Federer se rinde ante Nadal
El duelo personal de Federer y Nadal se desequilibra a¨²n m¨¢s, con siete victorias a tres a favor del espa?ol
La pista central del Monaco Country Club encerraba algo m¨¢s que una final de Masters. En ella, Nadal se jugaba su hegemon¨ªa, la incertidumbre de saber cu¨¢ntos partidos m¨¢s ganar¨¢ en tierra; Federer sus intenciones de destronar al espa?ol y ampliar su dominio a una nueva superficie. El d¨¦cimo duelo hispano suizo lo ha vuelto a ganar el espa?ol. En una hora y 35 minutos, y con un juego rotundo, potente, fr¨ªo, maduro. De esos que no ofrecen sorpresa.
El partido evocaba la final de Roland Garr¨®s del pasado a?o, en la que Nadal, v¨ªctima del apabullante juego suizo del primer set, comenz¨® a desgranar su mejor juego en detrimento de Federer, que cedi¨® protagonismo y victoria al n¨²mero dos del mundo. Como aquella vez, el de Basilea ha iniciado su juego muy fuerte, siempre por delante en el marcador gracias al dominio de su saque; Nadal, por su parte, aguantando estoico las embestidas de su rival y salvando, a veces con apuros, su servicio.
El espa?ol ha entrado a la pista con la lecci¨®n m¨¢s que aprendida: devolver bolas altas al rev¨¦s del suizo y esperar la oportunidad para rematar el punto. Y la t¨¢ctica ha salido a la perfecci¨®n. Tanto que, en el 4-4, el suizo estaba tan desconcertado que ha terminado cediendo con errores no forzados. Y Nadal, demostrando una vez m¨¢s que la fuerza y la paciencia pueden con la t¨¦cnica por muy perfecta que sea ¨¦sta, se ha adjudicado la primera manga. Federer es humano, y sobre arcilla, m¨¢s.
Al t¨¦rmino del primer break del segundo set, Federer contaba 19 errores no forzados, algo ins¨®lito en un tenista de su talla. El suizo sab¨ªa que estaba inc¨®modo, que Nadal no es Ferrero, ni Ferrer, y esta vez no ha podido imponer su ritmo. Enclaustrado a tres metros de la l¨ªnea de fondo, asist¨ªa sorprendido a la resistencia del espa?ol, que no daba un golpe por perdido. Resistencia nadaliana. Que no hac¨ªa m¨¢s que inquietarle, a pesar de la tranquilidad habitual que le caracteriza.
Nadal, el sastre
Con la lecci¨®n aprendida, Nadal ha hecho de nuevo los deberes. En el tercer juego, el de Manacor ha sido de nuevo el alumno rebelde, el que se rebela al maestro. Le ha roto su servicio, y el n¨²mero uno, cada vez m¨¢s inquieto, cambiaba su t¨¢ctica: jugar los puntos r¨¢pidos y evitar los peloteos largos que tanta efectividad le dan al zurdo. La 'bestia negra' del de Basilea ve¨ªa cada vez m¨¢s cerca el tercer t¨ªtulo, y no ha desperdiciado ninguna de sus oportunidades.
Un juego en blanco a su favor y una discusi¨®n entre Federer y el juez de silla daban constancia de lo que se avecinaba. Tan s¨®lo despertar¨ªa Federer tras ella, pero ya era demasiado tarde. El balear, quien como un sastre le tiene cogida la medida al suizo, le ha tuteado, le ha hecho correr y le ha derrotado sin contemplaciones. Ha tenido tres bolas de partido; ha cedido una. Victoria 67 para el espa?ol sobre arena. Federer promete revancha. Pero quien manda en tierra es Nadal.
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