Honduras pone a Brasil de rodillas (2-0)
El atrevimiento de los invitados manda fuera del torneo al campe¨®n, otra vez incapaz
Ya se observ¨® de salida que Brasil regresaba a los dolores de cabeza. A los problemas con el bal¨®n, la falta de juego colectivo, la mediocridad. Y finalmente, despu¨¦s de tanto invitar al adversario a soltarse y perder el miedo, tambi¨¦n volv¨ªa a los sudores. Sobrevivi¨® durante una hora a golpe de alg¨²n que otro arre¨®n individual, pero tambi¨¦n expuesta a la osad¨ªa de Honduras para jugarle de igual a igual.
A falta de conjunto, de un m¨ªnimo juego elaborado, Brasil dependi¨® de las luces de sus individualidades. Y es ah¨ª donde acus¨® las rebajas de su alineaci¨®n. Porque entre tanto trot¨®n con pinta de atleta, tanto especialista de los asuntos defensivos, Scolari dej¨® poco sitio a la brillantez. S¨®lo Denilson, que actu¨® desaparecido, Alex, que vaci¨® su calidad con cuentagotas, y los desbordes de los laterales, especialmente Belletti. No, no ense?¨® muchos argumentos Brasil, que regal¨® ¨¢dem¨¢s el centro del campo a Honduras separando en exceso sus l¨ªneas.
Con todo, las mejores ocasiones de la primera mitad, descolgadas cada vez con menos frecuencia, fueron suyas. Honduras, aunque le discut¨ªa la posesi¨®n de la pelota, le atacaba entonces poco. Pero ense?aba, eso s¨ª, a Julio C¨¦sar Le¨®n, el hombre del partido, un volante que iba creci¨¦ndose, gust¨¢ndose, pareciendo m¨¢s brasile?o que los propios brasile?os. En la segunda parte, Scolari trat¨® de corregir las carencias de su equipo soltando al c¨¦sped a los dos Juninho, Paulista y Pernambucano. Gan¨® ritmo Brasil, profundidad, pero no ideas. Y en ning¨²n caso acert¨® a borrarle la sonrisa de la cara a los jugadores de Honduras, que disfrutaban del duelo, que se sent¨ªan pr¨®ximos a algo grande.
Y al borde de la hora de juego, la bomba de la Copa Am¨¦rica: Le¨®n alcanz¨® la l¨ªnea de fondo, dentro del ¨¢rea, se revolvi¨® y colg¨® un globito sobre el ¨¢rea peque?a; all¨ª, Mart¨ªnez cabece¨® en par¨¢bola y super¨® a Marcos, que no s¨®lo dej¨® campar a sus anchas al rival en territorio prohibido sino que reaccion¨® mal y tarde. El bal¨®n tropez¨® en el palo, y tras rebotar en Belletti, se aloj¨® en la red.
Brasil acudi¨® entonces a la desesperada. Quedaba a¨²n media hora, pero la tetracampeona no estaba para guardarse paciencia. Atac¨® sin ninguna claridad, descolgando para nada continuos centros sobre el ¨¢rea. Y Honduras sigui¨® feliz, bailando al contragolpe, y sacando los colores a los brasile?os por sus desajustes defensivos. Tambi¨¦n en la Copa Am¨¦rica, para seguir la inercia del a?o, Brasil volvi¨® a estamparse. La selecci¨®n m¨¢s celebrada del planeta llora la crisis m¨¢s importante de su historia. Le gana cualquiera que se atreva. Tambi¨¦n Honduras, que vivi¨® a costa del todopoderoso su jornada m¨¢s grande.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.