Ronaldinho desequilibra un partido muy serio
El nuevo Bal¨®n de Oro decide la contienda frente a un rugoso Sevilla que se adelant¨® en el marcador
La mejor defensa de la Liga no pudo con el mejor delantero del mundo. As¨ª ha sido siempre en el f¨²tbol y de ah¨ª que en un deporte de equipo se premie a los delanteros y no a los defensas. Ronaldinho abati¨® al Sevilla con una jugada solemne, tan delicada como su f¨²tbol, imposible para cualquier guardameta, incluso seguramente para Platko, el oso rubio de sangre dorado al que cant¨® Rafael Alberti como portero y que ejerci¨® despu¨¦s de entrenador del Bar?a (1955-1956) hasta el punto de contar 11 triunfos consecutivos, una cifra r¨¦cord que ayer justamente igual¨® el equipo de Ronaldinho. No hay ant¨ªdoto que valga frente a la sonrisa del brasile?o, que decant¨® un partido muy serio e igualado, muy bien defendido y atacado por el Sevilla y aguantado por el Bar?a, que no se venci¨® ni con un gol en contra.
El Barcelona se encontr¨® con un partido muy duro de pelar en el mismo Camp Nou. Le faltaban demasiados jugadores de equipo (Deco, Xavi, M¨¢rquez), hac¨ªa un fr¨ªo que sacaba saba?ones de las puntas de los dedos, el Madrid hab¨ªa ganado con la gorra en M¨¢laga, el Sevilla no s¨®lo daba la tabarra en su campo sino que se desplegaba con sa?a en el rival y el el tr¨ªo arbitral, con el medi¨¢tico Rafa Guerrero en el punto de mira, no daba ninguna confianza. Abusaba el Bar?a de la conducci¨®n de bal¨®n y en cada jugada echaba en falta a un tercer futbolista para crear superioridad num¨¦rica frente a un contrario que se juntaba muy bien y cerraba mejor.
Equipo muy bien trabajado t¨¢cticamente, el Sevilla practica una defensa de ayudas tan estupenda que apenas concede ocasiones. Funcionaba ejemplarmente como colectivo y tambi¨¦n individualmente por la solidaridad de sus futbolistas y facilidad para las coberturas. Los medios y zagueros basculaban constantemente para enfrentar al contrario en jugadas de dos y hasta tres contra uno y la l¨ªnea de presi¨®n estrangulaba las zonas de creaci¨®n azulgrana. Tocaba y tocaba el Barcelona para no llegar a ninguna parte. Le faltaba velocidad de ejecuci¨®n y tambi¨¦n malicia. La actitud intimidatoria del Sevilla le oblig¨® a moverse con una cierta cautela.
Unos y otros eran conscientes de que una p¨¦rdida de pelota pod¨ªa significar un pase de gol. ?nicamente Ronaldinho asum¨ªa riesgos y se adornaba con unos cuantos gestos t¨¦cnicos en la l¨ªnea de tres cuartos. Inutilizado el juego por las bandas, porque los volantes y los extremos recib¨ªan al pie, resultaba imposible generar espacios en el balc¨®n del ¨¢rea para tirar la l¨ªnea de pase. Iniesta jugaba en inferioridad en la l¨ªnea de medios porque no ten¨ªa con quien asociarse. Gabri y Edmilson son volantes de campo propio y no ajeno y al Barcelona le faltaban jugadores de entrel¨ªneas para complicarle la vida al Sevilla.
El partido discurr¨ªa consecuentemente en condiciones de extrema igualdad y m¨¢xima intensidad. La posesi¨®n de la pelota no le serv¨ªa al Barcelona para desquilibrar al rival en los sectores importantes de la cancha y el Sevilla tampoco encontraba una salida franca a su contragolpe por el buen juego de posici¨®n azulgrana. Negados ambos, las ocasiones de gol fueron muy escasas. Tiraban mucho los barcelonistas de las jugadas a bal¨®n parado y los sevillistas de las contras de Adriano. No lleg¨® Saviola a ninguna, empeque?ecido como qued¨® el jugador argentino por el trabajo de Kanout¨¦, un futbolista que defend¨ªa al mismo nivel que los dos centrales de Juande Ramos.
No hab¨ªa manera de arrancarle una sonrisa al Sevilla y no encontraba la forma el Barcelona para llegar hasta Palop. As¨ª que el partido qued¨® a expensas de la rueda de los cambios y del desgaste f¨ªsico de los dos equipos, que se bat¨ªan con grandeza, sin miramientos, conscientes de que la refriega quedar¨ªa m¨¢s abierta a media que flaquearan las fuerzas. Rijkaard incidi¨® todav¨ªa m¨¢s en el tono f¨ªsico del choque cuando dio entrada a Larsson, sustituto del liviano Messi, decisi¨®n que destempl¨® a la hinchada, ya muy mosqueada con la mala pinta que ten¨ªa el partido.
El encuentro se desabroch¨® con la entrada y salida de futbolistas y los dos equipos firmaron un gol cada uno en un abrir y cerrar de ojos. Adriano sent¨® a Belletti con un quiebro sensacional y facilit¨® el remate de Kanout¨¦ y Eto'o sancion¨® acto seguido un error del Sevilla en la defensa de un saque de esquina. Restablecida la igualdad y aceptado que el Sevilla era muy capaz de anular al Barcelona, el partido qued¨® a merced de las individualidades, y no hay ninguna mejor en el mundo que Ronaldinho, distinguido con el Bal¨®n de Oro, trofeo que ayer ofreci¨® precisamente a la afici¨®n azulgrana antes del encuentro. El brasile?o se apoy¨® en Edmilson y Larsson para alcanzar el ¨¢rea despu¨¦s de eliminar a dos zagueros y remat¨® suave y raso con el interior del pie derecho a la izquierda de Palop. Una jugada que vali¨® un partido y un triunfo especialmente valioso.
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