Los vampiros siniestros se resisten a desaparecer
¡®Nosferatu¡¯ ofrece una imagen oscura del monstruo, frente a los chupasangres de sal¨®n representados en ¡®Crep¨²sculo¡¯, ¡®Entrevista con el vampiro¡¯ o ¡®True Blood¡¯
En 1922 se estren¨® en el zoo de Berl¨ªn la pel¨ªcula Nosferatu, una sinfon¨ªa del terror de F. W. Murnau. Era la primera adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de Dr¨¢cula (1897), la novela en la que Bram Stoker hab¨ªa contado la historia del famoso conde transilvano y que ha sido desde su aparici¨®n la referencia fundamental, y casi un sin¨®nimo, de todos los vampiros. Tras el estreno de ...
En 1922 se estren¨® en el zoo de Berl¨ªn la pel¨ªcula Nosferatu, una sinfon¨ªa del terror de F. W. Murnau. Era la primera adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de Dr¨¢cula (1897), la novela en la que Bram Stoker hab¨ªa contado la historia del famoso conde transilvano y que ha sido desde su aparici¨®n la referencia fundamental, y casi un sin¨®nimo, de todos los vampiros. Tras el estreno de Nosferatu se han sucedido incontables pel¨ªculas y ficciones que tambi¨¦n han adaptado la novela y reinterpretado al vampiro ya en la ¨¦poca del cine sonoro. Algunas tan conocidas e influyentes como Dr¨¢cula (1931), dirigida por Tod Browning, con Bela Lugosi en el papel principal, que estableci¨® definitivamente la imagen del arist¨®crata engominado. La de Francis Ford Coppola, a pesar de titularse Bram Stoker¡¯s Dracula (1992), se alejaba del original en muchos aspectos, pero consolid¨® en el imaginario popular la asociaci¨®n de este con el amor eterno, y la empat¨ªa con un sanguinario pr¨ªncipe del siglo XV llamado Vlad Tepes, hasta entonces muy poco desarrollada en la ficci¨®n.
Nosferatu, de Murnau, la pel¨ªcula de la que se estrena este mi¨¦rcoles un nuevo remake a cargo de Robert Eggers, ocupa un lugar fundamental en el mito del vampiro porque, adem¨¢s de ser una de las adaptaciones m¨¢s interesantes de Dr¨¢cula desde el punto de vista cinematogr¨¢fico, tambi¨¦n cre¨® un ser excepcional que recuperaba la crudeza de los vampiros del folklore original.
Nosferatu explota los aspectos m¨¢s oscuros de un tipo de monstruo reviviente que se hab¨ªa dado a conocer en el siglo XVIII en tratados y noticias. La editorial La Felguera acaba de publicar la traducci¨®n uno de esos textos pioneros, De la masticaci¨®n de los muertos en sus tumbas, de Michael Ranft, incluyendo con el libro una estaca, por si acaso. Despu¨¦s de su aparici¨®n en el Siglo de las Luces, el vampiro se fue concretando en el imaginario europeo durante el XIX. En las artes pl¨¢sticas a trav¨¦s de los grabados de Goya, por ejemplo, y en la literatura en novelas y relatos pioneros como el de John William Polidori The Vampyre (1819), explotado por Lord Byron.
El inter¨¦s por el chupasangre no ha deca¨ªdo en 300 a?os, y hablar de vampiros casi siempre se convierte en un ejercicio de enumeraci¨®n. Otra prueba de ello es la antolog¨ªa titulada Vampiros, una edici¨®n anotada que acaba de publicar Akal, o La Sombra de Dr¨¢cula. Antolog¨ªa de poemas vamp¨ªricos (Reino de Cordelia), tambi¨¦n aparecida en 2024. Los vampiros crudos de las historias del XVIII se fueron suavizando al entrar en los salones, y especialmente en el teatro, donde se constituy¨® la imagen del vampiro elegante y atractivo, que domina el imaginario hasta hoy. Las representaciones iniciadas en Par¨ªs llegaron incluso a Madrid, donde se representaron al menos dos versiones durante la primera mitad del siglo en el teatro de la Cruz. Sobre una de ellos, Mariano Jos¨¦ de Larra hizo en 1834 una cr¨ªtica demoledora, por ser una obra incomprensible y oscura frente ¡°a nuestros vampiros pol¨ªticos¡± tan obvios que ¡°se los ve venir¡±.
Dice No?l Carroll en su Filosof¨ªa del terror o paradojas del coraz¨®n (Antonio Machado Libros) que ¡°los seres terror¨ªficos suelen ir asociados con una contaminaci¨®n ¡ªmalestar, enfermedad y plaga¡ª y suelen ir acompa?ados de par¨¢sitos infecciosos ¡ªratas, insectos y otros semejantes¡ª¡±. Casi parece que est¨¦ enumerando los atributos del vampiro que construy¨® Murnau en Nosferatu. Quiz¨¢ no es casualidad que se estrenara poco despu¨¦s de la irrupci¨®n de la conocida como gripe espa?ola y que se cumplan 100 a?os justo despu¨¦s de la irrupci¨®n de la epidemia de Covid-19.
