Al Bar?a le falta un hervor
Los azulgrana son incapaces de marcar un gol al Numancia, muy acertado defensivamente
El Barcelona lleva tiempo gust¨¢ndose s¨®lo con mirar al banquillo. Como si la presencia de Guardiola y su refrescante libro de estilo bastara para dar carpetazo al pasado y alcanzara para reinterpretar la vieja partitura del f¨²tbol azulgrana, lleg¨® ayer el Bar?a a un campo donde empat¨® las cuatro veces que hab¨ªa jugado antes. Y a la quinta perdi¨®. Resulta que el d¨ªa del estreno liguero sobre las tablas del teatro de provincias comparecieron en escena los mismos actores de la pasada temporada -de los nuevos, s¨®lo Alves fue titular- y, al final, la obra, por desafinada y conocida, result¨® tan sabida como insuficiente para levantar ovaciones. Le faltan horas de ensayo al Barcelona y se lo demostr¨® el Numancia, equipo menor que tuvo de sobra con muy poco. Puede que a ratos el Bar?a jugara con ritmo y que nunca le faltaran las ganas, pero los muchachos de Kresic lo sofocaron con orden y apoyos defensivos. Y, siendo cierto adem¨¢s que el equipo de Guardiola, ayer de amarillo, pis¨® casi siempre el campo contrario, no lo es menos que al encontrar cerrada la puerta de las bandas, se embotell¨® y termin¨® tirando por el camino del medio, casi siempre conduciendo m¨¢s que combinando hasta acabar espachurrado sobre la frontal del ¨¢rea del Numancia, donde se estrell¨® una y otra vez. Termin¨® el Barcelona por tener m¨¢s presencia que pegada y, aunque tuvo ocasiones para empatar, al combinado de Guardiola le falta una pizca de sal y un rato al fuego para darlo por resuelto.
Kresic lleva toda una carrera gan¨¢ndose las habichuelas en banquillos de medio pelo, obrando milagros con plantillas creadas a base de invertir cuatro perras y mucho trabajo, as¨ª que no debe de resultar casual que, pese a jugar con un equipo desdentado, supiera la manera de hincar el diente al Barcelona. No es nuevo su estilo, no sorprende a nadie, pero es result¨®n. Le bast¨® al veterano entrenador con buscar la espalda de Alves. La encontr¨® Bellvis hasta tres veces sin que se enteraran los zagueros del Barcelona, que, cuando entendieron de qu¨¦ iba la copla, ya hab¨ªan recibido un gol. En su tercera llegada ofensiva, Bellvis puso un centro pasado para Mario, que acompa?¨® la contra como mandan los c¨¢nones hasta resolverla justo por el otro lado del campo: tuvo tiempo para controlar la pelota y rematar sobre la salidad de Vald¨¦s, lo que saca las verg¨¹enzas a la defensa. El Numancia tuvo bastante con ser listo y pr¨¢ctico.
A los defensas del Barcelona les cost¨® darse cuenta de que para vigilar a un solo punta -Brit, durante el primer tiempo- eran demasiados efectivos y no dieron un paso adelante hasta que en el descanso debi¨® de pedirlo el entrenador. Un regalo para el Numancia, que siempre dispuso de m¨¢s gente en el centro del campo, chafando el viol¨ªn a los volantes del Barcelona, Iniesta y Xavi, que no encontraron apenas l¨ªneas de pase ni tampoco ayuda en Henry y Messi, que, m¨¢s que abrir, cerraron los caminos del gol. Hasta que Guardiola llam¨® a zafarrancho, dio entrada a Bojan y quit¨® a Henry, el partido languidec¨ªa al gusto soriano. En veinte minutos, el ni?o azulgrana puso en evidencia al veterano franc¨¦s y el Barcelona gener¨® ocasiones suficientes para empatar, incluido un remate de cabeza de Eto'o que lami¨® el poste y un disparo a la madera de Messi. Pero el discurso de la falta de punter¨ªa suena a vieja excusa, del mi¨¦rcoles pasado sin ir m¨¢s lejos, y la realidad demuestra que el Bar?a de Guardiola no es todav¨ªa un equipo solvente, que cometi¨® errores en las dos ¨¢reas que le costaron el partido, que no aprende a cerrar atr¨¢s y no encuentra la manera de matar delante los partidos. El encuentro vino a ser demasiado parecido al de hace cuatro d¨ªas en Cracovia y, como aqu¨¦l, termin¨® con derrota por la m¨ªnima. No le alcanza al Bar?a con Messi y le sobra Henry, como le faltan horas en la cocina para que un ¨²ltimo hervor permita sacar el plato a la mesa con garant¨ªas de ¨¦xito.
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