El Bar?a impone su banquillo
Al cuadro azulgrana le cuesta un mundo derrotar a un Madrid disminuido por la ausencia de Rakocevicy la desaparici¨®n de Bullock
El Bar?a gan¨® porque no le qued¨® otra. Porque ten¨ªa enfrente a un rival, el Madrid, que no est¨¢ hecho todav¨ªa, que juega a vaivenes, como a ver qu¨¦ pasa, descabezado en la cancha y diminuto en lo que a su banquillo se refiere, donde apenas encuentra soluciones. El Bar?a gan¨® porque ten¨ªa que ser as¨ª, porque est¨¢ uno, o dos, escalones por encima de este Madrid que se ha inventado su t¨¦cnico, Maljkovic, y que es una inc¨®gnita. El Bar?a gan¨®, en fin, porque incluso en sus malos momentos, que los tuvo y bien sonoros, encontr¨® una soluci¨®n para el atasco.
Exist¨ªa la duda de a qui¨¦n da?ar¨ªan m¨¢s las ausencias, hu¨¦rfano como estaba el Madrid sin Rakocevic y el Bar?a, sin Navarro. Ah¨ª tambi¨¦n perdi¨® el conjunto blanco. Porque las alternativas del cuadro azulgrana son m¨²ltiples, mientras las del Madrid empiezan y acaban en Bullock. Quedaron as¨ª en evidencia las diferencias de banquillo que hay entre uno y otro equipo. Son brutales. Rodean a Maljkovic, all¨¢ en la banda, varios jugadores que s¨®lo le sirven para comentar las incidencias del choque, lo que puede resultar muy instructivo pero no da dividendos. Enfrente, Ivanovic, entrenador del Bar?a, mira a un lado, a otro, y puede elegir sin temor a equivocarse.
Vive en el desgobierno el Madrid, y de cuando en vez se salva porque a Bullock le acompa?a la inspiraci¨®n, o porque Felipe Reyes decide pegarse con su sombra bajo los aros, o porque Gelabale aparece de la manera m¨¢s inesperada en el sitio m¨¢s oportuno. Pero siendo como es un equipo sin un base puro, le cuesta un mundo hacerse con la manija del partido. Cada ataque se antoja un sufrimiento, un jerogl¨ªfico de dif¨ªcil soluci¨®n.
As¨ª las cosas, el Bar?a, corre que te corre, se vio al mando del partido sin inmutarse. Encaden¨® unos cuantas transiciones fugaces, resueltas unas por Basile, otras por Thornton, con el bal¨®n viajando de la cocina propia a la ajena en un suspiro. El Madrid no se desmoron¨® porque Sonko, un esolta reciclado a base que habitualmente s¨®lo da noticias en defensa, se puso las botas. Pudo hacerlo porque la defensa del Bar?a se cerraba sobre Bullock, que tard¨® seis minutos en lanzar a canasta, y dejaba agujeros en el per¨ªmetro. Tres veces se asom¨® por la l¨ªnea de tres Sonko y tres triples clav¨® Gracias a ¨¦l sobrevivi¨® entero el Madrid en el primer cuarto (18-20), en el que Fucka y Marconato reinaron sin mayores alardes bajo los tableros. Ech¨® mano Maljkovic de Sonseca, lo que no hizo sino aumentar el dominio azulgrana, blando como se mostr¨® el chaval ante rivales de tal nivel.
Tuvo un rato espl¨¦ndido el Bar?a que le lanz¨® en el marcador. Acertaba en todo Ivanovic, que alternaba a Vujanic con Williams al mando de un equipo que hab¨ªa sacado el rodillo. El Madrid se fue castigado al descanso, once puntos abajo (32-43) y, lo que es peor, sin dar la sensaci¨®n de tener la f¨®rmula para detener la hemorragia. El acierto de Sonko hab¨ªa pasado a mejor vida, Bullock estaba, pero como si no, y el dominio del Bar?a bajo los aros se resum¨ªa as¨ª: 24 puntos hab¨ªa logrado en la zona, por 12 el Madrid.
Pero se vio ganador el Bar?a y ello estuvo a punto de costarle el partido. Hervelle comenz¨® a hacer da?o lejos del aro, donde suele cobijarse cuando las cosas le van mal en su sitio natural, y Gelabale se hizo presente. Visto que Bullock hab¨ªa dimitido, Maljkovic opt¨® por prescindir de ¨¦l, en una decisi¨®n impensable cualquier otro d¨ªa. El equipo comenz¨® a carburar. Le ayud¨® la casta, terreno en el que Reyes es capit¨¢n general.
Logr¨® el Madrid reducir tanto las diferencias que se vio en el ¨²ltimo cuarto por delante (57-55). Pero, conseguida la remontada, comenzaron a verse todas sus carencias. Porque tocaba dormir el partido, asunto en el que Maljkovic es un experto. Pero para ello se necesita un base que siga el gui¨®n o que improvise, que corra o que se frene, seg¨²n convenga. Un tipo ¨¦ste de jugador que el Bar?a presenta a pares y del que el Madrid carece.
Poco le cost¨® al equipo azulgrana recuperar el mando (57-66). Pero estaba arrebatado el Madrid, que golpe a golpe volvi¨® a levantar cabeza (68-69). El partido andaba tan loco que no merec¨ªa otra cosa que llegar igualado al final. Y as¨ª fue. Tomas, con el Madrid tres puntos abajo (70-73), logr¨® un rebote m¨¢s all¨¢ del per¨ªmetro y fue objeto de falta. Si el manotazo que se llev¨® se hubiera producido en el momento de lanzar, le habr¨ªan correspondido tres tiros libres, y la posibilidad del empate. Pero no fue as¨ª. S¨®lo pudo lanzar dos, con el reloj a cero, muerto ya un partido que a un Bar?a s¨®lo decente le cost¨® un mundo ganar ante un Madrid al que no le bast¨® ponerse heroico.
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