Melod¨ªas preciosas, propulsiones orquestales y una joya escondida: Germ¨¢n Salto
El m¨²sico madrile?o firma su primer ¨¢lbum en espa?ol, una obra plagada de motivos para prendarse de un artista que no se destila en el pop nacional
Despu¨¦s de muchos a?os cubriendo asuntos musicales y muchos m¨¢s rastreando la m¨²sica como oyente, uno aprende que, fuera de las carreteras principales, se hallan los discos que m¨¢s pueden fascinarte. Los artistas que, por tanto, m¨¢s pueden llegarte. Germ¨¢n Salto es uno de ellos. Una joya escondida entre el inmenso paraje promocional.
No es un m¨²sico nuevo, reci¨¦n salido del horno, sino que es un trabajador de la canci¨®n desde hace ya unos lustros. De hecho, acaba de sacar su tercer ¨¢lbum en solitario, aunque el primero cantado enteramente en espa?ol, un paso que le ha llevado a un ligero cambio de nombre art¨ªstico. De Salto -el nombre que estaba detr¨¢s de sus dos anteriores ¨¢lbumes en ingl¨¦s- ha pasado a llamarse Germ¨¢n Salto, el madrile?o de 38 a?os que firma ahora un ¨¢lbum de mismo nombre, una obra plagada de motivos para prendarse de un artista que no se destila en el pop espa?ol.
Alejado de las tendencias actuales, entre los impulsos de electr¨®nica, trap o reguet¨®n as¨ª como las exploraciones folcl¨®ricas, Germ¨¢n Salto es un artista hecho a s¨ª mismo. M¨²sico de un molde fascinante que se sujeta con firmeza y calidad a las reminiscencias de los sesenta y setenta llevadas hasta el filtro de nuestros d¨ªas. Su nuevo disco, con esa voz fina cantando en castellano sobre aver¨ªas sentimentales, es una prueba m¨¢s de un camino con rumbo fijo a un horizonte sonoro extraordinario. Un horizonte que se ensancha con algunas letras de Santi Campos y la producci¨®n de otro talento como I?igo Bregel de Los Estanques. Germ¨¢n e I?igo dan rienda suelta a un fest¨ªn de arreglos: traves¨ªas fant¨¢sticas de cuerdas, buc¨®licas melod¨ªas de guitarras, vientos cinematogr¨¢ficos, propulsiones orquestales¡
Conviene decir que se agradece siempre el paso l¨ªrico al espa?ol. Si sus anteriores ¨¢lbumes, Salto y Far from the Echoes, fueron dos maravillas mel¨®dicas y arm¨®nicas, ahora su m¨²sica impacta m¨¢s extra?a bajo el efecto del idioma. Es casi imposible encontrar artistas de esta ¨ªndole, aunque en Espa?a hayamos tenido embajadores de lo mel¨®dico cantado en espa?ol desde los gloriosos C¨¢novas, Rodrigo, Adolfo y Guzm¨¢n y las gloriosas Vainica Doble.
Salto es un m¨²sico entre m¨²sicos. Es decir, un compositor e int¨¦rprete respetado mucho por otros colegas de la profesi¨®n. Sus alianzas y seguidores as¨ª lo atestiguan: Los Estanques, Morgan, Mart¨ª Perarnau, Sidecars¡ Desde sus comienzos hace casi dos d¨¦cadas, Salto form¨® parte en bandas como Serpientes, Hairy Ladies o Tim¨®n. Todo muy subterr¨¢neo, aunque repleto de amplio conocimiento de la canci¨®n anglosajona, hasta que dio el salto en solitario.
De alguna forma, este m¨²sico es un hijo de lo que podr¨ªa llamarse ¡°escuela Wilco¡±. Chavales criados bajo la influencia directa de un grupo capital del siglo XXI, aunando el universo de la Americana con The Beatles, The Beach Boys, Van Dyke Parks, The Rolling Stones y toda esa luz m¨¢s mel¨®dica de los sesenta. Germ¨¢n Salto se sumerge en todo un universo sinf¨®nico y mel¨®dico que contempla como si fuera un ni?o descubriendo el cine en una gran pantalla de Sunset Boulevard. Con ojos de apasionado por la grandeza del arte. Del arte sonoro, en este caso.
Con su anterior disco, Far from the Echoes, pens¨¦ que Germ¨¢n Salto hab¨ªa alcanzado una cota de excelencia insuperable con una canci¨®n como Home Again. Siempre me encant¨® ese disco y esa canci¨®n. Est¨¢ bien haber errado: Germ¨¢n se ha superado con este disco y Ciudad Invierno es una composici¨®n que todav¨ªa puede ofrecer un nivel m¨¢s alto. Ese comienzo tan ligero e ¨ªntimo, con ese toquecito de los Wilco m¨¢s pop, para desplegarse con una sinfon¨ªa que eleva como si fuera una mezcla perfecta de The Beatles y el pop orquestal del Brill Building, a?adiendo la voz de Nina de Morgan. Maravilloso.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.