Mam¨¢ conquista Nueva York

Desde la grada, Jada juguetea con su chupete aunque ya sean las once de la noche, cinco de la ma?ana en Espa?a. Tiene una buena raz¨®n para estar despierta: cuando mira hacia el frente, en la pista, Kim Clijsters, su madre, que llevaba 27 meses retirada y jugaba en Nueva York su tercer torneo desde que se reincorpor¨® a la competici¨®n, estaba ganando el Abierto de Estados Unidos (7-5 y 6-3). Ha sido contra Caroline Wozniacki, la n¨²mero nueve, corajuda durante toda la final pero un punto por debajo de la tenista belga, que a sus 26 a?os logra su segundo grande y se convierte en la primera madre desde Evonne Cawley-Goolagong (Wimbledon, 1980) en ganar un t¨ªtulo del Grand Slam. Un solo dato resume la magnitud de su haza?a al mismo tiempo que la fragilidad competitiva del circuito femenino: ninguna jugadora fuera de las diez mejores del mundo hab¨ªa conquistado nunca el ¨²ltimo grande del a?o.

"No tengo palabras para esto", ha dicho la belga, que ha llorado arrodillada nada m¨¢s convertir el punto de partido y se ha emocionado luego hasta escalar hacia su palco y ver las im¨¢genes de su hija y su chupete en las pantallas gigantes del estadio. "Este no era el plan: s¨®lo quer¨ªa acostumbrarme de nuevo a la competici¨®n y le agradezco a la Federaci¨®n que me invitara a jugar el torneo", ha admitido la tenista, que ni siquiera ten¨ªa un puesto en el r¨¢nking al comienzo del Abierto, ya que ¨¦ste s¨®lo se concede tras disputar tres torneos. "La experiencia del primer Abierto que gan¨¦ me ayud¨® a mantener controlados un poco m¨¢s los nervios al final, aunque estaba muy, muy nerviosa. Caroline es una gran luchadora. La felicito", cerr¨® la campeona, que desde hoy se mover¨¢ en los alrededores de las 20 mejores del tenis.

Clijsters lleg¨® a la final tras eliminar a las hermanas Williams, superando un violento incidente con Serena en las semifinales -"Le juro a Dios que voy a meterte esta pelota en tu puta garganta", le dijo la estadounidense a la juez de l¨ªnea que le hab¨ªa pitado falta de pie en un saque, lo que finalmente le cost¨® el partido-. Hoy, con el p¨²blico entregado, ha recibido la Copa y una visita. Una ni?a sali¨® corriendo hacia ella, piernicorta y feliz. Se llamaba Jada y buscaba a una madre campeona.

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