨ªses. Es un escritor global, con enorme influencia en la literatura europea, como escrib¨ªa el domingo en este peri¨®dico Jordi Amat. Tambi¨¦n su labor period¨ªstica y ensay¨ªstica ha recibido varios galardones dentro y fuera de Espa?a. Las obras de Cercas ¡°se estudian en colegios y universidades de todo el mundo, donde han sido objeto de art¨ªculos acad¨¦micos, tesis doctorales y ediciones cr¨ªticas¡±, destaca la RAE. Su pr¨®ximo libro, en Random House, a la que regresa tras haberse marchado a Planeta en 2019, ser¨¢ El loco de Dios en Mongolia, sobre el papa Francisco y los entresijos del Vaticano, escrito, eso s¨ª, por un autor ateo.
De vuelta a su discurso, para este autor, otro ¡°malentendido¡± de la literatura de hoy d¨ªa es ¡°conceder un protagonismo excesivo al autor, sacralizarlo y convertirlo en una figura semidivina¡±; una glorificaci¨®n que le parece ¡°rid¨ªcula¡±. Ese protagonismo debe tenerlo el lector, seg¨²n Cercas: ¡°Una novela es una partitura, y es el lector quien la interpreta [...] y en eso consiste gran parte del embrujo de la literatura. Un libro sin lectores es letra muerta¡±. Por eso, ¡°el significado de un texto depende del di¨¢logo que establezca con ¨¦l el lector, y esto no es populismo literario¡±, ha aclarado, y citando a Paul Val¨¦ry, ha a?adido: ¡°No es nunca el autor el que hace una obra maestra. La obra maestra se debe a los lectores¡±. As¨ª que, menos humos por dedicarse a escribir.
En las revistas y suplementos literarios actuales ha situado Cercas una m¨¢s de los ¡°malentendidos, este fruto de la ignorancia¡±: el que consiste en que, para parte de la cr¨ªtica, la buena literatura es ¡°con escasas excepciones, minoritaria, secreta¡±, y que la que goza de lectores numerosos ¡°est¨¢ incapacitada¡± para ser buena. Si estamos de acuerdo con esto, ha proseguido, el Quijote ¡°implicar¨ªa alguna forma de derrota art¨ªstica¡±. Dostoievski y Tolst¨®i fueron ¡°¨ªdolos de masas¡±, Garc¨ªa M¨¢rquez o Vargas Llosa ¡°atra¨ªan centenares de miles de lectores¡± y la Academia Sueca ¡°no se equivoc¨® cuando concedi¨® el Nobel de Literatura a Bob Dylan en 2016¡±, ha defendido. Estos prejuicios contra la popularidad de la literatura no significa que solo las novelas con ¨¦xito sean buenas, ha agregado. Entonces, ?cu¨¢l es el criterio literario fiable sobre qu¨¦ es un buen libro? ¡°El tiempo¡±.
Cercas ha concluido su canto de amor a la literatura asegurando que una persona con una buena novela en las manos ¡°es una bomba de relojer¨ªa ambulante, un potencial pensador por cuenta propia¡±, alguien capaz de decir no, cuando todos a su alrededor dicen s¨ª. As¨ª, ¡°desde Plat¨®n para ac¨¢, los tiranos, inquisidores y comisarios pol¨ªticos han intentado ponernos en guardia contra la literatura en general y la novela en particular¡±. Para el ya acad¨¦mico, ¡°la aut¨¦ntica literatura est¨¢ compuesta por palabras en rebeld¨ªa, por eso, el poder siempre aspirar¨¢ a controlarla¡±.