Urzaiz imparte clases de gol

Hay partidos que se salvan sin goles y goles que salvan partidos. En ambas situaciones, intermedia la calidad de los futbolistas que se sobreponen a la estrategia, al tacticismo, al color gris de la pizarra. San Mam¨¦s vivi¨® ayer el segundo de los dos casos posibles. Los goles de Urzaiz justificaron la victoria (escasa) del Athletic, rentabilizaron el juego, tan serio como liviano, del conjunto vasco y explicaron buena parte de la indolencia y de los males del Zaragoza.

Urzaiz anda en plena definici¨®n de su futuro. Se est¨¢ jugando la presencia en su ¨²ltimo Mundial y su ¨²ltimo gran contrato en el f¨²tbol profesional. Morientes, Trist¨¢n y Luque le disputan el viaje a Corea; varias ofertas discuten su continuidad en el Athletic, donde acaba contrato el 30 de junio. Ayer dio un paso de gigante para conseguir ambas cosas, tirando del manual del delantero centro. En el primer gol, elev¨® su enorme carcasa en una suspensi¨®n impensable para cabecear a la red un centro suave de Yeste. Paco, acreditado central, le sigui¨® con la mirada, asustado por la elevaci¨®n de aquella masa humana. En el segundo gol, pas¨® de p¨¢gina y utiliz¨® la cabeza para otra cosa: para imaginar un recorte seco a los dos centrales zaragocistas, escorarse a la derecha y resolver con un disparo cruzado a la derecha de Juanmi.

Dos lecciones de un futbolista imprescindible en el Athletic, que acumula dos a?os de una intensidad y concentraci¨®n absolutas, cuestiones que la grada le discut¨ªa por inercia, al amparo de sus enga?osos movimientos.

Ambos goles resumieron un partido liviano, que gan¨® el Athletic por voluntad, por orden y por ambici¨®n, ante un rival demasiado escaso de f¨²tbol, escondido en el toqueteo del bal¨®n y perdido por su fragilidad defensiva.

Result¨® sintom¨¢tico que Alkiza, un jugador el¨¦ctrico, enviara a Acu?a, un jugador cerebral, al cuarto trastero a buscar el bal¨®n; o que Lacruz, de mediana estatura, viviera un partido c¨®modo ante el gigant¨®n Yordi. El gaditano, puso una pizca de sal al partido cuando acort¨® distancias, con casi media hora por delante. Pero su gol fue una an¨¦cdota, porque el f¨²tbol del Zaragoza result¨® anecd¨®tico: manejo de bal¨®n, fragilidad, levedad. Muchos centrocampistas, pero pocos delanteros y ning¨²n defensa. Lo contrario que el Athletic, que le gan¨® con un central (Lacruz), un medio (Alkiza) y un delantero en estado de gracia (Urzaiz). Con eso le bast¨®. Y con el resto en su sitio.