Un d¨ªa hist¨®rico para el Espanyol
La afici¨®n 'perica' vibra en la inauguraci¨®n del nuevo estadio
Como un ni?o con zapatos nuevos. As¨ª se sinti¨® el seguidor del Espanyol en la inauguraci¨®n de su nuevo estadio, en Cornell¨¤ de Llobregat, en un d¨ªa hist¨®rico que mezcl¨® recuerdos del viejo estadio de Sarri¨¤ con la ilusi¨®n de disfrutar por fin de un campo propio, doce a?os despu¨¦s del traslado forzoso al Ol¨ªmpico y Montju?c. Nost¨¢lgicos pero aliviados, emocionados y pertrechados con bufandas, camisetas y banderas conmemorativas, los aficionados pericos desfilaron por los alrededores de su nuevo estadio desde primeras horas de la ma?ana para vivir con la m¨¢xima intensidad una jornada para el recuerdo. El punto de venta de los souvenirs y la tienda del club ya registraban enormes colas.
A las seis de la tarde, miles de aficionados esperaban en la puerta del estadio la apertura de puertas, como en los conciertos de las grandes estrellas. Hab¨ªa ansiedad por palpar, ver, vibrar, sentir todo lo que supone estrenar un estadio nuevo. Dejar atr¨¢s doce a?os de alquiler para disfrutar de una propiedad. El presidente del club, Daniel S¨¢nchez Llibre, dio la bienvenida a todos los pericos. "Sin vuestro orgullo y sentimiento, todo esto no habr¨ªa sido posible", expres¨®. Cuando record¨® a todos los familiares, aficionados, directivos y ex presidentes fallecidos, la grada se emocion¨®, en un dulce recuerdo para quien no pudo asistir al estreno de Cornell¨¤.
Las palabras del presidente, que habl¨® desde el palco y no desde el c¨¦sped, abrieron la ceremonia inaugural, sencilla pero colorista y entretenida. Un grupo de castellers formado por aficionados del Espanyol de 25 pe?as de Catalu?a despleg¨® en el c¨ªrculo central un 'castell' blanquiazul. A su lado, 300 voluntarios del Espanyol formaban la palabra 'Hola' en los laterales y los fondos. La gente, especialmente la Curva Joven, animaba, festiva por reencontrarse en un escenario que por fin reconoce como propio.
Cuatro enormes cintas blancas desde las cuatro esquinas del estadio abrieron simb¨®licamente el regalo, un estadio nuevo, coloreado en azul y blanco, acompa?ado de una explosi¨®n de confeti, a gusto de la afici¨®n. En el c¨¦sped, los voluntarios tambi¨¦n se coloreaban: azul, blanco, rojo y amarillo para formar el escudo del club. Minutos despu¨¦s, el escudo se transform¨® en un coraz¨®n que lati¨® al ritmo de los miles que asist¨ªan al espect¨¢culo desde las gradas.
Aunque el aficionado perico recuerda Sarri¨¤ con cari?o y siempre denost¨® Montju?c, ambos estadios quedaron igualados en la ceremonia. Un grupo de veteranos (Francisco, N'Kono, Bertomeu, Lauridsen, Molinos, Jos¨¦ Mar¨ªa) replantaron un metro cuadrado simb¨®lico procedente de c¨¦sped de Sarri¨¤. Les acompa?aron jugadores de la generaci¨®n posterior -Posse, Velamaz¨¢n, Toni, Serrano, Morales y el propio Pochettino- con otro tapete procedente de Montju?c. La deuda hist¨®rica quedaba saldada.
Despu¨¦s de la actuaci¨®n musical del saxofonista Pep Poblet y del grupo Tons & Sons Terrassa Gospel, que interpretaron Gloria als herois mientras cuatro acr¨®batas disfrazados de periquitos aterrizaban en el c¨¦sped, lleg¨® el turno para La Fura dels Baus, un cl¨¢sico en este tipo de ceremonias. El grupo catal¨¢n, que ya abri¨® los Juegos de 1992 y estrenar¨¢ tambi¨¦n el Europeo de Atletismo en 2010, colore¨® y cerr¨® la ceremonia. Desde la estructura superior del estadio se descolgaron varios acr¨®batas, azul y blanco, sostenidos en el vac¨ªo por cintas el¨¢sticas. En los fondos, La Fura despleg¨® sendas redes humanas, con coreograf¨ªa propia y un pu?ado de balones de f¨²tbol.
La ¨²ltima palabra fue para los jugadores del Espanyol: toda la plantilla sali¨® al c¨ªrculo central para conocer por primera vez lo que significa jugar en Cornell¨¤. "Con el paso de los a?os, se dar¨¢n cuenta de que est¨¢n viviendo un d¨ªa hist¨®rico", recordaban varios seguidores desde la grada. Tambi¨¦n vivieron un d¨ªa hist¨®rico los pol¨ªticos citados en el palco (Celestino Corbacho, Jos¨¦ Montilla, Josep Llu¨ªs Carod Rovira, los alcaldes de Cornell¨¤, El Prat y Sant Adri¨¤), los presidentes de las federaciones espa?ola y catalana, Angel Mar¨ªa Villar y Jordi Casals, y dos deportistas de pedigr¨ª y de esp¨ªritu perico, el piloto Jaume Alguersuari y la nadadora Gemma Mengual. Ninguno quiso perd¨¦rselo.
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