OPAS hostiles y universidad p¨²blica
Ustedes dir¨¢n que confundo torticeramente los verbos aleccionar y ense?ar, pero la iniciativa no es m¨ªa, sino de Isabel D¨ªaz Ayuso al buscar razones para sumir en la pobreza la educaci¨®n p¨²blica madrile?a
Agradezco todo lo que me aleccionaron en el instituto p¨²blico al que asist¨ª. En segundo de BUP, Marina nos ense?¨® los misterios del logaritmo neperiano y nos puso a resolver derivadas e integrales. Tampoco mitifiquemos: deriv¨¦, integr¨¦, pero no entiendo el sentido de tales operaciones. Sin embargo, s¨¦ que 31 es menor que 35 y que hay debates en los que ni se entra ni se sale, porque no son debates: son certezas. Si no, apaga y v¨¢monos. Quiz¨¢ la sensibilidad epistemol¨®gica del presidente de las Cortes castellanoleonesas, Carlos Poll¨¢n, sea tan exacerbada que no estamos lo suficientemente instruidos ¡ªinstruidas tambi¨¦n¡ª como para comprender que una terna de juristas se apruebe por una mayor¨ªa simple en la que 31 vale m¨¢s que 35. Ser¨¢ que el voto es de calidad. La noticia no es fresca, pero me obsesiona y subraya la necesidad de aleccionar. Ustedes dir¨¢n que confundo torticeramente los verbos aleccionar y ense?ar, pero la iniciativa no es m¨ªa, sino de D¨ªaz Ayuso al buscar razones para sumir en la pobreza a la Universidad Complutense. Marina, vuelve. Dos y dos, cuatro, y menos mal que el Conde Draco de Barrio S¨¦samo contaba todo ¡ªvelas, notas musicales¡¡ª para ense?arnos aritm¨¦tica.
Tambi¨¦n agradezco todo lo que me aleccionaron en la facultad de filolog¨ªa entre 1984 y 1989. Es verdad que nos revolvimos contra un profesor que llamaba ¡°conejitas¡± a sus alumnas mientras recit¨¢bamos la quinta declinaci¨®n, pero insisto en que, al disminuir pavorosamente el presupuesto de la universidad p¨²blica madrile?a, Ayuso no piensa en el heteropatriarcado-rodillo, sino en todo lo contrario. Agradezco que me aleccionaran en el ablativo absoluto, el ciclo art¨²rico, los cancioneros medievales, En tanto que de rosa y azucena, Mar¨ªa de Zayas, Rosal¨ªa de Castro¡ Agradezco las lecciones ¡ªincluso las malas¡ª, porque, sin ellas, ahora no comprender¨ªa por qu¨¦ me duelen ciertas actitudes y ver¨ªa los anuncios sin percatarme de que estos son los que aleccionan de verdad. Por ejemplo, los de las entidades bancarias que se funden ¡ªen mi repaso del 2024, estas im¨¢genes me obsesionan tambi¨¦n¡ª. Y mira que a m¨ª me gustan los anuncios, su ritmo, ingenio y utilizaci¨®n de figuras ret¨®ricas: habida cuenta de mi fecha de nacimiento, soy posmoderna a mi pesar. Pero, gracias al aleccionamiento recibido en la universidad p¨²blica, algo me huele a podrido en Dinamarca cuando el BBVA lanza una campa?a publicitaria dirigida a los accionistas del Banco Sabadell para convencerles de las bondades de su OPA naturalizando las OPAS hostiles y la competitividad del pez grande que se come al chico y esas cosas que estaban mal vistas incluso en Mary Poppins. Qu¨¦ normal todo. Qu¨¦ democr¨¢tico. En una pauperizada universidad que es la m¨ªa me ense?aron aquello del ubi sunt, recreado por Jorge Manrique en las Coplas por la muerte de su padre: ¡°?Qu¨¦ se hizo el rey don Juan?/ Los infantes de Arag¨®n/ ?qu¨¦ se hicieron?¡±. Hace unas semanas, en una boca de metro, un hombre que pide limosna y est¨¢ perdiendo la cabeza ¡ªo no¡ª, actualizaba el t¨®pico latino: ¡°?Qu¨¦ fue de Emilio Bot¨ªn?, ?qu¨¦ fue?¡±, recitaba postapocal¨ªpticamente.
Salvemos la universidad p¨²blica; rescatemos El libro rojo del cole frente a la Formaci¨®n del esp¨ªritu nacional, porque los extreme?os no se tocan: hay extreme?os dem¨®cratas y extreme?os que nunca lo fueron porque la democracia es un asunto de procedimiento, pero tambi¨¦n de valores cuya l¨ªnea roja se sit¨²a en el respeto a los derechos humanos, en la regla de que 31 es menor que 35 y en la convicci¨®n de que esta certeza no implica que la rentabilidad sea un criterio para cimentar la educaci¨®n.
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