El actor Max Schreck encarn¨® memorablemente a Orlok, el nombre propio que usaron en vez de Dr¨¢cula en la pel¨ªcula, y su interpretaci¨®n ha ejercido una influencia determinante en el desarrollo de la imagen del monstruo, especialmente desde finales de los 70. En ese momento, junto con una gran oleada de pel¨ªculas de vampiros de todo tipo, coincidieron varias producciones que revitalizaron el legado de Nosferatu a trav¨¦s de la imagen de un vampiro similar a este. La pel¨ªcula de Werner Herzog Nosferatu, fantasma de la noche (1979), con Klaus Kinski haciendo de conde, calcaba la interpretaci¨®n de Orlok que hizo Schreck. La adaptaci¨®n de la novela de Stephen King en la miniserie El misterio de Salem¡¯s Lot (Tobe Hopper, 1979), con el personaje de Barlow interpretado por Reggie Nalder, recuperaba tambi¨¦n la misma apariencia del vampiro primigenio, salvaje y crudo.
El propio King, dec¨ªa en su ensayo Danza Macabra (Valdemar) que las ¡°corrientes subterr¨¢neas fuertemente sexuales son, con total seguridad, uno de los motivos por los que las pel¨ªculas han mantenido un romance tan longevo con el vampiro¡±, y ve¨ªa en este renacer de Nosferatus desagradables cerrarse un c¨ªrculo despu¨¦s del intervalo marcado por las interpretaciones de Lugosi y Christopher Lee. El vampiro representa para el escritor de Maine el sexo codificado, el sexo sin sexo, y por esa ausencia seguir¨¢ siempre fascinando. Gracias a las pel¨ªculas que continuaban el camino de Murnau, los aspectos m¨¢s siniestros del folklore reaparecieron en el siglo XX; pero con el ingrediente sexual incorporado en el camino, en lo que el cr¨ªtico de cine Robin Wood describ¨ªa como un retorno de lo reprimido o un descenso a los infiernos, en un art¨ªculo significativamente titulado The Dark Mirror (El espejo oscuro).
Para evitar el pago de los derechos de autor de Dr¨¢cula, adem¨¢s de usar para el t¨ªtulo la expresi¨®n ¡°Nosferatu¡± ¡ªque aparec¨ªa tambi¨¦n en la novela de Stoker como sin¨®nimo de vampiro, aunque no tiene traducci¨®n y se debe a un error de transcripci¨®n en las fuentes del escritor¡ª se cambiaron los nombres propios y localizaciones. En Hollywood Gothic, David J. Skal dedic¨® el cap¨ªtulo ¡®La viuda inglesa y el conde alem¨¢n¡¯ a relatar las fatigas de la esposa del difunto Bram Stoker que ostentaba los derechos, Florence Balcombe, por controlar el legado de su marido y conseguir destruir todas las copias de Nosferatu que se hab¨ªa ejecutado sin su aprobaci¨®n. La sentencia a su favor contribuy¨® a que el legado vamp¨ªrico de Murnau permaneciera semioculto para el p¨²blico general durante d¨¦cadas, pero resurgi¨®, tras muchos a?os de sobrevivir en versiones parciales y copias desvirtuadas en videoclubs y filmotecas. Luciano Berriat¨²a tuvo que dedicar a?os a la b¨²squeda, el estudio y la reconstrucci¨®n de Nosferatu hasta lograr una versi¨®n ¡°casi definitiva¡± en 2006.
Como ha contado el propio Berriat¨²a, Nosferatu no pretend¨ªa ser una versi¨®n de Dr¨¢cula (desde luego no solo); sino utilizar la base de esta novela para realizar la primera pel¨ªcula ocultista de la historia. El medio perfecto para transmitir, a trav¨¦s de un nuevo lenguaje de sombras, las relaciones invisibles que tejen la realidad. Nosferatu era una versi¨®n de Dr¨¢cula, pero quer¨ªa ser mucho m¨¢s que eso. Como el vampirismo es tambi¨¦n un virus que se traslada desde Transilvania a la ciudad. Frente a la aparici¨®n de una progresiva empat¨ªa con el vampiro y la ilusi¨®n de un posible entendimiento entre humanos y vampiros, que se promovi¨® en sagas como la que inici¨® Anne Rice en Entrevista con el vampiro, y que se ha mantenido hasta nuestros d¨ªas en otras como Crep¨²sculo o True Blood, Nosferatu, gracias a la combinaci¨®n de sensibilidad art¨ªstica y mensaje oculto, adem¨¢s de la imagen imborrable de un monstruo horrible, desarrolla el concepto del vampiro complejo, inagotable e indestructible, que seguir¨¢ alimentando revisiones como la de Eggers y tratando de hacer sombra a los vampiros de sal¨®n.