La sierra de Cazorla para un final de verano
Esta regi¨®n monta?osa de Ja¨¦n compite con el litoral apoyada en rutas de senderismo, una fauna vistosa, una iglesia obra de Andr¨¦s de Vandelvira y un entorno apacible representado en el parador, desde donde arrancar a andar y terminar para cenar y descansar sin el bullicio de la costa
A la sierra de Cazorla (Ja¨¦n) se va a descansar sin estarse quieto. El horario y la dificultad de la actividad f¨ªsica la marca el visitante, tenga este 7 o 70 a?os. Sobresale el senderismo por el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, el de mayor superficie de Espa?a, donde con la llegada del oto?o berrea el ciervo y ronca el gamo. Donde las cuestas que conducen hasta las cerradas (ca?ones estrechos y profundos) se suben con el coraz¨®n y se bajan con las piernas, como dice el gu¨ªa local Jes¨²s Ruiz. Donde nacen 22 r¨ªos, entre los que se incluye el Guadalquivir, propicio en su primer tramo para la pr¨¢ctica del barranquismo. Donde se ubica el parador de Cazorla, punto final a la hora de comer si la pateada pide libro y piscina, o ya al atardecer, cuando la terraza del hotel se convierte en el espacio m¨¢s cotizado del parque por sus vistas. A ella acuden todos los que andan por Cazorla y que en el m¨¢s tranquilo septiembre son los que ya saben y conocen esta zona de interior, una alternativa a la playa cuando muchos ya est¨¢n limpiando la bandeja de entrada del e-mail.
Dentro del parador
La desconexi¨®n es total en el parque. No solo porque se trata de un espacio apacible y silencioso en el que relajarse sin hacer nada o preguntando para hacerlo todo, sino porque apenas hay cobertura. La se?al se va a lo largo de toda la actividad matutina que lidera Ruiz como ch¨®fer de un 4x4 y como gran experto en c¨¦rvidos y reptiles y rapaces ¨Cen todo lo que se mueve¨C, y en las plantas, 24 de ellas end¨¦micas, que dan sentido al entorno.
Tambi¨¦n domina las costumbres del lugar porque se las han transmitido y porque naci¨® en la comarca. Explica sin perder ojo a lo que sucede fuera ¨Cpor si divisa un gamo; los mam¨ªferos siempre se llevan todas las fotos¨C que los lugare?os obten¨ªan cal al quemar piedra caliza en hornos al aire libre, en caleras. O detalla cuando se acerca la hora de comer las recetas tradicionales de los serranos que campaban en esta zona que en un tiempo fue de ocupaci¨®n libre. Cuando el costumbrismo se agota, se explaya en consejos de monta?a: ¡°Siempre conviene ir al menos tres personas por si a una le pasa algo, que tenga acompa?amiento y el tercero vaya a pedir ayuda¡±, relata. Un podcast de naturaleza en vivo, que solo el cliente pone en pausa cuando hace alguna pregunta.
Naturaleza para los Sentidos
Actividades culturales, turismo sostenible, dinamizaci¨®n de la zona...
C¨®mo sacarle el m¨¢ximo partido al entorno del parador de Cazorla
¡°Detr¨¢s de las monta?as hay m¨¢s monta?as¡±, afirma Ruiz, de TurisNat, para recalcar la inmensidad de este parque, formado por tres sierras, y para constatar que no se ve en dos d¨ªas. Cambia el paisaje si se opta por las partes m¨¢s altas, por los poyos (monta?as planas), o si se prefiere caminar por las cerradas, siempre siguiendo el curso de los r¨ªos que forman esos desfiladeros. Un lagarto llama la atenci¨®n de Mar¨ªa Angustias Ruiz y Jos¨¦ Mar¨ªa de Lara, un matrimonio jubilado de Granada que veranea desde hace unos 15 a?os en el parador de Cazorla. El reptil se ha quedado petrificado al sol sobre una roca. El traj¨ªn de los visitantes en el nacimiento del Borosa, que ofrece un agua helada y rica cuando se bebe, har¨¢ que desaparezca.
¡°La playa es solo playa y playa¡±, define Mar¨ªa Angustias, gran caminante junto a su marido y defensora del turismo de interior. Ambos destacan la posibilidad de iniciar rutas desde el mismo parador, sin necesidad de mover el coche. A las 8 empapas de aceite la tostada en el desayuno y a las 8.15 sostienes los bastones para caminar. Estos granadinos dedicados toda su vida a la pedagog¨ªa y la docencia ensalzan la ausencia de grandes lujos y el car¨¢cter agradable y cercano de los jienenses.
