Mar¨ªa Vasco march¨® a pi?¨®n fijo
La atleta catalana termina quinta una carrera dominada por la rusa Olimpiada Ivanova
A Mar¨ªa Vasco eso le import¨® bien poco. A la medallista de bronce en Sydney no le sali¨® su carrera y lleg¨® deshecha. Por puro coraje. Se dobl¨® nada m¨¢s cruzar la l¨ªnea. Cay¨® de rodillas, mientras las italianas, tres entre las ocho primeras, frescas y despejadas como si se acabaran de dar un ba?o en la piscina, se envolv¨ªan en una bandera verde, blanca, roja. "He llegado sin resuello", dijo luego la marchadora de Barcelona. "No pod¨ªa dar un paso. Me he dejado el pellejo al final. Me he dicho: ‘hay que reventar y all¨¢ voy’". Mal s¨ªntoma, la agon¨ªa es la ¨²ltima soluci¨®n. La salida cuando las cosas no han marchado tan bien como se esperaba.
"Has marchado a pi?¨®n fijo, te ha faltado el cambio", le dijo nada m¨¢s verla su entrenador, Josep Mar¨ªn. Vasco, disciplinada, asent¨ªa. "He pinchado en el kil¨®metro 12 y me he podido recuperar en el 15, dej¨¢ndome la piel. Aqu¨ª hay que ir a por todo. Estoy fatal". Vasco hizo unos ¨²ltimos metros, una recta final, desenfrenada, intentando batir un r¨¦cord de Espa?a (1.30.09) que se le escap¨® por 10 segundos. Por delante ya hab¨ªan entrado cinco rivales (posteriormente fue descalificada la noruega Kiersti Pl?tzer), entre ellas la italiana Elisabetta Perrone, descalificada en Sydney cerca del estadio, que recuper¨® el bronce de entonces. El bronce que atrap¨® entonces Vasco, la marchadora m¨¢s t¨¦cnica y regular.
Los expertos y las rivales ya sab¨ªan que Olimpiada, la bien llamada, Ivanova iba a salir disparada. Es la t¨¦cnica habitual de la marchadora rusa, de 31 a?os, que perdi¨® una medalla de plata conseguida en el Mundial de Atenas de 1997 al dar positivo en un control antidopaje. Purg¨® una sanci¨®n de dos a?os. En el 99 regres¨® a la competici¨®n y en 2001 a la cima por fina.
La carrera en solitario de Ivanova no era la carrera de Vasco. Las que intentaron cazarla se suicidaron. Vasco ni lo pens¨®. "La rusa ten¨ªan que ir delante, porque es la m¨¢s r¨¢pida de la historia", dijo. "Yo intent¨¦ quedarme en un grupo de seis, pensando que ir¨ªa a gusto, pero iban m¨¢s r¨¢pido de lo que yo pod¨ªa. Me qued¨¦ sola, me descolgu¨¦, me cogieron por detr¨¢s, fui un r¨¢pido en otro grupo, cog¨ª por delante, fui acompa?ada, y termin¨¦ sola. Es mi plaza".
Josep Mar¨ªn acumul¨® en su cron¨®metro todas las referencias de su pupila cada dos kil¨®metros. Tan r¨¢pido como cuando marchaba, el t¨¦cnico hizo el an¨¢lisis de la carrera. Y enseguida se lo cont¨® a Vasco. "Lo peor es que se te fueran la rusa y la italiana [Fedoskina, que luego fue descalificada, y Perrone]. ?se era tu grupo, tu nivel". Y le ense?¨® el cron¨®metro. Menos de nueve minutos cada dos kil¨®metros hasta el 12. Luego, m¨¢s de nueve. Y hasta 4.36 el ¨²ltimo. "Tal como estaba, ¨¦ste es su sitio, el lugar que le corresponde", dijo. "No ha mejorado en la fase final, en el cambio de ritmo. Iba muy al l¨ªmite, no estaba maravillosa. Es que hay que estar muy bien para estar delante".
Hab¨ªa que estar bien y ser mayor. Mar¨ªa Vasco, con sus 25 a?os, parec¨ªa una ni?a detr¨¢s de Olimpiada (31 a?os), Tsybulskaya (la bielorrusa que gan¨® la plata, 33 a?os), Perrone (33) y la otra italiana, la cuarta, Alfridi, tambi¨¦n 33 a?os. A todas las super¨®, claro, la apacible Keogh, la invitada especial de la IAAF, que se dio un largo paseo por Edmonton a los 39 a?os. Por lo menos mov¨ªa las caderas. Y no corr¨ªa.
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