Una torre-monta?a
En Beirut, una construcci¨®n rotunda y artesanal, que multiplica la altura de sus vecinos frente al puerto industrial, ha ganado premios y el aplauso de la cr¨ªtica. ?Qu¨¦ diferencia al galardonado edificio de Lina Ghotmeh de un bloque convencional de viviendas?
Entre la arqueolog¨ªa y el paisajismo, con una fachada peinada por artesanos, este edificio construido con la memoria de una infancia anterior a la guerra civil, es lo contrario a un inmueble an¨®nimo. El primer proyecto levantado por la arquitecta Lina Ghotmeh (1980) en su ciudad natal, Beirut, ha sumado el premio Shelling a un rosario de reconocimientos. Y si todos los laureles son importantes el Shelling (concedido anteriormente a Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal, Francis K¨¦r¨¦ o Kazuyo Sejima) lo es m¨¢s porque destaca ¡°las obras arquitect¨®nicas pensadas para mejorar el futuro¡±. ?Por qu¨¦ habla del futuro el rascacielos de Ghotmeh? Posiblemente porque, de entrada, reconoce, y ni borra ni mitifica, el pasado: trata de digerirlo. Y desde ah¨ª, apunta hacia el optimismo
Establecida en Par¨ªs desde hace casi tres lustros, Lina Ghotmeh recuerda de Beirut la ciudad en ruinas de su infancia en la que los restos de los edificios eran invadidos por la naturaleza. Fragilizados por los bombardeos, las balas y el deterioro, asegura que los inmuebles se hab¨ªan convertido en campo abonado para las plantas. Esa idea, la de la naturaleza que cura, invade o simplemente se abre paso, fue la que busc¨® recrear con la torre de viviendas que bautiz¨® como jard¨ªn de piedra (Stone Garden). All¨ª, a pocos metros del puerto industrial y rodeado de viviendas unifamiliares, el inmueble habla de un crecimiento necesario pero tambi¨¦n racional. Pensado a conciencia, est¨¢ construido casi a mano con espacio para que la gente haga algo m¨¢s que dormir y trabajar.
El hormig¨®n de la fachada est¨¢ mezclado con tierra local para asentar el nuevo rascacielos tambi¨¦n epid¨¦rmicamente en el lugar. La fachada est¨¢ trabajada a mano por artesanos que convirtieron el hormig¨®n en un material texturado, maleable y capaz de explicar una historia.
La arquitecta quer¨ªa un edificio alto pero arraigado, un lugar de futuro pero relacionado con la naturaleza. El resultado es un inmueble rectil¨ªneo pero org¨¢nico, un rascacielos-monta?a contundente pero flexible. Se trata de una torre que parece saludar, al tiempo que cede espacio, y alinea obediente la calle al llegar a la esquina. As¨ª, potente pero poroso, el inmueble ni ignora la historia del lugar ni la de los acontecimientos recientes. Por eso evoca a la tierra, se abre y se protege a la vez. Dialoga con el recuerdo y con lo que est¨¢ por llegar.
¡°Es una torre de vida y muerte¡±, explica la arquitecta. Y recuerda que el edificio ocupa el antiguo solar donde se construy¨® la primera compa?¨ªa cementera libanesa en el puerto industrial de Beirut. Su arquitecto, Pierre El Khoury, ten¨ªa all¨ª su despacho y su hijo, el fot¨®grafo Fouad El Khoury, fue quien decidi¨® levantar en el lugar de las ruinas del inmueble de su padre un rascacielos ic¨®nico pero terrenal, un di¨¢logo entre el pasado y el futuro del lugar.
El resultado es paisaj¨ªstico, arquitect¨®nico y escult¨®rico. Hecho a mano, recuerda una monta?a vaciada por madrigueras de geometr¨ªa precisa. Escalonado y retranqueado, habla m¨¢s de individuos que de masas. Es densa y compacta pero no inhumanamente an¨®nima. Tiene presencia pero no calla a los dem¨¢s, permite al resto de los integrantes del barrio participar en el di¨¢logo vivo que debe ser una ciudad.
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