¡ªBueno est¨¢ todo, se?ores. El pat¨¦ de perdiz lo hacemos muy rico. El rodaballo est¨¢ saliendo muy bueno. La corvina ni te cuento¡ Esto ya depende de lo que les apetezca.
Un trabajador del parador recita la carta del restaurante a unos clientes habituales. Momentos antes les ha saludado de forma afectuosa, muy contento de verlos de nuevo otro a?o m¨¢s. Todos los empleados se desviven por su tierra y lo transmiten con informaci¨®n detallada, con conocimiento, pero de forma modesta, sin alharacas. El visitante ser¨¢ el que ponga los adjetivos. Y los pone.
Marco Antonio, Lydia y Antonio recomiendan
En la nava de San Pedro o en la de San Pablo, planicies con pocos ¨¢rboles, los ciervos y los gamos, en celo, persiguen a las hembras. Con las primeras lluvias de septiembre comienza la berrea del ciervo y un poco despu¨¦s la ronca del gamo. La de estos ¨²ltimos es m¨¢s espectacular, son m¨¢s activos, se pelean m¨¢s.
Marco Antonio Castillo
Oficial de Administraci¨®n 24 a?os en Paradores
La Ruta de la Cerrada de El¨ªas te adentra en un ca?¨®n formado por el r¨ªo Borosa. La caminata consta de 9 kil¨®metros y se realiza pegado al pared¨®n, a la izquierda, mientras el agua fluye por la derecha. Varios puentes de madera permiten cruzar el r¨ªo. Se completa en tres horas parando a hacer fotos y es apta para todos los p¨²blicos.
Lydia Marchal
Responsable de Recepci¨®n 20 a?os en Paradores
¡°Para disfrutar de unas vistas generales del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas recomiendo ir a los Poyos de la Mesa, una altiplanicie a 1.600 metros. A los pies queda el valle del Guadalquivir. Se puede dar un paseo sin dificultad por las laderas frondosas, donde habitan muflones.
Antonio Muro
Camarero 26 a?os en Paradores
Juan Diego Mart¨ªnez, el director del parador, constata que los visitantes est¨¢n muy fidelizados. Sus razones: la ubicaci¨®n del hotel, alejado de n¨²cleos urbanos; las rutas a pie por el parque; el car¨¢cter y el servicio del personal; la agenda semanal con actividades al aire libre: ¡°El parador ha contribuido al desarrollo del turismo en la zona¡±, afirma Mart¨ªnez. El gu¨ªa Jes¨²s Ruiz abunda: ¡°El hotel est¨¢ muy presente. Nos da vida de forma directa e indirecta¡±.
Aventura en el agua
La instructora Bel¨¦n Pi?ar, propietaria de Tierraventura, pone a saltar a los visitantes que buscan actividades m¨¢s agitadas. Conduce a grupos de todas las edades por las pozas que se forman en los cursos del r¨ªo Guadalquivir. Descienden durante unas tres horas ataviados con cascos y cuerdas por si se tienen que enganchar a alguna v¨ªa en lo que se conoce como barranquismo. Tambi¨¦n organizan descensos en balsas (rafting) cuando los pantanos liberan agua y se genera m¨¢s caudal, y escalada en v¨ªas ferratas: ¡°Los visitantes buscan emoci¨®n y salir de la rutina¡±, resume Pi?ar, que lleva 25 a?os en el sector.
La emoci¨®n tambi¨¦n se encuentra en el pueblo de Cazorla, a 43 minutos en coche del parador ¨Clas distancias se miden en tiempo, no en kil¨®metros, por la orograf¨ªa del lugar¨C. Es una emoci¨®n tranquila, se produce al visitar la iglesia inacabada de Santa Mar¨ªa, atribuida al arquitecto renacentista Andr¨¦s de Vandelvira. El templo al descubierto, convertido en un auditorio que acoge obras de teatro, conciertos y danza, y bodas y graduaciones, tiene hechuras de catedral y se construy¨® sobre el cauce del r¨ªo Cerezuelo. Una b¨®veda de 130 metros de largo y 13 de alto se despliega sobre el agua. Una pasarela permite contemplar este antojo del autor, puro deleite en su obra. Cazorla fue elegida capital del turismo rural en 2022. Tiene tanto este pueblo encaramado a la falda de la monta?a y el parque natural en el que se ubica que ni se ha hablado del mar de olivos que inunda la zona.