Un cierto olor a rutina
Hay resultados dif¨ªciles de leer. Por ejemplo, empatar en M¨¢laga no se sabe si es un ¨¦xito, un fracaso o una rutina. El M¨¢laga lleva nueve empates esta temporada lo que minimiza mucho el m¨¦rito rojiblanco en La Rosaleda. Por eso hay un cierto olor a rutina en un empate conseguido adem¨¢s con un penalti de esos que exigen mucha determinaci¨®n del ¨¢rbitro para no caer en la rutina de no pitarlo.
Huele a rutina adem¨¢s porque el Athletic insisti¨® en su corpus habitual: entregar un tiempo al vac¨ªo, esperar el castigo del rival y reaccionar cuando estalla la p¨®lvora. Es el gui¨®n que m¨¢s maneja el Athletic, juegue quien juegue, y que s¨®lo en contad¨ªsimas ocasiones ha sido capaz de alterar. Parece que se ha acostumbrado a ese ritual, esa cierta relajaci¨®n de desgastar al rival dej¨¢ndole hacer y esperarle al final con el pu?al en la mano escondido tras la espalda.
Ayer le sali¨® bien o medio bien porque el empate le supo a gloria, pero futbol¨ªsticamente no avanz¨® nada. Se qued¨® trabado en esa presi¨®n asfixiante a la que se aplica con rotundidad, pero apenas gener¨® una ocasi¨®n de gol antes de que Weligton le robara la cartera nada m¨¢s iniciarse la segunda mitad. Un tiro al poste de Toquero fue su ¨²nica recaudaci¨®n antes del penalti sobre Llorente que transform¨® Llorente.
Ah¨ª, en este tipo de partidos es donde siembra las dudas el Athletic, cuando transmite esa sensaci¨®n de no tener argumentos para desentra?ar al rival, para intimidarlo y limitarse exclusivamente a airear su orden defensivo y su entrega ardorosa. Hoy el Athletic es m¨¢s pulmonar que nunca. Es la tropa de Javi Mart¨ªnez, su mejor defensa, su mejor centrocampista y su mejor delantero, de Toquero, el futbolista estajanovista, de Gurpegui, el capacito de todos los golpes. El m¨²sculo en definitiva ante el bajonazo de otros m¨¢s exquisitos como Susaeta, otra vez confundido, o David L¨®pez, el sacafaltas dicho sea en el mejor sentido de la palabra.
Hay resultados dif¨ªciles de leer porque tienen muchas lecturas. De haber perdido por aquel despiste colectivo ante Weligton seguramente la escasez futbol¨ªstica del Athletic hubiera recibido severas cr¨ªticas de los aficionados. De haber ganado, a pesar de su escasez futbol¨ªstica, se habr¨ªa apelado a la pegada, al orden y a la estabilidad del equipo rojiblanco. ?Y empatando? Pues... hoy es lunes y ma?ana martes.
Pocas sensaciones que exceden a la privilegiada clasificaci¨®n de un equipo tan singular y tan ciclot¨ªmico. El an¨¢lisis, la cr¨ªtica o el halago pueden esperar momentos m¨¢s templados. Si acaso una duda asalta al Athletic: si Muniain, junto a Llorente, es su futbolista m¨¢s determinante, cuesta creer que David L¨®pez y ?scar de Marcos sean futbolistas precedentes en los cambios cuando el equipo va perdiendo. Probablemente Muniain no est¨¦ (o no deba estar) para jugar los 90 minutos de un partido. Lo que est¨¢ claro es que tampoco est¨¢ para jugar los pocos ¨²ltimos. Su motor y su cabeza le piden m¨¢s tiempo de actividad para mostrar su caballaje real. Ayer sali¨® tarde, muy tarde. Pero se empat¨®. Y ya vale.
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