Alberto Contador se enfrenta al Mortirolo, la cima de Marco Pantani
Ning¨²n espa?ol, tras las dos ediciones de Miguel Indur¨¢in, ha sido campe¨®n de la prueba italiana
Alberto Contador (Astana) se enfrentar¨¢ el s¨¢bado con la cumbre m¨¢s m¨ªtica del ciclismo moderno, el temido Mortirolo, que desde el 2004 fue distinguida con el sobrenombre de "Cima Pantani". La leyenda de esta monta?a, que est¨¢ situada a 1.852 metros sobre el nivel del mar, quedar¨¢ unida para siempre a la memoria del italiano Marco Pantani, el "Pirata" de Cesenatico, quien escribi¨® sobre las empinadas rampas de este puerto las p¨¢ginas m¨¢s gloriosas y tambi¨¦n las m¨¢s tristes de la ¨¦poca actual del ciclismo italiano.
El 5 de junio de 1994 Pantani aparent¨® subir a los cielos a lomos de su bicicleta, que parec¨ªa volar. El 5 de junio de 1999, d¨ªa en que la caravana del Giro cruzaba el puerto que lo encumbr¨®, descendi¨® al infierno y nunca pudo escapar de all¨ª hasta su muerte el 14 de febrero de 2004. El Paso de Foppa es el nombre real de este "coloso" alpino que ha sido decisivo en las ocho veces (1990, 91, 94, 96, 97, 99, 2004 y 2006) que el Giro transit¨® por esta carretera de 12,8 kil¨®metros de longitud, 10,3 por ciento de pendiente media y rampas que llegan al 18 por ciento. "Lo que menos me gusta del Giro es la subida al puerto del Mortirolo, ya que es muy duro", dijo Leonardo Sierra, el ciclista venezolano que fue el primero en coronarlo en 1990, el a?o en que este puerto fue descubierto por el ciclismo mundial.
Especial Giro de Italia |
Gianni Bugno, ganador de esa edici¨®n de la "corsa rosa", declar¨® a?os m¨¢s tarde que siempre tuvo "un especial respeto al Mortirolo. Es una pared". El campe¨®n italiano reconoci¨® que le asustaba "m¨¢s que el m¨ªtico Stelvio". En 1991, las cuestas de este ¨¦pico paraje fueron el escenario del exultante triunfo de Franco Chioccioli, apodado "Coppino" porque se parec¨ªa f¨ªsicamente al gran Fausto Coppi. Pero la verdadera leyenda de esta cumbre comienza a fraguarse en 1994, cuando los responsables del Giro lo incluyen en el trazado de esa edici¨®n con el fin de dificultar el triunfo de Miguel Indurain.
El espa?ol hab¨ªa vencido en esta vuelta en los dos a?os anteriores y no ten¨ªa rival en el Tour de Francia, pues llevaba tres victorias consecutivas en la gran ronda francesa (1991, 92 y 93). El 5 de junio Miguel Indurain part¨ªa con m¨¢s de tres minutos de desventaja con el l¨ªder ruso Evgeni Berzin y en una subida memorable logr¨® enjugar gran parte de la ventaja que le llevaba el joven ciclista del equipo Gewiss. Pero, antes de esto hab¨ªa demarrado el escalador Marco Pantani, que, con s¨®lo 23 a?os, asombr¨® al mundo entero con su gran agilidad y su potencia en la escalada.
Indurain enlaz¨® en la bajada con el italiano y con el colombiano Nelson "Caca¨ªto" Rodr¨ªguez, fugado antes del inicio del puerto, y juntos llegaron a ?prica con m¨¢s de dos minutos de ventaja sobre el l¨ªder. El hecho de que el ruso se recuperara en el ascenso al ¨²ltimo puerto y de que el espa?ol se desfondase y s¨®lo consiguiera ara?ar 35 segundos al l¨ªder en la meta no empa?a el grandioso espect¨¢culo de ese d¨ªa, que demostr¨® que Indurain era humano y que irrump¨ªa en el panorama ciclista una nueva generaci¨®n, con Berzin y, sobre todo, Pantani, como m¨¢ximas figuras.
El gran Pantani
En 1996, el espa?ol Abraham Olano llegaba a la etapa del Mortirolo vestido con la "maglia rosa" de l¨ªder, pero el puerto no le perdon¨® y en las rampas m¨¢s duras comenz¨® su calvario mientras ve¨ªa que su m¨¢ximo rival, Pavel Tonkov, se escapaba monta?a arriba con Iv¨¢n Gotti. Olano sufri¨® en sus carnes la dureza de este "coloso" y coron¨® el puerto con la "maglia" desabrochada y bastante por detr¨¢s de Tonkov y Gotti.
Gotti, futuro ganador de dos Giros, venci¨® en esa etapa, que fue su primer triunfo profesional. El espa?ol pag¨® su particular peaje a la monta?a y qued¨® tercero en la general final, en una carrera en la que, seg¨²n declar¨® Pantani al diario turin¨¦s la Stampa, "gracias al Mortirolo Olano no obtuvo lo que no merec¨ªa" . El a?o siguiente, Gotti y Tonkov mantuvieron en la famosa cima un bonito duelo por el triunfo en la general, que al final gan¨® Gotti, y coronaron juntos el Gran Premio de la Monta?a.
El 5 de junio de 1999, a primeras horas de la ma?ana, Marco Pantani, el campe¨®n italiano que hab¨ªa vencido brillantemente las ediciones anteriores del Giro y del Tour, y que en esa ronda hab¨ªa arrollado a sus rivales y se hab¨ªa impuesto en cuatro etapas, fue expulsado de la carrera por exceder en dos puntos el l¨ªmite de hematocrito permitido. Los aficionados italianos, furiosos por la expulsi¨®n de su gran ¨ªdolo, intentaron cortar el discurrir de la etapa en el Mortirolo y en ?prica.
A partir de entonces, el "Pirata" se sumi¨® en una profunda crisis que acab¨® con ¨¦l, pero que no consigui¨® borrar del recuerdo de los aficionados de todo el mundo las gestas de uno de los mejores ciclistas italianos de todos los tiempos. Lamentablemente, los sucesos menos importantes de ese d¨ªa fueron la gran victoria de etapa que consigui¨® el espa?ol Roberto Heras y el liderato de Iv¨¢n Gotti, que conquistaba su segunda vuelta a Italia.
"Pantani sigue siendo el m¨¢s grande", declar¨® Gotti ese fat¨ªdico d¨ªa. Tras cinco a?os de ausencia, la carrera regres¨® a este "lugar sagrado" en el 2004, y le rindi¨® a Pantani el homenaje que el gran campe¨®n se merec¨ªa, y el Mortirolo fue distinguido con el sobrenombre de "Cima Pantani". Ese a?o, al m¨ªtico puerto le toc¨® vivir la historia del desencuentro entre Gilberto Simoni, ganador de dos Giros (2001 y 03) y Damiano Cunego, su joven "gregario" en el equipo Saeco, que con s¨®lo 22 a?os, lideraba la carrera.
En el puerto el l¨ªder sufri¨® un desfallecimiento y Simoni se fue por delante, aunque en ning¨²n momento puso en peligro el triunfo de su compa?ero. La ¨²ltima vez que la "corsa rosa" pas¨® por el legendario alto, Ib¨¢n Basso ratific¨® all¨ª su primera posici¨®n y sentenci¨® el triunfo en el Giro''06.El ciclista espa?ol Alberto Contador encarar¨¢ este s¨¢bado una de las monta?as m¨¢s legendarias de la historia del ciclismo con el prop¨®sito de que el mito no pueda con ¨¦l.
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