Pellegrini afina el juego coral

A falta de sus dos principales estrellas (Cristiano y Kaka), Pellegrini aun¨® al Madrid en torno a un juego coral que Benzema y, sobre todo, Higua¨ªn se sintieron felices de rematar. A golpe de desmarques, los dos delanteros rompieron las costuras de la zaga valencianista. Siempre favorecidos por los excelentes pases que les sirvieron los centrocampistas, Van der Vaart y Marcelo especialmente.

A Emery le sali¨® mal la acumulaci¨®n de medios (cinco). Con uno menos, ah¨ª se impuso el Madrid, en el que Xabi Alonso y Van der Vaar estuvieron m¨¢s engrasados. En su mejor versi¨®n, el mediapunta holand¨¦s descarg¨® el bal¨®n donde m¨¢s le conven¨ªa a su equipo. Y encontr¨® a Benzema e Higua¨ªn. M¨¢s activo el franc¨¦s, tan fresco en el desborde como espeso en el remate a gol. M¨¢s espor¨¢dico el argentino, aunque mucho m¨¢s peligroso. Higua¨ªn se desmarc¨® una y otra vez y pudo encarar con frecuencia a C¨¦sar. El Madrid se crec¨ªa y convirti¨® el final de la primera parte en un acecho al estallar Sergio Ramos un remate de cabeza en el poste izquierdo de C¨¦sar. La mala noticia para Pellegrini lleg¨® a continuaci¨®n: Pepe, que hab¨ªa anulado completamente a Villa, se march¨® en camilla tras lesionarse una rodilla en una ca¨ªda que parece una distensi¨®n de ligamentos.

Al Valencia le falt¨® profundidad y le sobraron mediocentros. Al final, es lo que son Albelda, Marchena y Banega, por mucho que Emery pretenda que el argentino ejerza de Silva en funciones de mediapunta. No es su sitio. Y se retrasa al centro del campo, qued¨¢ndose en zona de nadie. El resultado fue que a los extremos, Pablo y Mata, les llegaron pocos balones en condiciones y a Villa ninguno. Si exceptuamos los fueras de juego mal se?alados, claro, en los que salieron perjudicados ambos equipos.

Los ¨¢rbitros espa?oles se pasan por el forro las recomendaciones de la FIFA de que, en caso de duda, no piten fuera de juego. Todo lo contrario. En caso de duda, siempre fuera de juego. Lo que evit¨® una primera parte en la que pudo haber hasta cuatro tantos, dos por conjunto, cuando los delanteros se dispon¨ªa a encarar solos al meta contrario. El desgaste f¨ªsico de ambos equipos fue tremendo en este primer periodo. Y las l¨ªneas, muy apretadas.

Los entrenadores, satisfechos, no movieron el banquillo en el descanso tras la entrada obligada de Garay por Pepe. Mientras Joaqu¨ªn segu¨ªa en el banquillo, el Valencia continu¨® trist¨®n en el ataque, sin que Emery se diera por aludido. Lo aprovech¨® el Madrid para dar un hachazo al partido. En una acci¨®n muy repetida en el primer tiempo. Esta vez, con un final feliz. Benzema volvi¨® a escorarse al pico izquierdo del ¨¢rea. Volvi¨® a desplumar a Bruno, pero en esta ocasi¨®n centr¨® templado hacia atr¨¢s, donde cabece¨®, impecable, Higua¨ªn a gol.

S¨®lo entonces el Valencia pareci¨® quitarse la presi¨®n de encima. Se desmelen¨® por momentos. Y cuando el equipo pierde las cadenas suele aparecer Mathieu, el m¨¢s an¨¢rquico de sus defensas. A uno de sus centros desde la izquierda acudi¨® a cabecearlo, poderoso, Villa, anticip¨¢ndose al despiste de Albiol y Garay. Es el duod¨¦cimo tanto del Guaje en los 13 partidos que ha disputado hasta ahora.

La tensi¨®n del partido se dispar¨®. Y del jugad¨®n de Marcelo, una diagonal hacia la derecha, sac¨® tajada Higua¨ªn en su en¨¦simo desmarque mortal. Emery tard¨® un mundo en ver que su equipo necesitaba el revulsivo de Joaqu¨ªn, que entr¨® en el ¨²ltimo cuarto. Y marc¨®, claro, tras otro buen centro de Mathieu. Disconformes con el empate, los centrales del Madrid subieron a rematar una falta de Xabi Alonso. Y uno de ellos, Garay, le gan¨® la posici¨®n a Marchena, gir¨® el cuello y envi¨® el bal¨®n a la escuadra. El Madrid siempre llev¨® la iniciativa y el Valencia estuvo toda la noche a remolque. Al cuadro de Emery le falt¨® personalidad.

Los goles de Higua¨ªn, la lesi¨®n de Pepe