Incre¨ªble Liverpool
El cuadro de Ben¨ªtez, en plena reconversi¨®n y descuartizado por las lesiones, resiste a una Juve tan cicatera como de costumbre
Con tan poco como tiene, el Liverpool, de forma muy meritoria, se las apa?¨® para dejar sin luces al Juventus y despedirle de la Copa de Europa. Casi una gesta para este mitol¨®gico equipo ingl¨¦s que el t¨¦cnico espa?ol Rafa Ben¨ªtez trata de rehabilitar. A la espera de la renovaci¨®n, con unos cuantos suplentes y algunos jugadores a los que el club tuvo que dar el alta m¨¦dica de forma precipitada para cubrir la n¨®mina de convocados —caso de Xabi Alonso y Ciss¨¨—, el Liverpool se enganch¨® de forma inesperada a toda una semifinal de la Liga de Campeones. Y lo hizo ante un equipo de tantos galones como el Juventus, que le jug¨® la doble partida con todas sus estrellas, pero de la forma tan cicatera como acostumbra. Por una vez, al Juventus no le bast¨® con hacerse el remol¨®n y esperar su habitual golpe de gracia. Ni en Inglaterra ni en su estadio expuso un gramo m¨¢s que su rival, que en el conjunto de la eliminatoria le super¨®. Si en Anfield los reds fueron capaces de trenzar media hora de excelente combate, en Tur¨ªn frenaron de principio a fin a los juventinos. Sin grandes alardes, porque no tiene mucho alumno que brille, pero con el orden y el optimismo necesarios para empinar un duelo en el que, pese al cartel de su oponente, nunca se sinti¨® fuera de concurso.
JUVENTUS 0 - LIVERPOOL 0
Juventus:Buffon; Thuram, Montero (Pessotto, m. 82), Cannavaro; Camonaresi (Appiah, m. 83), Emerson, Olivera (Zalayeta, m. 45), Zambrotta; Nedved; Del Piero e Ibrahimovic.
Liverpool:Dudek; Finnan, Carragher, Hyypia, Traore; N¨²?ez (Smicer, m. 58), Xavi Alonso, Biscan, Riise; Luis Garc¨ªa (Le Tallec, m. 85) y Baros (Ciss¨¦, m. 75).
?rbitro: Valent¨ªn Ivanov (Rusia). Amonest¨® a Xavi Alonso, Montero, Ibrahimovic, Zambrotta, Emerson y Finnan.
55.464 espectadores en Delle Alpi.
Al equipo de Ben¨ªtez le bast¨® con adelantar su l¨ªnea defensiva y convertir Delle Alpi en un baldos¨ªn. La Juve, m¨¢s perfilada para el juego largo y los rebotes, se sinti¨® atrapada en un laberinto, incapaz de adivinar una rendija por la que acercarse a Dudek. Firmes los dos centrales de los reds —Hyypia y Carragher—, el equipo de Capello dibuj¨® un partido de lo m¨¢s oscuro. Empecinado en abrir una v¨ªa central —por la que percuten sus tres jugadores m¨¢s distinguidos: Del Piero, Nedved e Ibrahimovic—, el Juventus no le encontr¨® la vuelta al partido. Cada ataque juventino caducaba de forma irremediable a varios metros del ¨¢rea de Dudek, que salvo en un remate de Ibrahimovic pas¨® la noche a la bartola. Buena noticia para el Liverpool, que entre sus muchas carencias se encuentra la n¨®mina de guardametas.
Tieso el Juventus, el equipo de Ben¨ªtez se conform¨® con hacer de pantalla. Nada tuvo que decir en ataque, faceta de la que dimiti¨® desde el inicio. En realidad no tiene grandes recursos para casi nada, pero menos a¨²n para incordiar en el ¨¢rea rival. Sin Morientes y con Ciss¨¨ en fase de recuperaci¨®n, al t¨¦cnico espa?ol no le queda m¨¢s remedio que dar vidilla a Baros, un delantero que no ha confirmado la reputaci¨®n que se gan¨® en la ¨²ltima Eurocopa. Le falta contundencia y no entiende el juego colectivo: juega a su aire, para s¨ª mismo. No obstante, en sus botas tuvo el Liverpool la eliminatoria. En los inicios del segundo tiempo, un sensacional pase de Xabi Alonso le dej¨® en carrera junto al veterano Montero, al que super¨® con brillante t¨²nel; luego se trastabill¨® ante Buf¨®n y su remate sali¨® a unos cent¨ªmetros del poste izquierdo juventino. A espaldas de Baros se situ¨® Luis Garc¨ªa, en una posici¨®n muy centrada para ¨¦l, lejos de Buffon, y no tuvo peso alguno en el partido. Al igual que N¨²?ez, al que citas como la de Delle Alpi a¨²n le superan. Del tr¨ªo espa?ol, Xabi Alonso fue el m¨¢s sobresaliente. Aplicado con la escoba, le dio al equipo la poca salida que tuvo. Hizo de faro y le otorg¨® al juego la pausa necesaria. Su actuaci¨®n fue m¨¢s meritoria a¨²n si se tiene en cuenta que era su primer partido del a?o, y un encuentro de enorme rango en el que por las m¨²ltiples bajas del equipo se vio obligado a resistir los noventa minutos. Igual que tuvo que quitarse el ch¨¢ndal Ciss¨¨, tras siete meses de lesi¨®n.
Sin recibir un rasgu?o, el Liverpool se adue?¨® de la situaci¨®n como seguramente hab¨ªa so?ado. En ning¨²n momento se sinti¨® tan exigido como cab¨ªa esperar en una plaza semejante. Un escenario en el que la Juve una vez se mostr¨® como un equipo demasiado crudo. Su idea del juego es muy simplista: ni una fisura en defensa, tajo y m¨¢s tajo por el medio, y una dosis de ingenio en ataque. No le importa que sean sus centrales quienes hagan de arquitectos, ni que los laterales nunca encuentren un socio por la orilla. Se trata de alcanzar el ¨¢rea rival de forma que el equipo jam¨¢s quede desnudo en defensa. La mera presencia de Emerson, Camoranesi y Olivera como guardianes del medio campo define al Juventus. Ninguno de los tres juega con un comp¨¢s; son tres futbolistas de corte industrial. Nedved, el cuarto volante, no participa en la elaboraci¨®n. Su papel es otro. Es din¨¢mico, potente y tiene gol, por lo que tiende a descolgarse hacia la porter¨ªa contraria. Anoche, al igual que sus compa?eros, apenas hizo ruido ante Dudek. Y cuando lo hizo, caso de un cabezazo de Cannavaro, el poste se ali¨® con el portero polaco. Poco m¨¢s expuso la Juve, de la que siempre cabe esperar que encuentre su momento, incluso en sus d¨ªas m¨¢s borrascosos. Pero la loter¨ªa no siempre es juventina. En una eliminatoria ante un equipo de corte plano, en plena reconversi¨®n y descuartizado por las lesiones, le sali¨® cruz. De nada le sirvi¨® dejarse llevar en la ida en Anfield y apretar lo justo en Delle Alpi. Es su p¨®cima habitual, pero cuando se racanea tanto alg¨²n d¨ªa se paga. Ayer, por ejemplo.
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