Huecos posicionales

El Bar?a ofreci¨® dos puntos negros en Los Pajaritos. Ambos, posicionales: al abrir el campo con unos extremos que no existieron y al cerrar la zaga tras las incursiones de Alves por el costado derecho.

Se le presupon¨ªa al Bar?a de Guardiola un despliegue desde las alas, donde los extremos pisaran la l¨ªnea de fondo. No ocurri¨® anoche. Messi y Henry, demasiado est¨¢ticos, aguardaron con apat¨ªa el bal¨®n al pie cuando jugaban sobre la cal. Parados, siempre perdieron el cuero ante la anticipaci¨®n de los laterales adversarios. Y si se mov¨ªan lo hac¨ªan sin tirar un desmarque, propiciando una sobrecarga en el balc¨®n del ¨¢rea, donde se daban de codazos con el descolocado Eto'o. Atr¨¢s sucedi¨® lo contrario.

Decidi¨® Guardiola cambiar a M¨¢rquez y Puyol de lado en el centro de la zaga. El mexicano a la derecha y el capit¨¢n a la izquierda. Una apuesta por la salida de la pelota, por los cambios naturales de orientaci¨®n de M¨¢rquez. La propuesta, sin embargo, supuso un vac¨ªo posicional enorme: Alves se multiplicaba en el ataque al tiempo que dejaba desguarnecida su espalda. Un hueco demoledor. Xavi, a quien se le exige jugar de tres cuartos para arriba, no cubr¨ªa la zona. Y M¨¢rquez, lento por definici¨®n, no llegaba a tiempo. As¨ª lleg¨® el gol. Subida de Alves, contragolpe por la banda del Numancia y remate en el segundo palo.

Castigo al Bar?a, incapaz de parchear sus deficiencias.